El secuestro de migrantes, otra fuente de ingresos para los carteles en México

Un autobús del Grupo Senda salió de Monterrey con 36 pasajeros. Buscaban llegar a la ciudad de Matamoros, en Tamaulipas, donde esperaban cruzar la frontera estadounidense. El 30 de diciembre, en Reynosa, cuando faltaba un poco más de una hora para llegar a la destinación, cinco camionetas llenas de hombres armados interceptaron el vehículo y se llevaron 31 de los 36 pasajeros. Todas las personas secuestradas, de acuerdo con el vocero de Seguridad regional de México, eran extranjeras.

Un autobús del Grupo Senda salió de Monterrey con 36 pasajeros. Buscaban llegar a la ciudad de Matamoros, en Tamaulipas, donde esperaban cruzar la frontera estadounidense. El 30 de diciembre, en Reynosa, cuando faltaba un poco más de una hora para llegar a la destinación, cinco camionetas llenas de hombres armados interceptaron el vehículo y se llevaron 31 de los 36 pasajeros. Todas las personas secuestradas, de acuerdo con el vocero de Seguridad regional de México, eran extranjeras.

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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró que cuatro de las personas secuestradas eran colombianas. En entrevista con Blu Radio, Andrés Hernández, el cónsul de Colombia en México, reveló que se trata de una familia en la que hay un menor de edad. La Cancillería colombiana ha dicho que todavía hay 10 migrantes que no han sido identificados, por lo que podría haber más connacionales entre las víctimas.

Este lunes, la Seguridad del Estado informó que en la misma carretera en la que había ocurrido el secuestro de las 31 personas, habían rescatado cinco ciudadanos venezolanos, entre los que había dos menores de edad. Según la vocería, la Guardia Nacional visualizó un Ford Fusion Blanco en la carretera que, “al detectar la presencia de las unidades de la Guardia Nacional”, “realizó maniobras evasivas entre el tráfico y posteriormente detuvo su marcha”. Dos personas descendieron del vehículo y escaparon.

De acuerdo con las autoridades, las personas rescatadas no hacen parte de los desaparecidos el 30 de diciembre. Sin embargo, los migrantes han dicho en declaraciones a la prensa que iban en un autobús del Grupo Senda cuando el vehículo los interceptó y los obligó a bajar.

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El estado de Tamaulipas tiene 17 pasos y 3 grandes ciudades fronterizas con “tráfico comercial y de personas”, como explicó a NMás Jorge Cuéllar, titular del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública en Tamaulipas. En esa zona operan siete facciones del Cártel de Golfo, de los Zetas y del Cártel Jalisco Nueva Generación, según una investigación de InSight Crime. De estas organizaciones, dos han implementado el tráfico de migrantes en su modus operandi.

“Las mafias que se dedican principalmente al tráfico de migrantes son los Zetas y el Cártel del Golfo. Son normalmente las dos organizaciones criminales que, desde hace tiempo, encontraron que el tráfico de migrantes, la trata de personas, el tránsito de migrantes sudamericanos, centroamericanos y también mexicanos eran una fuente de recursos para ellos”, apunta David Saucedo, consultor en seguridad mexicano.

El experto afirma que existen al menos cinco modalidades de tráfico de personas que se ven en zonas fronterizas. La primera, en la que los cárteles cobran un “peaje” a los migrantes para ayudarles a pasar la frontera. La segunda, el secuestro para cobrar un rescate a los familiares. La tercera, el secuestro con el fin de incorporar a las personas a los ejércitos del cártel. En este caso, seleccionan migrantes de cierto rango de edad, de cierta estatura, generalmente de sexo masculino que serán integrados para hacer parte de los trabajos de narcomenudeo, es decir, de venta de drogas en las calles.

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La cuarta modalidad es específicamente para las migrantes de sexo femenino, que son secuestradas y llevadas a otras ciudades con el fin de la explotación sexual. La última corresponde a la integración de los migrantes como mano de obra esclava. En cualquiera de los casos, explica Saucedo, si las personas se rehúsan a participar, son asesinadas.

Este martes, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que “se está haciendo la búsqueda desde los primeros momentos”. Autoridades estatales y federales vigilan la zona para dar con alguna pista que pueda llevarlos a los secuestrados, pero hasta el momento no se conoce qué grupo pudo ser el responsable del crimen.

El Gobierno de México no aborda como debería el tema de seguridad de los migrantes, advierte Saucero, pues no hay enfoques que manejen estas situaciones.

“El Gobierno mexicano no tiene un presupuesto como tal para dar albergues, alimentos, asistencia médica, asistencia jurídica ni tampoco para protegerlos de los ataques de los cárteles de la droga, lamentablemente. Esto ocurre tanto con migrantes de Suramérica y Centroamérica como con mexicanos”, asevera el consultor.

Si bien el tema de la migración ha sido central para los encuentros entre la administración estadounidense y el Gobierno mexicano, el enfoque es el control fronterizo y no la protección de las personas. La semana pasada, Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, y el mandatario mexicano se reunieron para hablar del paso de personas en la frontera. Al finalizar el encuentro, López Obrador hizo una publicación en X (antes Twitter) en la que escribió que se habían logrado “importantes acuerdos en beneficio de nuestros pueblos y naciones. Ahora más que nunca es indispensable la política de buena vecindad”. Sin embargo, no dio detalles sobre lo discutido.

Una de las medidas que tomaron el Gobierno de Joe Biden y el de López Obrador fue hacer que la Guardia Nacional realizara tareas de policía migratoria, buscando frenar los flujos de migrantes hacia Estados Unidos. Pero el añadido de 200.000 agentes en temas migratorios no fue suficiente.

Con aproximadamente 60.000 efectivos custodiando la frontera norte y la frontera sur de México, explica Saucero, “la operación de la Guardia Nacional es ineficaz para proteger a los migrantes porque no se realiza en las ciudades intermedias y en los estados en donde van transitando los migrantes y donde son blanco de este tipo de ataques por parte del crimen organizado”.

La situación es aún más crítica si se tiene en cuenta las denuncias de corrupción contra la policía migratoria, que Saucero llama “la más corrupta de todas las corporaciones”. Además de no seguir el debido proceso para investigar los casos de desapariciones o secuestros en las zonas fronterizas, como reveló una investigación de The New York Times, sus agentes han estado implicados en casos de violencia hacia los migrantes.

“Los abusos por parte de los propios funcionarios estatales son sistémicos. Escuchamos cientos y cientos de historias de personas que sufren daños directamente a manos de estos funcionarios estatales, incluidos secuestros, violaciones, agresiones sexuales, robos, extorsiones”, denunció Julia Neusner, abogada coautora del informe de Human Rights First, una organización de defensa de los derechos humanos.

Las autoridades han insistido que las investigaciones avanzan para poder dar con el paradero de los migrantes. Pero el experto no es tan optimista, pues existen casos similares, que no han recibido atención mediática, que no llegaron a una conclusión satisfactoria para los familiares de las víctimas.

“Si no hay esa presión mediática, no se va a resolver el caso”, concluye el experto.

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