Entre homenajes y repudio: los mensajes tras la muerte de Alberto Fujimori
Amigos, familia y figuras cercanas al fujimorismo, así como los contradictores de su movimiento político, se pronunciaron sobre la muerte de Alberto Fujimori, de 86 años, tan pronto como se conoció la noticia este miércoles.
“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor”, informó su hija Keiko, excandidata presidencial, en redes sociales tras la muerte del hombre que gobernó Perú desde 1990 hasta el años 2000.
“Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. Gracias por tanto papá! [sic] Keiko, Hiro, Sachie y Kenji Fujimori”, escribió la lideresa de Fuerza Popular.
La Presidencia del Perú, que más temprano había manifestado su consternación por los reportes del delicado estado de salud del exmandatario, trinó: “Presidencia de la república lamenta el sensible fallecimiento del expresidente del Perú, Alberto Fujimori Fujimori. Nuestras sentidas condolencias a la familia, a quienes acompañamos en su profundo dolor. Dios lo tenga en su gloria y que descanse en paz”.
El gobierno de Dina Boluarte, por su cierto, había sido recientemente criticado por la comunidad defensora de derechos humanos por su luz verde este año a una ley que declara prescritos los crímenes de lesa humanidad cometidos antes de 2002 en la lucha contra las guerrillas. La iniciativa fue interpretada como un beneficio para el expresidente Fujimori y a 600 militares procesados.
Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años por su rol en las matanzas perpetradas entre 1991 y 1992 por un escuadrón del ejército. El expresidente Pedro Pablo Kuczynki (2016-2018), sin embargo, le concedió un indulto a finales de 2017, que fue materia de una larga disputa jurídica.
En diciembre del año pasado, Fujimori recuperó su libertad tras la decisión judicial que dejó en firme el indulto humanitario, pese a la objeción de la justicia interamericana. Estuvo preso en total 16 años.
Un mensaje en X atribuido a una cuenta del propio Kuczynski, expresó sus “sentidas condolencias a la familia del presidente Alberto Fujimori” y mencionó: “El recuerdo de quien ha sido una persona muy importante en la historia” de Perú. “Un abrazo a sus hijas e hijos. Lo acompaño con mis pensamientos”, agregó.
El presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, militante del partido conservador Alianza para el Progreso (APP), expresó su “solidaridad y sentidas condolencias”. “Que Dios lo acoja en su seno y brinde tranquilidad y sosiego a sus deudos. Que en paz descanse”, escribió el titular del Legislativo en su cuenta de la red social X.
Patricia Juárez, actual primera vicepresidenta del Congreso, por su parte, agradeció a Fujimori por “sus sabios consejos de estadista y por insistir en que el Perú es un país viable; que debemos trabajar para los peruanos de cada rincón de nuestra patria, a los que usted llegó para promover su desarrollo, pero sobre todo, su paz”.
El actual presidente del partido Fuerza Popular, Miguel Torres, lamentó la partida de “don Alberto”. El exlegislador recordó que Fujimori estaba “sumamente animado” con la posibilidad de “poder volver a servir al país”, en referencia a la candidatura presidencial que su hija Keiko había anticipado hace unos meses en redes sociales, pese a los múltiples quebrantos de salud del ahora fallecido exmandatario.
Desde la otra orilla política apareció la congresista Sigrid Bazán, del Bloque Democrático Popular, quien dijo: “Murió el dictador, asesino y corrupto de Fujimori. Su legado de corrupción, violaciones de derechos humanos y autoritarismo no se borran con su muerte”.
“Se fue sin pagar un sol de reparación civil, sin pedir perdón y en libertad gracias a un indulto ilegal”, agregó.
Cuando fue liberado, la Procuraduría en Delitos de Corrupción emitió un comunicado en el que recordaba que Fujimori tenía pendiente una deuda equivalente de unos 15 millones de dólares derivadas de las cuatro condenas por crímenes contra la humanidad y corrupción.
