Una reunión, el rastro que dejaron los sospechosos del magnicidio en Haití
Las autoridades acusan a los sospechosos del asesinato del presidente Jovenel Moise de haberse reunido antes para planear el magnicidio. Sin embargo, la versión de los detenidos es muy distinta.
Poco a poco siguen saliendo detalles sobre el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, sin todavía lograr esclarecer lo ocurrido. Una última información señala que los sospechosos por el crimen se habrían reunido meses antes para planear la reconstrucción del país una vez el mandatario saliera de la escena política.
Así lo reveló una investigación de The New York Times en la que participaron periodistas de diferentes países, en la que señalaron que dichas reuniones se llevaron a cabo meses antes en la Florida y en República Dominicana, lo cual, según el medio, vincularía a muchas más personas, incluyendo “un médico y pastor de 63 años, un vendedor de equipos de seguridad y un corredor de hipotecas y seguros en Florida”.
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Las pruebas contra el grupo de sospechosos, entre los que están los exmilitares colombianos, han comenzado a enredarse con numerosas versiones que salen a diario. Por ahora, el médico Christian Emmanuel Sanon es el señalado por las autoridades como el presunto autor intelectual del hecho, y habría querido llegar al poder una vez Moise estuviera fuera de su camino. “Durante una redada en la residencia del Sr. Sanon, dicen, la policía encontró seis fundas, unas 20 cajas de balas y una gorra de la D.E.A., lo que sugiere que lo relaciona con el asesinato porque el equipo de sicarios que asaltó la casa del Sr. Moïse se hizo pasar por agentes de la D.E.A”, afirmó el medio estadounidense.
Y agregó que las autoridades haitianas han ofrecido pocas explicaciones sobre cómo el Sr. Sanon -que no ocupaba ningún cargo electo- “planeaba asumir el poder una vez asesinado el presidente. También era difícil entender cómo podría haber contratado a un equipo de mercenarios para llevar a cabo el asalto, dado que se declaró en Florida en bancarrota según el capítulo 7 en 2013″.
Lo cierto es que las entrevistas con los sospechosos señalan otra cosa. Parnell Duverger, profesor adjunto de economía jubilado del Broward College de Florida, quien asistió a reuniones virtuales con el médico, afirmó: “La idea era prepararse para esa eventualidad. En el momento de las reuniones, todos creíamos que Sanon iba a convertirse en primer ministro. Habría dejado de asistir si alguien hubiera mencionado un golpe de Estado, y mucho menos un asesinato”.
La declaración es reveladora, pues sugeriría un nuevo camino en la investigación del magnicidio. Según The New York Times, “entre los participantes de las reuniones, dijo el Sr. Duverger, había al menos otros dos sospechosos clave que desde entonces han sido identificados por las autoridades haitianas como figuras centrales de la trama. Uno de ellos era Antonio Intriago, propietario de la empresa privada de seguridad y equipamiento que contrató a los antiguos comandos colombianos y los llevó a Haití”.
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Las pruebas que ha presentado el gobierno haitiano no son concluyentes y los cabos que comienzan a dejar las declaraciones de los sospechosos abren la posibilidad de que en realidad no se estuviera planeando un asesinato, sino una detención. Frantz Gilot, otro de los sospechosos, afirmó que jamás se había planteado dicho panorama: “Sanon se presentó como posible candidato y habló de su sueño y visión de Haití”, dijo.
Según el diario estadounidense, más de una docena “de entrevistas con familiares de los comandos colombianos -así como una grabación de audio de cómo se les presentó la misión de los soldados en Haití- muestran que varios de los principales sospechosos exageraron enormemente su experiencia y capacidad financiera, y engañaron profundamente al menos a algunos de los soldados colombianos que contrataron”.
Según esa versión, la firma de seguridad CTU Security, se puso en contacto con un sargento retirado del ejército colombiano, Duberney Capador, “y le pidió que reuniera un grupo de excomandos para ‘proteger a personas importantes en Haití', según la hermana del Sr. Capador, Yenny Carolina Capador”.
