“El país tiene unos problemas propios que no surgen con la migración”
Soraya Osorio, Directora Regional para Sudamérica de la Fundación Panamericana para el desarrollo (FUPAD), es una de las participantes del conversatorio “La xenofobia, un reto para la integración y el acceso a derechos de la población migrante de Venezuela” este 27 de agosto. “El miedo al otro surge de no conocer quién es el otro”, dice. Entrevista.
Uno de los temas más urgentes en Colombia es hablar de xenofobia, del rechazo al extranjero, que crece por cuenta de falsas creencias. La Fundación Panamericana para el desarrollo (FUPAD) organizó este viernes 27 de agosto el conversatorio, “La xenofobia, un reto para la integración y el acceso a derechos de la población migrante de Venezuela”, que podrá seguir en todas las plataformas de El Espectador y Lado a Lado.
El evento contará con la participación de Anjalina Sen, Coordinadora Regional de la Oficina de Población, Refugiados y Migración de Estados Unidos; Soraya Osorio, Directora Regional para Sudamérica de FUPAD; Lucas Gómez, Gerente de Fronteras, Gloria Alicia Pinzón gerente del programa Integrando Horizontes de FUPAD, así como María Clara Robayo, investigadora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Alejandro Daly, Director del Derecho de a No Obedecer y Codirector del Barómetro de Xenofobia; Gabriel Pastor Mallo, periodista y analista internacional; y Roxana Mendoza, Gerente de Gestión Humana y administración de la empresa venezolana Dugotex.
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Soraya Osorio, de FUPAD, explica por qué los colombianos deberíamos darnos la oportunidad de conocer al migrante venezolano y reconocerlo como un ser con angustias y necesidades. “Tal vez, las escuelas deberían esforzarse más por educar a seres humanos empáticos y sensibles al sufrimiento del otro”, dice en entrevista con este diario.
¿Cómo luchar contra el miedo al otro que ha incrementado con la migración venezolana?
El miedo al otro surge de no conocer quién es el otro. Los colombianos solo podemos perder el miedo si reconocemos en el “otro” un ser igual, con necesidades y angustias en común. El migrante es padre, madre, hijo, es una persona que a traviesa un momento muy difícil en la vida, que requiere de nuestra empatía y solidaridad; entonces, es cuestión de desmitificar el miedo y allí los medios de comunicación son fundamentales, se trata de desestigmatizar y evidenciar que así como existen algunos venezolanos con mal comportamiento, son muchos más los que día a día hacen un gran esfuerzo por sobrevivir y superar las dificultades sociales y económicas que están enfrentando como migrantes. Sólo en la medida que les apoyemos a su integración se disminuye el riesgo de que se asocien a situaciones de ilegalidad.
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Adicionalmente, debemos reconocer que el país tiene unos problemas propios que no surgen con la migración, porque las situaciones que aquejan al país son diversas y tienen múltiples causas; la pandemia, la inconformidad social, los grupos ilegales, el endeudamiento, la devaluación, en fin, son muchas las razones luego no es justo reforzar el imaginario que son los migrantes la principal razón de las dificultades sociales y económicas que atraviesa nuestro país.
¿Cómo hablarle al colombiano de los beneficios de la migración?
En el mundo los fenómenos migratorios siempre han existido. No es un tema nuevo y el aporte de los migrantes en diferentes aspectos está ampliamente documentado. Para el caso de Colombia la migración trae una fuerza de trabajo joven, con diversos conocimientos, con ganas de crecer y apoyar a los empresarios, y/o a crear actividades económicas como la gastronomía, el servicio al cliente, el comercio, la economía circular; se genera también incremento en el consumo de bienes y servicios lo cual promueve el desarrollo local. La migración también ha traído capital extranjero, son muchos los empresarios venezolanos que han trasladado sus negocios a Colombia, de igual forma, con la llegada de los migrantes se ha crecido la inversión social que no solo beneficia los ciudadanos de Venezuela, sino también a poblaciones marginadas en Colombia.
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La migración nos permite sumar habilidades y conocimientos en diferentes áreas como la salud y belleza, industrias asociadas al petróleo; en fin, hay posibilidad de enriquecernos en muchos campos. A lo anterior se suma que, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la migración venezolana ayudará a Colombia a incrementar su Producto Interno Bruto (PIB) en 0,1 % por año a partir del 2024; esto debido a la cantidad de población en capacidad de trabajar que llegó al país. En conclusión, solo hay ganancias para Colombia si logramos la integración social y económica de la población migrante venezolana en el país.
