Intelectual, flexible y con un buen proyecto: lo que Rodríguez Zapatero ve en Petro
José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno español, confesó que la “inquietud intelectual” del candidato Gustavo Petro representa una “esperanza” para el país.
El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero no oculta su cercanía con Gustavo Petro, candidato a la presidencia de Colombia por el Pacto Histórico. El martes, el exmandatario fue el invitado especial a la proyección de ‘La política del amor’, un documental que narra partes de la vida del político colombiano.
“Petro es un hombre hecho a sí mismo”, manifestó Rodríguez Zapatero tras la proyección, asegurando que en el documental “hay fragmentos y pinceladas en ese documental de la historia de estos últimos 60 años de Colombia”.
En conversación con El Espectador, el exmandatario español habló sobre su relación con Petro y su visión sobre las elecciones presidenciales del próximo 29 de mayo.
¿A qué se debe su visita a Colombia?
Tengo una tarea de compromiso, de colaboración y de apoyo a Colombia y al Pacto Histórico. Esta relación con Gustavo Petro, María José Pizarro, y otros compañeros, está fundada una visión en favor de la paz como la gran tarea. Debemos ganarle la palabra a la violencia, que el respeto se imponga sobre el odio. Colombia es, sin duda alguna, uno de los países que más necesita la paz y que más ha luchado por la paz. También donde hay egos por la paz.
Todos los que han intentado el proceso de paz y lo impulsaron son para mí héroes y pasarán a la historia. Estas personas necesitan apoyo y comprensión. Yo viví un proceso de paz que significó el fin del terrorismo de Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y el fin de la última violencia política en España después de dos siglos. Ahora llevamos diez años sin violencia política. Se puede lograr y merece la pena. No ayudar sería un acto de injusticia. Por tanto, este es mi compromiso. Hemos tenido varias reuniones y vamos a tener otras para hablar del futuro. Pienso que Petro tiene, si obtiene la mayoría para ser presidente, el derecho a hacer un proyecto de país distinto, que abrace la igualdad como la razón de ser y la justicia.
Ya se ha reunido antes con Petro, ¿cómo empezó esta relación?
Nuestra relación ha venido en parte por María José Pizarro, con quien compartimos diálogos, debates, foros y porque yo siempre he apoyado el proceso de paz de Colombia, ya sea con el presidente Santos o incluso con el presidente Uribe, ambos compartían el afán de ver el fin de la violencia. Esa proximidad me ha llevado lógicamente a estar siempre con el máximo interés. Cuando Petro visitó España y pidió verse conmigo para mí fue muy importante.
Vi en Petro eso que los presidentes vemos cuando un líder acoge un proyecto para su país. Él tiene una razón de ser para Colombia. Le he visto con una actitud abierta y flexible. Colombia necesita terminar con la violencia y necesita empezar con la reconciliación, el reencuentro. Es una tarea que deberá liderar un hombre bueno que crea en esos principios y valores y que esté dispuesto a hablarlo con toda la sociedad.
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¿Cuáles fueron sus impresiones del documental sobre Petro?
Es un hombre hecho a sí mismo. Hay fragmentos y pinceladas en ese documental de la historia de estos últimos 60 años de Colombia. Siempre he pensado que la memoria es una necesidad íntima. Cada uno de nosotros, en el silencio de la soledad, interioricemos el horror de la violencia. Me interesó sobre todo de Petro su inquietud intelectual, su manera de abrazar la filosofía. Tengo frente a eso una simpatía natural. Pienso que las ideas, el pensamiento, el conocimiento, es sin duda alguna lo que puede hacer que la senda de un país tenga sentido. Cuando encuentras en tu vida política alguien que ama la lectura, que tiene esa inquietud intelectual, sabes que ahí hay una esperanza. Y es que quien abraza la intelectualidad está muy por encima del interés concreto de una victoria para hoy o de un beneficio para mañana. Tiene otra idea: construir país.
