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Los chilenos votaron este domingo en las elecciones presidenciales más inciertas desde el fin de la dictadura en 1990, con dos candidatos favoritos en posiciones antagónicas. Dos horas después del cierre de las mesas de votación se confirmó que el país va a una segunda vuelta el próximo domingo 19 de diciembre.
Con el 40,52% de mesas escrutadas y luego que Sebastián Sichel reconociera su derrota, la prensa chilena dio por confirmada la tendencia: el ultraderechista José Antonio Kast y el líder de izquierda Gabriel Boric pasan a segunda vuelta electoral.
Boric, de 35 años, la edad mínima para postular a la presidencia de Chile, propone un cambio al modelo económico neoliberal, mientras que Kast, de 55 años, promete restaurar el orden y seguridad tras dos años turbulentos.
En estos comicios, en los que está en juego un giro en el modelo económico y político que trajo estabilidad y prosperidad económica, pero también abrió brechas de desigualdad social, hubo una alta participación ciudadana, que hizo que muchas mesas permanecieran abiertas luego del cierre oficial, a las 6 de la tarde.
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Una curiosidad de la jornada fue el liberal Franco Parisi, quien vive en Alabama, EE. U. y no ha pisado el país en toda la campaña electoral, pero quien quedó como tercero con el 13% de las preferencias, y muy cerca la senadora demócrata-cristiana, Yasna Provoste, con el 12%. El oficialista Sebastián Sichel es quinto con el 11%.
Polos opuestos
“Representamos el proceso de cambio y transformación que viene, (pero) con certezas, con la gradualidad que sea necesaria”, dijo Boric al votar en Punta Arenas, su ciudad natal, en el extremo sur.
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Por su parte Kast, que después de 20 años de militancia en el ultraconservador partido Unión Demócrata Independiente (UDI) es uno de los fundadores del Partido Republicano, intenta mantener el modelo neoliberal heredado de la dictadura y promete imponer “orden, seguridad y libertad”.
“Lo principal (hoy es que) pueda concurrir mucha gente a votar y que cada uno se pueda pronunciar en libertad” y “votar informado”, dijo el abogado, quien sostiene que Boric y su alianza con el Partido Comunista traerán “caos” a Chile.
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La abanderada de la centroizquierda, Yasna Provoste, exministra de Michelle Bachelet, dijo al votar que “era necesario recuperar la gobernabilidad y paz perdida”.
La votación es interpretada por los expertos como el enfrentamiento entre dos modelos, uno que busca mantener el status quo y otro, partidario de cambios y de mayor igualdad, clamores que se hicieron presentes durante las crisis social de 2019.
Elisa Loncón, la académica indígena que preside la convención que redacta la nueva carta magna, ideada precisamente para suavizar las masivas protestas, aseguró que “no da lo mismo quién gane” puesto que el próximo presidente deberá gobernar “en clave constitucional”.
”Quien se instale hoy (o en segunda vuelta) será un Gobierno de transición que en el futuro tendrá que ver cómo implementa la nueva Constitución”, reivindicó.
Además de implementar las normas de la nueva Casta Magna -en caso de aprobarse-, el próximo presidente deberá afrontar una acuciante inflación pospandémica y la arraigada crisis institucional y social que arrastra el país desde 2019.
Varios analistas consultados por la AFP consideran que las elecciones de este domingo podrían cerrar el viejo ciclo político del país, pues los dos favoritos -y la mayoría de candidatos- son ajenos a las coaliciones con partidos tradicionales.