Mientras en redes sociales, distintas voces se solidarizaban con la familia del fallecido, otras lo hicieron con las madres y familias de las víctimas a las que no reparó.
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“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor”, informó su hija Keiko, excandidata presidencial, en redes sociales tras la muerte del hombre que gobernó Perú desde 1990 hasta el años 2000.
“Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. Gracias por tanto papá! [sic] Keiko, Hiro, Sachie y Kenji Fujimori”, escribió la lideresa de Fuerza Popular.
La Presidencia del Perú, que más temprano había manifestado su consternación por los reportes del delicado estado de salud del exmandatario, trinó: “Presidencia de la república lamenta el sensible fallecimiento del expresidente del Perú, Alberto Fujimori Fujimori. Nuestras sentidas condolencias a la familia, a quienes acompañamos en su profundo dolor. Dios lo tenga en su gloria y que descanse en paz”.
El gobierno de Dina Boluarte, por su cierto, había sido recientemente criticado por la comunidad defensora de derechos humanos por su luz verde este año a una ley que declara prescritos los crímenes de lesa humanidad cometidos antes de 2002 en la lucha contra las guerrillas. La iniciativa fue interpretada como un beneficio para el expresidente Fujimori y a 600 militares procesados.
Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años por su rol en las matanzas perpetradas entre 1991 y 1992 por un escuadrón del ejército. El expresidente Pedro Pablo Kuczynki (2016-2018), sin embargo, le concedió un indulto a finales de 2017, que fue materia de una larga disputa jurídica.
En diciembre del año pasado, Fujimori recuperó su libertad tras la decisión judicial que dejó en firme el indulto humanitario, pese a la objeción de la justicia interamericana. Estuvo preso en total 16 años.
Un mensaje en X atribuido a una cuenta del propio Kuczynski, expresó sus “sentidas condolencias a la familia del presidente Alberto Fujimori” y mencionó: “El recuerdo de quien ha sido una persona muy importante en la historia” de Perú. “Un abrazo a sus hijas e hijos. Lo acompaño con mis pensamientos”, agregó.
El presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, militante del partido conservador Alianza para el Progreso (APP), expresó su “solidaridad y sentidas condolencias”. “Que Dios lo acoja en su seno y brinde tranquilidad y sosiego a sus deudos. Que en paz descanse”, escribió el titular del Legislativo en su cuenta de la red social X.
Patricia Juárez, actual primera vicepresidenta del Congreso, por su parte, agradeció a Fujimori por “sus sabios consejos de estadista y por insistir en que el Perú es un país viable; que debemos trabajar para los peruanos de cada rincón de nuestra patria, a los que usted llegó para promover su desarrollo, pero sobre todo, su paz”.
El actual presidente del partido Fuerza Popular, Miguel Torres, lamentó la partida de “don Alberto”. El exlegislador recordó que Fujimori estaba “sumamente animado” con la posibilidad de “poder volver a servir al país”, en referencia a la candidatura presidencial que su hija Keiko había anticipado hace unos meses en redes sociales, pese a los múltiples quebrantos de salud del ahora fallecido exmandatario.
Desde la otra orilla política apareció la congresista Sigrid Bazán, del Bloque Democrático Popular, quien dijo: “Murió el dictador, asesino y corrupto de Fujimori. Su legado de corrupción, violaciones de derechos humanos y autoritarismo no se borran con su muerte”.
“Se fue sin pagar un sol de reparación civil, sin pedir perdón y en libertad gracias a un indulto ilegal”, agregó.
Cuando fue liberado, la Procuraduría en Delitos de Corrupción emitió un comunicado en el que recordaba que Fujimori tenía pendiente una deuda equivalente de unos 15 millones de dólares derivadas de las cuatro condenas por crímenes contra la humanidad y corrupción.
Mientras en redes sociales, distintas voces se solidarizaban con la familia del fallecido, otras lo hicieron con las madres y familias de las víctimas a las que no reparó.
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