El medio entrevistó al menos a 15 familiares de los soldados colombianos detenidos y varias de las esposas afirmaron que el exsargento Capador les había prometido un trabajo con una empresa de seguridad estadounidense y que les prometió pagarles 2.700 dólares al mes.
The New York Times aseguró: “Un grupo de unas dos docenas de colombianos llegó a Puerto Príncipe entre principios de mayo y el 6 de junio, según las entrevistas con sus familiares. El Sr. Capador dijo a los reclutas que lucharían contra las bandas criminales, asegurarían infraestructuras cruciales y protegerían a dignatarios e inversores, con el respaldo de una importante empresa estadounidense”.
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En un principio la misión habría sido combatir contra bandas delincuenciales con el apoyo de una importante empresa de Estados Unidos. Sin embargo, el medio de ese país afirmó que en lugar de ello, “se vieron confinados en una casa de campo y pasaron el mes siguiente haciendo ejercicio en el interior, tomando clases de inglés y cocinando, dijeron los familiares, que seguían en contacto diario con los reclutas. A mediados de junio, los ex soldados fueron presentados a un hombre de habla hispana que decía representar a Worldwide Capital, el nombre de la empresa del Sr. Veintemilla, según una grabación realizada por uno de los hombres. En esa misma sesión, el orador presentó al Sr. Solages, el estadounidense ahora detenido, describiéndolo como un experimentado inversor internacional que dirige la reconstrucción de Haití”.
El medio aseguró que hasta el momento hay pocos indicios de que Worldwide Capital haya desempeñado un papel significativo en grandes proyectos mundiales. “Los sitios web de la empresa, que dicen ofrecer servicios financieros genéricos como hipotecas y seguros, no mencionan ningún acuerdo notable. Y el propietario de la empresa que contrató a los comandos colombianos, el Sr. Intriago, tiene un historial de deudas, desahucios y quiebras. Varios familiares de los soldados colombianos dijeron que nunca recibieron los salarios prometidos”.
Poco a poco siguen saliendo detalles sobre el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, sin todavía lograr esclarecer lo ocurrido. Una última información señala que los sospechosos por el crimen se habrían reunido meses antes para planear la reconstrucción del país una vez el mandatario saliera de la escena política.
Así lo reveló una investigación de The New York Times en la que participaron periodistas de diferentes países, en la que señalaron que dichas reuniones se llevaron a cabo meses antes en la Florida y en República Dominicana, lo cual, según el medio, vincularía a muchas más personas, incluyendo “un médico y pastor de 63 años, un vendedor de equipos de seguridad y un corredor de hipotecas y seguros en Florida”.
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Las pruebas contra el grupo de sospechosos, entre los que están los exmilitares colombianos, han comenzado a enredarse con numerosas versiones que salen a diario. Por ahora, el médico Christian Emmanuel Sanon es el señalado por las autoridades como el presunto autor intelectual del hecho, y habría querido llegar al poder una vez Moise estuviera fuera de su camino. “Durante una redada en la residencia del Sr. Sanon, dicen, la policía encontró seis fundas, unas 20 cajas de balas y una gorra de la D.E.A., lo que sugiere que lo relaciona con el asesinato porque el equipo de sicarios que asaltó la casa del Sr. Moïse se hizo pasar por agentes de la D.E.A”, afirmó el medio estadounidense.
Y agregó que las autoridades haitianas han ofrecido pocas explicaciones sobre cómo el Sr. Sanon -que no ocupaba ningún cargo electo- “planeaba asumir el poder una vez asesinado el presidente. También era difícil entender cómo podría haber contratado a un equipo de mercenarios para llevar a cabo el asalto, dado que se declaró en Florida en bancarrota según el capítulo 7 en 2013″.
