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Elecciones subnacionales en Colombia y Chile: diferencias y desafíos en común

Las dinámicas subnacionales de ambos países tienen importantes diferencias pero presentan puntos y desafíos similares respecto a los procesos políticos que se avecinan. Colombia, que va a las urnas este fin de semana, es un caso típico para cualquiera que desee analizar la descentralización política en perspectiva comparada.

Germán Campos-Herrera/Latinoamérica21*
27 de octubre de 2023 - 09:00 p. m.
Imagen de archivo de elecciones regionales en Colombia.
Imagen de archivo de elecciones regionales en Colombia.
Foto: El Espectador - Gustavo Torrijos Zuluaga
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Octubre ha sido un mes complejo, no solo en el plano político internacional, sino también en el plano electoral del vecindario latinoamericano. Si bien las elecciones nacionales gozan de una gran atención mediática, no ocurre lo mismo para las elecciones subnacionales. Sin embargo, sabemos que las elecciones locales y regionales impactan en gran medida en la configuración de intereses y políticas de los Estados. En lo que sigue, se destacan brevemente las dinámicas subnacionales de dos países que tienen importantes diferencias pero que presentan puntos y desafíos similares respecto a los procesos políticos que se avecinan.

En Colombia, en los próximos días se elegirá a los alcaldes y concejales municipales de los 1.101 municipios y a los gobernadores y diputados de la Asamblea Departamental de los 32 departamentos que administrativamente dividen al país. Colombia es uno de los primeros países en América Latina en iniciar el proceso de descentralización política a finales de la década de los ochenta, logrando su consolidación en la década de los noventa. Con más de 30 años de elecciones subnacionales, Colombia es un caso típico para cualquiera que desee analizar la descentralización política en perspectiva comparada.

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Por su parte en Chile, el 27 de octubre de 2024, serán electas las autoridades locales en 345 comunas y los gobernadores junto con los consejeros regionales (CORE) de las 16 regiones que conforman el país austral. A diferencia de Colombia, donde las autoridades subnacionales fueron electas desde los noventa, en Chile solo en 2013 son electos democráticamente los CORE, mientras que los intendentes –posteriormente denominados gobernadores– fueron designados por el presidente de turno hasta el 2021. Entonces, Chile se suma recientemente a la lista de países que le apostaron a la descentralización política. En esta lógica, los tomadores de decisiones han adaptado –en buen chileno, a la pinta suya– muchas de las experiencias de sus vecinos al contexto interno.

Pero no siempre es más verde el césped al otro lado de la cerca, pues los dos países comparten al menos dos desafíos no menores. Primero, la alta abstención en las últimas elecciones subnacionales mediado por el voto voluntario. Para las elecciones a Gobernación y Asamblea Departamental en Colombia, los votantes registrados se abstuvieron en un 38,8 % y 39,3 % respectivamente. Por su parte, en Chile, las elecciones de CORE alcanzaron una abstención del 52,8 %. Los resultados de la primera elección democrática de gobernadores parecen seguir la misma tendencia. Estas elecciones se desarrollaron en una primera y segunda vuelta, registrando una abstención del  57,7 % y 80,4 %, respectivamente.

Un segundo desafío, aunque asociado a la baja participación electoral, es la desconfianza en el desempeño de las instituciones por parte de los votantes. Si bien todavía no contamos con instrumentos para analizar a nivel comparado la percepción de los ciudadanos sobre las Gobernaciones, Asamblea Departamental (Colombia) y CORE (Chile), un proxy puede ser la pregunta sobre el desempeño de las instituciones municipales.

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Desempeño de las instituciones locales en Colombia y Chile, 2020

Elaboración con base a Latinobarómetro 2020

Tomando las respuestas “muy probable” y “bastante probable” de los encuestados en ambos países, solo el 36,8 % de los colombianos y el 32,3 % de los chilenos consideran que las autoridades locales puedan solucionar sus problemas. En la otra vereda, tanto los colombianos como los chilenos encuestados perciben un mal desempeño de las instituciones subnacionales para resolver sus dificultades locales.

Aunque Colombia cuenta con una amplia trayectoria sobre descentralización política respecto a Chile, no ha logrado movilizar a la mayoría de sus ciudadanos en este tipo de elecciones. Desde luego, existen otras variables que han influido en la dinámica subnacional y que han impactado negativamente en la confianza y desempeño de las instituciones tales como la corrupción, redes clientelares y violencia política, por mencionar algunas.

Chile llegó tardíamente al proceso de descentralización y, pese a que sumó la experiencia de sus vecinos sobre su propio proceso, tampoco logró movilizar a sus votantes en las últimas elecciones subnacionales. No obstante, el escenario de abstención podría tener un efecto menor en las siguientes elecciones, pues la promulgación en este año de la Ley 21524 reestablece la obligatoriedad del voto.

Además, en el país austral existe en cada región la figura del delegado presidencial, designado por el presidente y que goza de amplio poder decisional, por ejemplo, en materia presupuestaria de las regiones. En consecuencia, es una “descentralización coja”, o, como algunos también la han denominado, una “descentralización tutelada”.

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Las futuras elecciones subnacionales tampoco están exentas de grandes incertidumbres en ambos países. Algunos han señalado en Colombia que la configuración del poder local y regional ha exacerbado la irrupción de nuevos partidos, al punto que ha llevado a una fragmentación del sistema de partidos. En Chile, algunos advierten que, para las próximas elecciones, existirá un potencial contingente de votantes que desconfían del Estado y la política para resolver sus problemas y, a su vez, no se inscriben en un marco de referencia ideológico o político determinado.

No está por demás recordar que la participación electoral es un elemento sine qua non de las democracias. En esta misma línea, el apoyo ciudadano a las instituciones importa, pues es también una característica esencial para la buena salud de las sociedades democráticas modernas.

Cada elección es una oportunidad para reflexionar sobre el país que se quiere. Un primer paso es volver nuestra mirada a lo local/regional, reconociendo la trascendencia de participar en las elecciones subnacionales tal como las de este 29 de octubre en Colombia y, en un año más, en Chile. Entonces, con nuestras complejidades y desafíos compartidos, también urge reconocer que nuestro césped puede ser igual de verde que el del otro lado de la cerca.

* Germán Campos-Herrera es Historiador de la Universidad del Valle-Colombia. Magíster en Política y Gobierno de la Universidad Diego Portales y actualmente es Candidato a Doctor en Ciencia Política de la misma.

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Por Germán Campos-Herrera/Latinoamérica21*

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