Quien gobierne el país deberá lidiar con una sociedad muy polarizada. Por su trayectoria como estadista, ¿cuál es su consejo para el próximo presidente o presidenta de Colombia?
Pienso que gobernar es, ante todo, contener y contenerse. En un país que tiene tendencia a la polarización, donde el fanatismo se expresa con tanta virulencia a veces, donde la violencia política sigue presente. El elogio de la contención sería una identidad para la nueva etapa de Colombia.
Colombia no es el único país en el que ha participado de un proceso de diálogo, ¿cómo va la discusión sobre Venezuela?
Estoy en Colombia ahora y ayudo en Colombia con la palabra, que es básicamente lo que un expresidente puede hacer: transmitir ideas, promover y escuchar el debate. A Latinoamérica he viajado 237 veces, 42 de ellas a Venezuela. Debo decir que el futuro electoral de Colombia es el futuro electoral de Colombia. Normalmente, la historia no recompensa los argumentos que vienen a poner otros países en el debate. Mi opinión es que hay dos grandes temas en Colombia que son la no violencia y las desigualdades sociales
Es un año electoral importante. Brasil también elige presidente. ¿Qué peso tendrán las elecciones colombianas en la región?
La utopía a la que hay que llegar es a la unión de Latinoamérica. El cambio climático, la migración, todos son temas globales, y si la región tiene una silla propia con peso en el contexto internacional será mucho más eficaz. Si hubiera una unión latinoamericana sería más poderosa para enfrentar cada desafío. Lo decimos con humildad desde la Unión Europea, cuando Europa fue el continente más salvaje.
Ojalá este nuevo ciclo electoral nos vuelva a abrir las puertas de la integración. Sin integración en Latinoamérica no habrá éxitos parciales para ningún país. Las élites también tienen que entender que un país con discriminación, desigualdad y violencia no tiene futuro. Este programa va a poder salir adelante si va acompañado de un proceso de integración. No soy crítico de que no hayan avanzado más en integración porque son naciones muy jóvenes.
¿Cuál es su opinión sobre el candidato Petro ahora?
La democracia es un acto de sinceridad. Pienso que el candidato Gustavo Petro ha llamado a personas como a mí para compartir ideas, experiencias y diálogo y eso me parece una buena señal, sobre todo pensando en la paz y pensando en España.
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“Petro es un hombre hecho a sí mismo”, manifestó Rodríguez Zapatero tras la proyección, asegurando que en el documental “hay fragmentos y pinceladas en ese documental de la historia de estos últimos 60 años de Colombia”.
En conversación con El Espectador, el exmandatario español habló sobre su relación con Petro y su visión sobre las elecciones presidenciales del próximo 29 de mayo.
¿A qué se debe su visita a Colombia?
Tengo una tarea de compromiso, de colaboración y de apoyo a Colombia y al Pacto Histórico. Esta relación con Gustavo Petro, María José Pizarro, y otros compañeros, está fundada una visión en favor de la paz como la gran tarea. Debemos ganarle la palabra a la violencia, que el respeto se imponga sobre el odio. Colombia es, sin duda alguna, uno de los países que más necesita la paz y que más ha luchado por la paz. También donde hay egos por la paz.
Todos los que han intentado el proceso de paz y lo impulsaron son para mí héroes y pasarán a la historia. Estas personas necesitan apoyo y comprensión. Yo viví un proceso de paz que significó el fin del terrorismo de Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y el fin de la última violencia política en España después de dos siglos. Ahora llevamos diez años sin violencia política. Se puede lograr y merece la pena. No ayudar sería un acto de injusticia. Por tanto, este es mi compromiso. Hemos tenido varias reuniones y vamos a tener otras para hablar del futuro. Pienso que Petro tiene, si obtiene la mayoría para ser presidente, el derecho a hacer un proyecto de país distinto, que abrace la igualdad como la razón de ser y la justicia.
Ya se ha reunido antes con Petro, ¿cómo empezó esta relación?