Lo cierto es que las entrevistas con los sospechosos señalan otra cosa. Parnell Duverger, profesor adjunto de economía jubilado del Broward College de Florida, quien asistió a reuniones virtuales con el médico, afirmó: “La idea era prepararse para esa eventualidad. En el momento de las reuniones, todos creíamos que Sanon iba a convertirse en primer ministro. Habría dejado de asistir si alguien hubiera mencionado un golpe de Estado, y mucho menos un asesinato”.
La declaración es reveladora, pues sugeriría un nuevo camino en la investigación del magnicidio. Según The New York Times, “entre los participantes de las reuniones, dijo el Sr. Duverger, había al menos otros dos sospechosos clave que desde entonces han sido identificados por las autoridades haitianas como figuras centrales de la trama. Uno de ellos era Antonio Intriago, propietario de la empresa privada de seguridad y equipamiento que contrató a los antiguos comandos colombianos y los llevó a Haití”.
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Las pruebas que ha presentado el gobierno haitiano no son concluyentes y los cabos que comienzan a dejar las declaraciones de los sospechosos abren la posibilidad de que en realidad no se estuviera planeando un asesinato, sino una detención. Frantz Gilot, otro de los sospechosos, afirmó que jamás se había planteado dicho panorama: “Sanon se presentó como posible candidato y habló de su sueño y visión de Haití”, dijo.
Según el diario estadounidense, más de una docena “de entrevistas con familiares de los comandos colombianos -así como una grabación de audio de cómo se les presentó la misión de los soldados en Haití- muestran que varios de los principales sospechosos exageraron enormemente su experiencia y capacidad financiera, y engañaron profundamente al menos a algunos de los soldados colombianos que contrataron”.
Según esa versión, la firma de seguridad CTU Security, se puso en contacto con un sargento retirado del ejército colombiano, Duberney Capador, “y le pidió que reuniera un grupo de excomandos para ‘proteger a personas importantes en Haití', según la hermana del Sr. Capador, Yenny Carolina Capador”.
El medio entrevistó al menos a 15 familiares de los soldados colombianos detenidos y varias de las esposas afirmaron que el exsargento Capador les había prometido un trabajo con una empresa de seguridad estadounidense y que les prometió pagarles 2.700 dólares al mes.
The New York Times aseguró: “Un grupo de unas dos docenas de colombianos llegó a Puerto Príncipe entre principios de mayo y el 6 de junio, según las entrevistas con sus familiares. El Sr. Capador dijo a los reclutas que lucharían contra las bandas criminales, asegurarían infraestructuras cruciales y protegerían a dignatarios e inversores, con el respaldo de una importante empresa estadounidense”.
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En un principio la misión habría sido combatir contra bandas delincuenciales con el apoyo de una importante empresa de Estados Unidos. Sin embargo, el medio de ese país afirmó que en lugar de ello, “se vieron confinados en una casa de campo y pasaron el mes siguiente haciendo ejercicio en el interior, tomando clases de inglés y cocinando, dijeron los familiares, que seguían en contacto diario con los reclutas. A mediados de junio, los ex soldados fueron presentados a un hombre de habla hispana que decía representar a Worldwide Capital, el nombre de la empresa del Sr. Veintemilla, según una grabación realizada por uno de los hombres. En esa misma sesión, el orador presentó al Sr. Solages, el estadounidense ahora detenido, describiéndolo como un experimentado inversor internacional que dirige la reconstrucción de Haití”.
El medio aseguró que hasta el momento hay pocos indicios de que Worldwide Capital haya desempeñado un papel significativo en grandes proyectos mundiales. “Los sitios web de la empresa, que dicen ofrecer servicios financieros genéricos como hipotecas y seguros, no mencionan ningún acuerdo notable. Y el propietario de la empresa que contrató a los comandos colombianos, el Sr. Intriago, tiene un historial de deudas, desahucios y quiebras. Varios familiares de los soldados colombianos dijeron que nunca recibieron los salarios prometidos”.