El exilio, prueba de fuego para el liderazgo de Edmundo González
Lejos de Venezuela y sin estar a la sombra de María Corina Machado, el candidato de 74 años tendrá que trabajar con la comunidad internacional en defensa de los resultados electorales que defiende la oposición.
Hugo Santiago Caro
“No desmayen, que no los defraudaré”, fue el mensaje que el opositor Edmundo González envió a los venezolanos el martes. González, quien se enfrentó a Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio, llegó el domingo a España, país que le dará asilo político, y se esperaba que se uniera en Madrid a las manifestaciones que tuvieron lugar a las afueras del Congreso de los Diputados, donde se debatía, por iniciativa de la bancada del Partido Popular (de derecha), el reconocimiento de González como presidente de Venezuela. Sin embargo, esto no ocurrió. José Vicente Haro, su abogado, dijo que Edmundo no aparecerá en público hasta que logre normalizar su situación en su nuevo lugar de estadía. Las declaraciones del principio de este artículo fueron leídas por la hija de González, Carolina, ante el Congreso en una jornada vital, pues el reconocimiento de un país como España, de ala progresista y cercano ideológicamente a las ideas del chavismo, pondría aún más presión sobre el régimen de Maduro.
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“No desmayen, que no los defraudaré”, fue el mensaje que el opositor Edmundo González envió a los venezolanos el martes. González, quien se enfrentó a Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio, llegó el domingo a España, país que le dará asilo político, y se esperaba que se uniera en Madrid a las manifestaciones que tuvieron lugar a las afueras del Congreso de los Diputados, donde se debatía, por iniciativa de la bancada del Partido Popular (de derecha), el reconocimiento de González como presidente de Venezuela. Sin embargo, esto no ocurrió. José Vicente Haro, su abogado, dijo que Edmundo no aparecerá en público hasta que logre normalizar su situación en su nuevo lugar de estadía. Las declaraciones del principio de este artículo fueron leídas por la hija de González, Carolina, ante el Congreso en una jornada vital, pues el reconocimiento de un país como España, de ala progresista y cercano ideológicamente a las ideas del chavismo, pondría aún más presión sobre el régimen de Maduro.
“Reconocer a Edmundo como presidente electo o no reconocerlo tiene que ver con que se acepte o no la validez de las elecciones. Si tú reconoces a Edmundo como presidente electo, estás aceptando no solo las actas presentadas por la oposición, sino también que dichas actas son las reales. El punto es que estás validando la elección con el 84 % de las actas, aunque no sea el 100 % de los resultados, porque son las actas que la oposición logró obtener”, comenta Carmen Beatriz Fernández, analista y directora ejecutiva de DataStrategia.
En ese mismo sentido, en el comunicado que envió González pidió a la comunidad internacional “redoblar los esfuerzos por la restitución de la democracia”. Como lo contó María Corina Machado cuando Edmundo dejó Venezuela, su rol ahora será el de seguir luchando desde afuera. Ya durante los últimos meses permaneció en la clandestinidad, y quien daba la cara en las calles y en las manifestaciones era Machado. Ahora podría ser más activo en la causa opositora que clama fraude sobre el 28 de julio.
Fernández asegura que esto va en línea con el tándem que fueron Machado y González durante las elecciones, con lo que llama una campaña de aire por parte del veterano diplomático de 74 años, en la que su rol consistió en atender frentes internacionales y entrevistas, mientras que la campaña de tierra fue completamente ejecutada por Machado, mediante el contacto directo con la población. Teniendo esto en cuenta, con las libertades que recupera González y sin el riesgo de que caiga preso, es posible que su liderazgo se potencie estando en el exilio.
En sintonía con esto, Nastassja Rojas Silva, analista y docente de la Pontificia Universidad Javeriana, añade que la presencia en el exterior de González puede servir también para articular a la comunidad internacional: “En este momento, lamentablemente, todavía hay fuertes fraccionamientos en la comunidad internacional respecto a la situación en Venezuela y a la comprensión de muchos de los procesos. Creo que se puede tener un rol estratégico e importante al articular mejor la voz de la comunidad internacional, fortalecer la presión externa y liderar los procesos desde fuera, mientras, al mismo tiempo, María Corina Machado sigue coordinando los procesos internos para aumentar la presión desde dentro”. Otras voces consultadas por El Espectador, como Eglèe Gonzalez Lobato, consultora política venezolana, añaden que el carácter conciliador de Edmundo puede ser un factor adicional que le ayude en su cruzada con la comunidad internacional.
Nastassja Rojas añade que, a pesar de que saliendo de Venezuela González corre menos peligro, pues no duda de que eventualmente hubiera sido capturado, sí existe una sensación de desazón teniendo en cuenta que el rumbo terminó siendo el exilio: “Hay un sinsabor en una parte de la población, incentivado también por la narrativa oculta del oficialismo. El oficialismo es quien comienza a influir en la psique de la gente, diciéndoles: ‘Los abandonaron, esta gente se volvió a ir, no les importa el país’, y eso va calando poco a poco. Lo único que podría revertirlo o ayudar a crear otra narrativa son los pasos que se den en los próximos días y semanas”.
Esos pasos dependerán del nivel de coordinación que logren los diferentes frentes. Es decir, tanto interna como externamente, lograr hacer la suficiente presión para que se vea una ejecución sincronizada y no vuelva el fantasma de viejas grietas en la oposición.
Los ejemplos los tienen. Leopoldo López, Juan Guaidó, Julio Borges y otros opositores han tenido que dejar el país, pues la presión y el exilio no son herramientas nuevas utilizadas por el régimen. Rojas enfatiza en que tampoco es una herramienta única del caso venezolano, pues también ocurre en Cuba y Nicaragua.
De cierta forma, se puede concluir que González Urrutia tiene que dar un paso al frente y tomar un rol mucho más activo. Durante toda la campaña, cuando tuvo que aparecer en público, siempre estuvo acompañado de Machado y era ella quien tomaba la batuta. Es natural; la campaña originalmente fue de ella desde que ganó las primarias de oposición en octubre.
Ahora es él quien tiene que hablar y posiblemente sumarse a las cruzadas en las calles de la diáspora venezolana. Articular todo ese trabajo, sumado con un rol diplomático que bien conoce, será una prueba de fuego para el veterano político. Su mensaje, por ahora, ha sido claro: continuará dando lucha. “Quiero corroborar el compromiso inquebrantable que asumí (...) María Corina Machado y yo nos comprometemos a seguir en la lucha hasta alcanzar los objetivos, hasta el final”.
Esto, además, desmiente la reacción de Maduro a la salida de González Urrutia del país. El presidente dijo temprano el martes que respetaba la decisión de su oponente, mencionando que González se iba a una “nueva vida”.
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