El futuro del derecho al aborto en EE. UU.
La reestructuración ideológica de la Corte Suprema tras la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg en 2020 traería más restricciones para el aborto en el país.
Camilo Gómez Forero
Durante las últimas cinco décadas, los políticos conservadores y activistas provida en Estados Unidos no han parado de atacar el fallo de la Corte Suprema en el caso Roe vs. Wade. Esta trascendental decisión, al proteger el derecho a la privacidad médica amparado en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, abrió paso a la despenalización del aborto para los 50 estados del país y sentó un precedente fundamental para los derechos reproductivos de la mujer.
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Durante las últimas cinco décadas, los políticos conservadores y activistas provida en Estados Unidos no han parado de atacar el fallo de la Corte Suprema en el caso Roe vs. Wade. Esta trascendental decisión, al proteger el derecho a la privacidad médica amparado en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, abrió paso a la despenalización del aborto para los 50 estados del país y sentó un precedente fundamental para los derechos reproductivos de la mujer.
Lo que se señaló en este caso fue que las leyes estatales que limitaban los abortos en el período anterior a las 24 semanas de gestación estaban violando el derecho a la privacidad de la mujer. Así se obligó a los estados a reevaluar sus leyes sobre el aborto para permitirlos durante este período específico del embarazo.
Pero desde el momento del fallo, en 1973, los provida comenzaron a presentar desafíos en las cortes estatales para invalidar la decisión de la Corte Suprema año tras año, y año tras año han fracasado en sus intentos. Sin embargo, ahora las condiciones han cambiado: el expresidente Donald Trump tuvo la oportunidad de nombrar a tres jueces muy conservadores y antiaborto en la Corte Suprema, y esto es motivo suficiente para prender las alarmas en los sectores liberales y proelección.
Con la inclusión de la jueza Amy Coney Barrett en el tribunal, la última nombrada por Trump, quien ya dejó clara su postura antiaborto, hay una mayoría consolidada para fallar a favor de una limitación al derecho a la interrupción del embarazo. Ya no se necesita contar con el voto del presidente de la Corte Suprema, John Roberts, quien a pesar de tener una tendencia conservadora votó a favor de defender el derecho al aborto considerando los precedentes.
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Lo único que le faltaba entonces a la mayoría conservadora que dejó Trump era un caso que sirviera como vehículo para ir destripando el fallo de Roe vs. Wade y restringir así el aborto, y ese caso está a punto de llegar. ¿Cómo?
El pasado lunes, la Corte Suprema informó que tomará el caso Dobbs vs. Jackson Women Health Organization cuando sesione en octubre. El caso es simple: el estado de Mississippi, que cabe resaltar es uno de los más pobres del país y con bajos niveles de educación, aprobó una ley que prohibía los abortos después de las primeras 15 semanas de embarazo excepto en una emergencia médica o en caso de una anomalía fetal grave, limitando más la interrupción del embarazo.
Una corte de apelaciones federal y conservadora del estado de Mississippi ya anuló la ley considerando que era inconstitucional. El estado apeló al Quinto Circuito en este caso, pero el tribunal también confirmó el fallo de la corte federal. Así que el estado de Mississippi, para no desistir, escaló el caso hasta la Corte Suprema pidiendo una apelación sobre la decisión del Quinto Circuito.
El máximo tribunal aceptó la petición de Mississippi para debatir solo una cuestión sobre este caso: ¿La Constitución prohíbe todas las limitaciones de abortos antes de la viabilidad del embarazo considerado a las 24 semanas?
Si la Corte encuentra que no se prohíben, se abriría el camino para que los estados decidan cuándo los derechos del feto están por encima de los derechos de la mujer, destripando lo que dejó Roe vs. Wade. Y lo clave acá es que Mississippi no es el único estado que ha presentado leyes de este tipo. Se han promovido más de 500 proyectos de restricciones al aborto en más de 40 estados.
