En imágenes: las inundaciones que devastaron el sur de Brasil
Más de 140 personas han muerto, 131 siguen desaparecidas y más de medio millón han resultado desplazadas en el estado Rio Grande do Sul a causa de las lluvias torrenciales. Los ríos crecen, mientras que las precipitaciones no cesan.
Brasil vive una crisis climática que le ha costado la vida a más de 140 personas. Las lluvias torrenciales han dejado, además, más de 800 heridos y sobre una centena de desaparecidos, con un aproximado de 1,5 millones de damnificados.
El epicentro de la emergencia ha sido el sur del país, en especial en el estado Rio Grande do Sul y su capital, Porto Alegre, inundada por el desborde del río Guaíba.
En medio de ello, el Servicio Geológico alertó que las inundaciones pueden “causar impactos” en otros países de la Cuenca del Plata (Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay), debido a que “el volumen de aguas pasa por ríos transfronterizos que desaguan en otros territorios”.
El gobierno brasileño prometió unos US$10.000 millones para reconstruir Rio Grande do Sul, donde la población se ha quedado sin viviendas, electricidad y agua.
Las inundaciones arrasaron también con la economía de la región, al punto de que el gobernador Eduardo Leite habló de la necesidad de “un plan Marshall”.
A la par, el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, prometió una “inyección de recursos del orden de 50.000 millones de reales”. El paquete de medidas contempla la entrega de créditos para ayudar a trabajadores, empresas y municipios afectados, cuando las pérdidas económicas rondan los US$1.240 millones. Los daños de escuelas, hospitales y alcaldías suman US$69 millones. Según las estimaciones de Leite, el monto de la recuperación sería de unos US$3.700 millones.
Carlos Joel da Silva, presidente de la Federación de Trabajadores Agropecuarios de Rio Grande do Sul, citado por el periódico argentino La Nación, aseguró: “Es una situación terrible, casi como un escenario de guerra. Tenemos muchos trabajadores que lo han perdido todo, que perdieron familiares, sus hogares y sus medios de producción. Se quedaron sin cosechas de soja, arroz y maíz, y sus máquinas agrícolas están sumergidas bajo el agua. Los animales también murieron. Estamos en una situación extremadamente difícil”.
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En medio de ello, el Servicio Geológico alertó que las inundaciones pueden “causar impactos” en otros países de la Cuenca del Plata (Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay), debido a que “el volumen de aguas pasa por ríos transfronterizos que desaguan en otros territorios”.
El gobierno brasileño prometió unos US$10.000 millones para reconstruir Rio Grande do Sul, donde la población se ha quedado sin viviendas, electricidad y agua.
Las inundaciones arrasaron también con la economía de la región, al punto de que el gobernador Eduardo Leite habló de la necesidad de “un plan Marshall”.
A la par, el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, prometió una “inyección de recursos del orden de 50.000 millones de reales”. El paquete de medidas contempla la entrega de créditos para ayudar a trabajadores, empresas y municipios afectados, cuando las pérdidas económicas rondan los US$1.240 millones. Los daños de escuelas, hospitales y alcaldías suman US$69 millones. Según las estimaciones de Leite, el monto de la recuperación sería de unos US$3.700 millones.
Carlos Joel da Silva, presidente de la Federación de Trabajadores Agropecuarios de Rio Grande do Sul, citado por el periódico argentino La Nación, aseguró: “Es una situación terrible, casi como un escenario de guerra. Tenemos muchos trabajadores que lo han perdido todo, que perdieron familiares, sus hogares y sus medios de producción. Se quedaron sin cosechas de soja, arroz y maíz, y sus máquinas agrícolas están sumergidas bajo el agua. Los animales también murieron. Estamos en una situación extremadamente difícil”.
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