Unas 5.300 organizaciones han sido anuladas por el gobierno de Nicaragua desde las protestas en su contra de 2018.
Foto: Agencia AFP
Lo que ocurre en Nicaragua no es un invento de Daniel Ortega. Para atornillarse en el poder, los regímenes totalitarios históricamente, como este, han intentado suprimir la espiritualidad y la religión para controlar más fácilmente a la población. Pasó antes con la Unión Soviética, con Stalin; en la China de Mao, y con la Cuba de los Castro. Cientos de líderes religiosos fueron arrestados o incluso ejecutados, mientras se relegaba la Iglesia a la esfera privada y se le cargaba con numerosas restricciones para apaciguar su influencia.