¿Qué gana Colombia con una integración completa y legal del migrante?
A través de la migración regular, fortalecida por el gobierno nacional con la implementación del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), el país gana en materia de seguridad, en ingresos a través de impuestos, en formalización del empleo, pues previene la explotación laboral de la población migrante, lo cual afecta el empleo de los colombianos más vulnerables. Así mismo, damos cumplimiento a los acuerdos internacionales firmados por el país; gana también el sistema de salud porque se generan mayores aportes a través de la reducción de la informalidad y todo ello va permitir el diseño de mejores políticas públicas.
Pero también, Colombia da ejemplo de solidaridad, de empatía, somos a nivel del mundo un país que está colocando los derechos humanos por encima de lo económico, este último es un aspecto que no se resalta, pero lo que el Gobierno está haciendo, al facilitar la regulación de los hermanos de Venezuela, es precisamente eso: tratarlos como hermanos, como ciudadanos y eso da grandeza a nuestro país.
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¿Cómo Integrando Horizontes ha construido un tejido social que ha logrado integrar a la población migrante y la local?
Construir tejido social solo se logra sumando esfuerzos con los diferentes actores en cada uno de los territorios entre ellos el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil, la cooperación internacional, así como la población de acogida y los migrantes, para solucionar necesidades o problemáticas en común. El Programa parte de lo que nos une, hemos mejorado por ejemplo restaurantes comunitarios en los se alimentan niños y niñas Wayuu de Colombia y de Venezuela, trabajamos para disminuir la violencia basada en género con mujeres de los dos países, son tantas las problemáticas en común y tantos los sueños que nos unen, que lo que promovemos es eso precisamente, trabajar por objetivos comunes, promover acciones colectivas en la que todos aportan y participan, las comunidades trabajan, las autoridades locales se articulan, la cooperación y las organizaciones de la sociedad civil armamos entre todos una cadena de solidaridad, de optimismo, en la que el resultado es que miramos el futuro con la esperanza de que juntos somos más y que podemos transformar nuestras realidades por difíciles que sean.
¿Cómo luchar contra la xenofobia que se promueve desde el día a día con pequeñas conductas?
La xenofobia hace referencia al rechazo o aversión hacia el extranjero, y en este caso puntualmente hacia los migrantes venezolanos. Empieza en la casa, en la escuela, en conversaciones sencillas en donde se hacen evidentes los prejuicios, actitudes o conductas que excluyen y muchas veces reflejan sentimientos negativos hacia otras personas. Debemos como sociedad promover y fomentar la empatía hacia el foráneo, la tolerancia y la compasión, aspectos fundamentales para poder avanzar como sociedad.
Tal vez, las escuelas deberían esforzarse más por educar a seres humanos empáticos y sensibles al sufrimiento del otro. Las empresas tendrían que promover no solo la ganancia económica sino también la ganancia emocional que aporta a la Felicidad. Y qué decir de los medios de comunicación, la tarea es gigante para promover la inclusión, la diversidad como una oportunidad fundamental. La xenofobia nace de despreciar al otro, de estigmatizarlo por su origen o su condición, y de no entender que todos somos seres humanos, a pesar nuestras diferencias, somos todos iguales.
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Uno de los temas más urgentes en Colombia es hablar de xenofobia, del rechazo al extranjero, que crece por cuenta de falsas creencias. La Fundación Panamericana para el desarrollo (FUPAD) organizó este viernes 27 de agosto el conversatorio, “La xenofobia, un reto para la integración y el acceso a derechos de la población migrante de Venezuela”, que podrá seguir en todas las plataformas de El Espectador y Lado a Lado.
El evento contará con la participación de Anjalina Sen, Coordinadora Regional de la Oficina de Población, Refugiados y Migración de Estados Unidos; Soraya Osorio, Directora Regional para Sudamérica de FUPAD; Lucas Gómez, Gerente de Fronteras, Gloria Alicia Pinzón gerente del programa Integrando Horizontes de FUPAD, así como María Clara Robayo, investigadora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Alejandro Daly, Director del Derecho de a No Obedecer y Codirector del Barómetro de Xenofobia; Gabriel Pastor Mallo, periodista y analista internacional; y Roxana Mendoza, Gerente de Gestión Humana y administración de la empresa venezolana Dugotex.