Nuestra relación ha venido en parte por María José Pizarro, con quien compartimos diálogos, debates, foros y porque yo siempre he apoyado el proceso de paz de Colombia, ya sea con el presidente Santos o incluso con el presidente Uribe, ambos compartían el afán de ver el fin de la violencia. Esa proximidad me ha llevado lógicamente a estar siempre con el máximo interés. Cuando Petro visitó España y pidió verse conmigo para mí fue muy importante.
Vi en Petro eso que los presidentes vemos cuando un líder acoge un proyecto para su país. Él tiene una razón de ser para Colombia. Le he visto con una actitud abierta y flexible. Colombia necesita terminar con la violencia y necesita empezar con la reconciliación, el reencuentro. Es una tarea que deberá liderar un hombre bueno que crea en esos principios y valores y que esté dispuesto a hablarlo con toda la sociedad.
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¿Cuáles fueron sus impresiones del documental sobre Petro?
Es un hombre hecho a sí mismo. Hay fragmentos y pinceladas en ese documental de la historia de estos últimos 60 años de Colombia. Siempre he pensado que la memoria es una necesidad íntima. Cada uno de nosotros, en el silencio de la soledad, interioricemos el horror de la violencia. Me interesó sobre todo de Petro su inquietud intelectual, su manera de abrazar la filosofía. Tengo frente a eso una simpatía natural. Pienso que las ideas, el pensamiento, el conocimiento, es sin duda alguna lo que puede hacer que la senda de un país tenga sentido. Cuando encuentras en tu vida política alguien que ama la lectura, que tiene esa inquietud intelectual, sabes que ahí hay una esperanza. Y es que quien abraza la intelectualidad está muy por encima del interés concreto de una victoria para hoy o de un beneficio para mañana. Tiene otra idea: construir país.
Quien gobierne el país deberá lidiar con una sociedad muy polarizada. Por su trayectoria como estadista, ¿cuál es su consejo para el próximo presidente o presidenta de Colombia?
Pienso que gobernar es, ante todo, contener y contenerse. En un país que tiene tendencia a la polarización, donde el fanatismo se expresa con tanta virulencia a veces, donde la violencia política sigue presente. El elogio de la contención sería una identidad para la nueva etapa de Colombia.
Colombia no es el único país en el que ha participado de un proceso de diálogo, ¿cómo va la discusión sobre Venezuela?
Estoy en Colombia ahora y ayudo en Colombia con la palabra, que es básicamente lo que un expresidente puede hacer: transmitir ideas, promover y escuchar el debate. A Latinoamérica he viajado 237 veces, 42 de ellas a Venezuela. Debo decir que el futuro electoral de Colombia es el futuro electoral de Colombia. Normalmente, la historia no recompensa los argumentos que vienen a poner otros países en el debate. Mi opinión es que hay dos grandes temas en Colombia que son la no violencia y las desigualdades sociales
Es un año electoral importante. Brasil también elige presidente. ¿Qué peso tendrán las elecciones colombianas en la región?
La utopía a la que hay que llegar es a la unión de Latinoamérica. El cambio climático, la migración, todos son temas globales, y si la región tiene una silla propia con peso en el contexto internacional será mucho más eficaz. Si hubiera una unión latinoamericana sería más poderosa para enfrentar cada desafío. Lo decimos con humildad desde la Unión Europea, cuando Europa fue el continente más salvaje.
Ojalá este nuevo ciclo electoral nos vuelva a abrir las puertas de la integración. Sin integración en Latinoamérica no habrá éxitos parciales para ningún país. Las élites también tienen que entender que un país con discriminación, desigualdad y violencia no tiene futuro. Este programa va a poder salir adelante si va acompañado de un proceso de integración. No soy crítico de que no hayan avanzado más en integración porque son naciones muy jóvenes.
¿Cuál es su opinión sobre el candidato Petro ahora?
La democracia es un acto de sinceridad. Pienso que el candidato Gustavo Petro ha llamado a personas como a mí para compartir ideas, experiencias y diálogo y eso me parece una buena señal, sobre todo pensando en la paz y pensando en España.
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