El posible efecto diplomático de las revelaciones de Petro sobre compra de Pegasus
Según analistas, las declaraciones del presidente tienen un alto tinte político, mientras que las implicaciones diplomáticas aún están por verse, como la afectación en la confianza para futuros acuerdos comerciales interestatales.
Hugo Santiago Caro
Detrás del revuelo generado por la revelación del presidente Gustavo Petro sobre la supuesta compra del software espía Pegasus a la empresa israelí NSO Group, durante la administración de Iván Duque, sigue presente la sombra del Estado de Israel, con el que Colombia rompió relaciones diplomáticas el 1 de mayo de 2024.
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Detrás del revuelo generado por la revelación del presidente Gustavo Petro sobre la supuesta compra del software espía Pegasus a la empresa israelí NSO Group, durante la administración de Iván Duque, sigue presente la sombra del Estado de Israel, con el que Colombia rompió relaciones diplomáticas el 1 de mayo de 2024.
A Tel Aviv viajaron, según la alocución del miércoles último del presidente, los 11 millones de dólares en efectivo que costó la adquisición del software. Además, desde allí, el gobierno israelí tuvo que dar aval a la empresa privada para que procediera con la negociación con el Estado colombiano.
“NSO Group no puede seguir escudándose en la afirmación de que su software espía solo se utiliza para combatir la delincuencia; parece que Pegasus es también el software espía preferido de quienes tienen entre sus planes el espionaje de gobiernos extranjeros (...) Además, el gobierno israelí no debe autorizar las licencias de exportación de la tecnología de cibervigilancia de NSO Group si existe un riesgo sustancial de que esa tecnología se utilice para cometer violaciones de derechos humanos”, escribió en 2021 Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. Estas declaraciones se dieron en julio de ese año, fechas en las que, según Petro, se realizó la compra del software.
Las consecuencias internas se empiezan a vislumbrar, con la agenda mediática centrada en las revelaciones, pero también en el momento en el que surgen: en pleno paro nacional de transportadores.
La Fiscalía General de la Nación, por su parte, está poniendo la lupa en el asunto. ¿Cuáles son las consecuencias externas y diplomáticas para el país?
¿Colombia violó algún acuerdo con Israel por la revelación de la negociación?
Las declaraciones de Petro incluyeron bastantes detalles sobre la negociación que se habría hecho con NSO: una suma de 11 millones de dólares en efectivo enviada a Tel Aviv, una consignación de cinco millones de dólares a la empresa en un banco en la misma ciudad, el objeto de los depósitos y otros detalles, todos transmitidos en televisión abierta en horario estelar.
Sin embargo, esto no representaría una violación de confidencialidad entre los dos Estados. En primer lugar, porque desde mayo solo existen relaciones a nivel consular, y en segundo lugar, porque Israel, hasta ahora, no figura como miembro activo del negocio.
“Probablemente, la única violación que hubiésemos podido generar sería con la empresa NSO Group directamente, porque, independientemente del gobierno, si el Estado de Colombia firmó algún acuerdo de confidencialidad, lo cual es normal en este tipo de transacciones, y ayer surgieron estas revelaciones en el discurso del presidente, podríamos estar incumpliendo ese tipo de obligación. Sin embargo, más allá de esa posible obligación con la empresa, no parece haber una con el Estado de Israel”, explica Enrique Prieto, experto en derecho internacional y docente de la Universidad del Rosario.
Aumenta la grieta entre ambos países
Si el momento para las rotas relaciones entre ambos países no era bueno, esto aumenta la distancia entre ellos.
Uno de los interrogantes cuando se cortaron los lazos era qué acuerdos en materia de seguridad estaban en riesgo. Pegasus, a pesar del presunto mal uso en Colombia, está diseñado (según sus fundadores) para vigilar a organizaciones criminales y terroristas. Para Manuel Camilo González, analista de relaciones internacionales y docente de la Pontificia Universidad Javeriana, esto solo deteriora las oportunidades de cooperación.
“Es un coletazo de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Tel Aviv y Bogotá, que el gobierno de Petro ha buscado capitalizar en un momento poco propicio a nivel interno. Esto, sin duda, profundiza la grieta entre ambos gobiernos y probablemente seguirá deteriorando la cooperación en materia de seguridad”, señala.
Pese a la gravedad de las denuncias del presidente, también es una jugada audaz más allá del momento en que decide hacerlo (el paro, por lo cual las revelaciones para varios analistas lleva una alta carga política). González insiste en que se puede estar yendo demasiado lejos: “Petro busca enmarcar su constante crítica a Duque del manejo de la protesta social de 2021 en tanto que sofisticó la represión de la movilización social con el uso de Pegasus e hilarlo muy fino con estas pruebas de provisión de este servicio de ciberseguridad con Israel con el que ya ha roto relaciones”.
Los expertos consultados por El Espectador afirman que, si bien no se ha roto ningún acuerdo interestatal, Israel u otros Estados podrían interpretar este episodio como un mal precedente que afecte la confianza en futuras negociaciones en materia de inteligencia o armamentos.
Esto es algo que no solo puede ser complejo para los dos años restantes del gobierno de Petro, sino también para los gobiernos futuros, ya que recuperar esa confianza podría requerir esfuerzos adicionales, incluyendo, entre otros, acuerdos de confidencialidad más estrictos.
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