“En Oklahoma, por ejemplo, se planteó que un médico perdiera su licencia si practicaba un aborto a menos de que este fuera requerido si hay riesgo de muerte o de discapacidad para la paciente. Ni siquiera hay excepción para violación. Entonces una mujer en este estado se enfrenta a que si queda embarazada por violación su médico pueda perder la licencia”, señala Alejandra Soto, directora de medios y comunicaciones latinos de Planned Parenthood.
Y hay muchos más ejemplos de estados que esperan con ansias que Roe vs. Wade reciba un golpe para que entren en vigor restricciones al aborto. En Tennessee se plantea una espera de 48 horas para agendar un aborto. Eso puede no parecer mucho, pero imagine lo que significa esa espera para las personas en zonas rurales, de bajos ingresos, que no tengan auto o personas que no tienen días pagos por enfermedad. Todos estos ataques afectan a las personas de menos ingresos, a los latinos, afroamericanos y asiáticos, explica Soto.
Pero lo que más llama la atención sobre esta arremetida contra Roe vs. Wade es que en el país las cifras del apoyo al aborto, incluso sin importar la inclinación política, van en aumento. Según una encuesta de la NPR, el 77 % de los encuestados defienden sostener Roe v. Wade. Entonces, ¿qué está pasando?
“No hay una sola encuesta que diga que la mayoría de los estadounidenses se oponen al aborto en los últimos 20 años. Lo que pasa es que (los provida y los políticos) se aprovechan de las emociones de las personas, de la falta de educación que todos tenemos sobre la salud reproductiva y el embarazo. Se aprovechan de que la gente no sabe qué es un embrión, qué es un feto, cuándo se desarrolla y cuáles son los métodos para interrumpir el embarazo”, señala Soto.
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La manera de contrarrestar las campañas de desinformación, explica Soto, es principalmente en los tribunales, pues allí es donde recurren las facciones provida. Pero también apunta que hay otras maneras adecuadas, como la educación sexual, de la cual se enorgullece Planned Parenthood. Ahora mismo, por ejemplo, la organización está usando redes sociales como TikTok para llegarle a los más jóvenes e informarles sobre salud sexual y reproductiva.
“La información clara y sin tapujos es fundamental para que la gente decida por sí misma. Al fin y al cabo de eso se trata Roe v. Wade, de una ley no en pro del aborto sino de la privacidad médica, es tu cuerpo y tu decides cuál es la mejor opción en consulta con tu médico, familiares, pareja e incluso un líder religioso, pero que tengas acceso a la información es primordial”, recalca Soto.
En efecto, la información es primordial, más aún si se tiene en cuenta todos los inconvenientes que existen frente a este tema en el país. En Estados Unidos no hay una buena educación sexual y no es consistente. Cada estado decide su currículum y por ello algunos estados se saltan los capítulos sobre educación sexual, así como se los saltan sobre la historia del racismo en el país. Además, como los padres deben dar su consentimiento al currículum, puede que un estudiante esté en una escuela excelente, pero su padre le diga que se salte la clase de educación sexual.
“Lo que recibes en la escuela no es suficiente. Por eso debemos estar en redes sociales”, concluye Soto.
El futuro del aborto en Estados Unidos pende de un hilo y, bajo la composición actual de la Corte Suprema, es muy incierto. A mediados de 2022 el tribunal dará un mensaje a los estados: la mujer tiene el derecho constitucional al aborto antes de que el feto sea viable, o los estados pueden decidir si restringen este precedente de cinco décadas. Por ahora, algunos estados como Nueva York han blindado el derecho al aborto en caso de una contrariedad en la Corte Suprema.
“Han codificado Roe vs. Wade en sus constituciones estatales. Es decir, copiaron el mismo lenguaje de la Constitución federal a la estatal precisamente para evitar que en el futuro alguien quiera presentar proyectos que debiliten el acceso al aborto en sus estados”, explica Soto.