La persona sospechosa de haber matado a 18 individuos y de herir a otros 13 en Maine, Estados Unidos, fue encontrada muerta el viernes por la noche en un centro de reciclaje, donde solía trabajar. El sospechoso, Robert R. Card II, de 40 años, abrió fuego el miércoles contra la multitud en una bolera y un bar en Lewiston. Su búsqueda se había extendido a lo largo de dos días, en los que los helicópteros de la Policía sobrevolaron una extensa zona, la Guardia Costera patrulló un río y los equipos tácticos, fuertemente armados, invadieron las casas de los familiares del sospechoso para ejecutar órdenes de registro.
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Según funcionarios informados sobre el tema, citados por la prensa local, el sospechoso fue encontrado muerto por una aparente herida de bala autoinfligida. La senadora Susan Collins, republicana de Maine, dijo que el presidente Joe Biden la llamó el viernes por la noche para confirmar la noticia, y agregó que el estado “puede dar un suspiro colectivo de alivio”.
Card, que tenía antecedentes de enfermedad mental, fue descrito por las autoridades como “armado y peligroso”. Por ello, se les pidió a los residentes que no se acercaran a él bajo ninguna circunstancia. De hecho, la Policía lo había llevado para una evaluación después de que a mediados de julio los oficiales militares se preocuparan de que estuviera actuando de manera errática, dijo un funcionario estadounidense a la Associated Press.
La información que se tiene acerca del tiroteo es la siguiente: la persona más joven asesinada el miércoles por la noche tenía 14 años y la mayor 76, según afirmó la oficina de un médico forense en Maine. Siete víctimas murieron en la bolera Just-In-Time Recreation y ocho en Schemengees Bar & Grille, a unas cuatro millas de distancia. Otras tres personas fallecieron en el hospital.
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