Hace apenas una semana, una imagen de Trump sangrando estremeció a muchos. El intento de asesinato en contra del republicano marcó un nuevo capítulo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. “La bala pasó, llegando a menos de un cuarto de pulgada (0,6 cm) de entrar en su cabeza, e impactó en la parte superior de su oreja derecha”, comentó el sábado su antiguo médico en la Casa Blanca, Ronny Jackson.
La herida de 2 centímetros de ancho no lo frenó. Apenas hace unos días, en el marco de la Convención Republicana, aceptó la nominación para ser el candidato oficial de la agrupación y este sábado retomó su campaña política desde Michigan, en compañía de su fórmula vicepresidencial, J. D. Vance, con quien hizo una aparición pública en la ciudad de Grand Rapids.
Entretanto, y mientras los republicanos cierran filas a su alrededor, incluyendo antiguos rivales como Nikki Haley y Ron DeSantis, quienes recientemente dijeron que lo respaldan en su camino a la Casa Blanca, su principal contrincante, Joe Biden, permanece aislado, no solo por el coronavirus que le fue diagnosticado hace poco, sino por las presiones que sus compañeros demócratas están ejerciendo sobre él para que dé un paso al costado en la campaña.
Trump sigue con su agenda electoral
En la más reciente aparición desde que el jueves en la noche aceptó la nominación del Partido Republicano, y dijo que iba a ser el presidente de todo Estados Unidos y que en noviembre “habrá una victoria increíble”, el expresidente hizo referencia al atentado cometido en su contra y aprovechó la intervención para atacar a sus rivales. “Recibí una bala por la democracia”, se le escuchó decir en el lugar. “No tienen idea de quién es su candidato, y nosotros tampoco”, agregó entre risas. “Eso es un problema”.
A lo largo de su discurso, según reportan medios locales como The New York Times, repitió que los demócratas están permitiendo que los inmigrantes crucen la frontera ilegalmente para obligarlos a votar, algo sobre lo cual no hay pruebas, y desde ya empezó a sembrar dudas sobre si las elecciones de 2024 se llevarán a cabo de manera justa.
En paralelo, J. D. Vance atacó a la vicepresidenta Kamala Harris por su papel en la crisis fronteriza y la acusó de, en su opinión, hacer poco en ese sentido: “Ella se desempeñó como zar fronteriza durante el mayor desastre de apertura de fronteras que haya tenido este país. Hagamos que el presidente Trump vuelva allí, cierre esa frontera y traigamos un poco de sentido común de seguridad a este país”.
Biden, aislado políticamente y con coronavirus
El mandatario estadounidense se está recuperando en su casa de Rehoboth Beach, Delaware, mientras se sigue enfrentando a las presiones dentro de su partido para que abandone su carrera a la reelección. Está prácticamente atrincherado. Son varios los que le han hecho ese pedido, entre ellos algunos antiguos aliados como el expresidente Barack Obama y la representante Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes.
Ella, quien le ha dicho en privado que no cree que pueda ganar la reelección, también dijo recientemente a sus colegas que estaría a favor de una primaria abierta “competitiva” para reemplazar a Biden, en caso de que él ponga fin a su campaña, en lugar de designar a Harris como la nueva candidata presidencial demócrata. En medio de esto, el Times aseguró que existe la posibilidad de que, entre las presiones, “se corra el riesgo de enojar a Biden y de incitarlo a que se quede”. Hay otras voces que indican que su resistencia podría durar hasta que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visite Washington el miércoles.
Y es que una oleada de demócratas ha expresado preocupación por las posibilidades que podría tener Biden de ganar en las urnas en noviembre, teniendo en cuenta el criticado desempeño que tuvo en el debate de CNN. Son casi tres docenas de demócratas en el Congreso que dicen que es hora de que abandone la contienda.
El último nombre de alto perfil en sumarse al coro fue el del senador Sherrod Brown: “He escuchado a los habitantes de Ohio hablar sobre temas importantes, entre ellos cómo seguir generando empleo en nuestro estado, darle a las fuerzas del orden los recursos para acabar con el fentanilo, proteger la seguridad social y Medicare de los recortes, y prevenir los esfuerzos en curso para imponer una prohibición nacional del aborto. En este momento crítico, debemos volver a centrar toda nuestra atención en estos importantes asuntos. Creo que el presidente debería dar por finalizada su campaña”.
Apenas el viernes, el jefe de la Casa Blanca aseguró que continuará con su agenda electoral la próxima semana y su jefa de campaña, Jen O’Malley Dillion, aunque reconoció una “caída” en el apoyo al mandatario, subrayó que “definitivamente” seguirá y que ve “múltiples caminos” para vencer a Trump. “Tenemos mucho trabajo por hacer para convencer al pueblo estadounidense de que sí, es viejo, pero puede ganar”, sostuvo en el programa “Morning Joe” de MSNBC. Agregó que los votantes preocupados por la aptitud de Biden para liderar no se están pasando a votar por el republicano: “Tienen preguntas, pero se quedan con Joe Biden”.
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