En el ojo del huracán: ¿cómo Milton se volvió una guerra política en Florida?
Demócratas y republicanos se acusan mutuamente en Florida de politizar la emergencia por el huracán Milton. En este intercambio de pullas, vale la pena resaltar las acciones que han tomado ambos bandos.
Camilo Gómez Forero
Hace dos semanas, el 25 de septiembre para ser más precisos, el Congreso estadounidense se reunió para votar uno de los últimos proyectos discutidos antes de salir de receso de manera anticipada para concentrarse en la campaña electoral de noviembre. Se trataba de una ley para reabastecer el fondo de ayuda para desastres de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
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Hace dos semanas, el 25 de septiembre para ser más precisos, el Congreso estadounidense se reunió para votar uno de los últimos proyectos discutidos antes de salir de receso de manera anticipada para concentrarse en la campaña electoral de noviembre. Se trataba de una ley para reabastecer el fondo de ayuda para desastres de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
El país, entre tanto, se preparaba para recibir dos golpes: un día después de la votación, el 26, el huracán Helene tocó tierra como tormenta en Florida y dejaría a su paso un rastro de devastación en varios estados: se registraron más de 250 muertes (hasta el 9 de octubre) y decenas de pueblos han quedado desconectados. En la segunda semana de octubre, otro huracán, Milton, sorprendería al mundo al pasar de tormenta tropical a la categoría 5 de huracán en menos de 24 horas, convirtiéndose en un peligro enorme para Florida.
Entendiendo las amenazas sobre las que advertían los centros meteorológicos, 341 representantes a la Cámara votaron a favor de dicha medida. Sin embargo, hubo 82 congresistas que se opusieron, todos republicanos. Lo más llamativo de esto es que esos mismos congresistas que votaron en contra de la financiación de la FEMA hoy están exigiendo la ayuda que ellos mismos rechazaron.
Un caso es el de la representante de Florida Anna Paulina Luna (republicana por el Distrito 13). El martes, Luna le escribió a la vicepresidenta Kamala Harris que se dejara de “tonterías”, luego de que la candidata demócrata se enfrentara con el gobernador del estado, Ron DeSantis, por no contestarle sus llamadas telefónicas para coordinar una respuesta para atender la emergencia.
“Necesitamos que se liberen los dólares de FEMA. TODOS LOS ACTIVOS. ¡Deja de atacar a Ron y haz tu trabajo!”, escribió Luna citando a Harris.
En el siguiente mapa, llama la atención que los congresistas republicanos que rechazaron los fondos para FEMA —como Luna— provienen en su mayoría de los lugares donde más se necesitan hoy.
Algunas respuestas al trino de Luna citaron precisamente su negativa a reabastecer a la agencia gubernamental que atiende emergencias de este tipo. “¿Ya te disculpaste por votar en contra de la financiación de FEMA?”, contestó Republicans Against Trump, una cuenta popular en redes que reúne voces de conservadores que se posicionan en contra del exmandatario.
Al igual que Luna, otros congresistas republicanos que votaron en contra de la financiación de FEMA también han optado por culpar al Gobierno demócrata de la situación. En la mayoría de casos, los parlamentarios han usando mentiras. El representante Andy Biggs (Arizona), por ejemplo, compartió una historia acerca de supuestos bloqueos de la agencia a donaciones en territorio afectado por el huracán Helene. El senador Josh Hawley (Misouri), uno de los férreos aliados de Donald Trump, culpó al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, de la crisis.
Las acusaciones de Hawley son preocupantes porque tienen como pilar una gran mentira: según Trump y sus aliados, los fondos de FEMA han sido desviados para atender a migrantes en los estados de la frontera sur y no la emergencia humanitaria que se vive a raíz de la llegada de los huracanes.
Esta desinformación, según la directora de la agencia, Deanne Criswell, ha tenido un impacto en la comodidad de los equipos de FEMA, pues los ha desmoralizado al no ver reconocido todo el esfuerzo que están llevando a cabo en los focos del desastre. Por otro lado, según Criswell, también ha causado que muchos afectados tengan miedo de pedirle ayuda a miembros de la agencia.
La votación en contra de la financiación de FEMA, la desinformación liderada por Trump y la negativa de gobernadores como DeSantis a contestar las llamadas de la Casa Blanca —también rechazó asistir a una mesa de trabajo con el presidente, Joe Biden, para abordar la emergencia en su estado—, no son los únicos problemas.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, señaló el pasado domingo que no va a llamar al Congreso de nuevo a sesión para discutir medidas relacionadas con la emergencia que desataron los huracanes, pese a que algunos congresistas de los estados más afectados lo han solicitado.
Toda esta resistencia republicana a la cooperación con los demócratas tiene una razón simple de fondo, según expertos: es una cuestión electoral. Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, a los republicanos no les convendría que la administración demócrata se muestre efectiva en medio del desastre. Por eso, en lugar de aceptar la ayuda, han enfocado su retórica en culpar a los demócratas de la situación.
“DeSantis emprendió un camino político que requiere lidiar con Biden, el pato cojo (el presidente que va de salida), pero no hacer nada para impulsar a Harris de una manera que pudiera ganarse la ira de Trump”, resaltó el periodista Stephen Collinson de CNN.
“Kamala estaba tratando de comunicarse y no respondimos”, destacó el asistente de DeSantis a NBC News.
Los demócratas, por otro lado, no se han quedado quietos, y también han denunciado a los republicanos por politizar la emergencia, dejando a la población en medio de una guerra de acusaciones. La última vez que la ayuda en casos de desastre estuvo tan politizada antes de una elección presidencial fue en 2012 con el huracán Sandy. En aquella ocasión, los republicanos, que al igual que hoy criticaban el papel de la agencia FEMA en la atención de desastres, pagaron un precio político. La administración de Barack Obama demostró que la agencia era efectiva y ganó varios puntos por su eficacia en las semanas previas a las elecciones presidenciales.
Por eso, el presidente Biden ha firmado un seguro: para evitar futuras quejas de los republicanos de Florida sobre una “inasistencia” de la Casa Blanca, el mandatario abrió una línea directa con DeSantis y lo hizo público. “Literalmente le di mi número de teléfono personal para que llamara”, dijo Biden.
En cuanto a Harris, la campaña de la demócrata a la presidencia ha insistido en las últimas horas en exponer a los votantes republicanos que no votaron a favor de los fondos para FEMA y a los funcionarios electos que se niegan a contactarla para coordinar una respuesta conjunta con Washington.
“La gente necesita apoyo desesperadamente en este momento y jugar juegos políticos en este momento de crisis... es absolutamente irresponsable y egoísta”, denunció Harris.
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