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Soraya Osorio, de FUPAD, explica por qué los colombianos deberíamos darnos la oportunidad de conocer al migrante venezolano y reconocerlo como un ser con angustias y necesidades. “Tal vez, las escuelas deberían esforzarse más por educar a seres humanos empáticos y sensibles al sufrimiento del otro”, dice en entrevista con este diario.
¿Cómo luchar contra el miedo al otro que ha incrementado con la migración venezolana?
El miedo al otro surge de no conocer quién es el otro. Los colombianos solo podemos perder el miedo si reconocemos en el “otro” un ser igual, con necesidades y angustias en común. El migrante es padre, madre, hijo, es una persona que a traviesa un momento muy difícil en la vida, que requiere de nuestra empatía y solidaridad; entonces, es cuestión de desmitificar el miedo y allí los medios de comunicación son fundamentales, se trata de desestigmatizar y evidenciar que así como existen algunos venezolanos con mal comportamiento, son muchos más los que día a día hacen un gran esfuerzo por sobrevivir y superar las dificultades sociales y económicas que están enfrentando como migrantes. Sólo en la medida que les apoyemos a su integración se disminuye el riesgo de que se asocien a situaciones de ilegalidad.
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En el mundo los fenómenos migratorios siempre han existido. No es un tema nuevo y el aporte de los migrantes en diferentes aspectos está ampliamente documentado. Para el caso de Colombia la migración trae una fuerza de trabajo joven, con diversos conocimientos, con ganas de crecer y apoyar a los empresarios, y/o a crear actividades económicas como la gastronomía, el servicio al cliente, el comercio, la economía circular; se genera también incremento en el consumo de bienes y servicios lo cual promueve el desarrollo local. La migración también ha traído capital extranjero, son muchos los empresarios venezolanos que han trasladado sus negocios a Colombia, de igual forma, con la llegada de los migrantes se ha crecido la inversión social que no solo beneficia los ciudadanos de Venezuela, sino también a poblaciones marginadas en Colombia.
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A través de la migración regular, fortalecida por el gobierno nacional con la implementación del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), el país gana en materia de seguridad, en ingresos a través de impuestos, en formalización del empleo, pues previene la explotación laboral de la población migrante, lo cual afecta el empleo de los colombianos más vulnerables. Así mismo, damos cumplimiento a los acuerdos internacionales firmados por el país; gana también el sistema de salud porque se generan mayores aportes a través de la reducción de la informalidad y todo ello va permitir el diseño de mejores políticas públicas.
Pero también, Colombia da ejemplo de solidaridad, de empatía, somos a nivel del mundo un país que está colocando los derechos humanos por encima de lo económico, este último es un aspecto que no se resalta, pero lo que el Gobierno está haciendo, al facilitar la regulación de los hermanos de Venezuela, es precisamente eso: tratarlos como hermanos, como ciudadanos y eso da grandeza a nuestro país.
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¿Cómo luchar contra la xenofobia que se promueve desde el día a día con pequeñas conductas?
La xenofobia hace referencia al rechazo o aversión hacia el extranjero, y en este caso puntualmente hacia los migrantes venezolanos. Empieza en la casa, en la escuela, en conversaciones sencillas en donde se hacen evidentes los prejuicios, actitudes o conductas que excluyen y muchas veces reflejan sentimientos negativos hacia otras personas. Debemos como sociedad promover y fomentar la empatía hacia el foráneo, la tolerancia y la compasión, aspectos fundamentales para poder avanzar como sociedad.
Tal vez, las escuelas deberían esforzarse más por educar a seres humanos empáticos y sensibles al sufrimiento del otro. Las empresas tendrían que promover no solo la ganancia económica sino también la ganancia emocional que aporta a la Felicidad. Y qué decir de los medios de comunicación, la tarea es gigante para promover la inclusión, la diversidad como una oportunidad fundamental. La xenofobia nace de despreciar al otro, de estigmatizarlo por su origen o su condición, y de no entender que todos somos seres humanos, a pesar nuestras diferencias, somos todos iguales.
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