El Salvador de Nayib Bukele, en los últimos 18 meses, ha vivido bajo estado de excepción, y en él se han mezclado varias cosas: la propaganda del régimen, que apunta a que es el país más seguro del mundo, con playas que atraen a los turistas, y algunas denuncias por violaciones a los derechos humanos.
Y entre ellos hay colombianos, acusados, como los demás, de pertenecer a agrupaciones ilícitas, vinculados a una investigación por estafa.