“Poner la cancha” para las elecciones: el objetivo de la cumbre sobre Venezuela
En esta entrevista concedida a El Espectador, el canciller da detalles acerca de la conferencia sobre Venezuela que se llevará a cabo el próximo martes en Bogotá: ni el gobierno de ese país ni la oposición estarán en las reuniones de ese día.
María Alejandra Medina
Washington D. C.
¿Cuál es su balance de la reunión entre el presidente Biden y el presidente Petro?
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¿Cuál es su balance de la reunión entre el presidente Biden y el presidente Petro?
Creo que es un balance muy positivo, enriquecedor para Colombia, útil para Estados Unidos, y tanto para el presidente Biden como para el presidente Petro. Arrancó muy bien, daba la impresión de que ya se hubieran conocido, estaban joviales, contentos, con mucha confianza y empatía, algo que no es fácil. Tuvieron una conversación privada y luego una compartida con miembros del gabinete, y de este lado, tres ministros acompañando al presidente de la República. Se tocaron unos temas esenciales, más a fondo. Fue algo muy significativo, como si se hubieran tratado de tiempo atrás, y eso facilitó todo.
Uno de los temas que han causado preocupación tanto en el gobierno como en el Congreso de Estados Unidos es la nueva aproximación del Gobierno colombiano al asunto de la política de drogas. ¿Qué se les presentó a ellos en esta materia en Washington?
No es un problema de estrategia unilateral, sino la búsqueda de una solución compartida. El narcotráfico hoy no es un problema colombiano, sino del mundo entero de tiempo atrás. El peligro hoy, particularmente en Estados Unidos, es el fentanilo. Pero el tema de la droga no se puede plantear ahora como cuando se planteaba en tiempos del cartel de Cali o Pablo Escobar. Hoy hay multinacionales de la droga, el negocio deja de estar localizado en el pequeño productor de la mata; así como se recoge en el punto 4 de La Habana hay que descriminalizar al pequeño productor, buscar una alternativa. Hay que entrar a crear una multinacional de la inteligencia, como la llamo yo, y perseguir a los grandes responsables de la industria de la coca.
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La estrategia implica renovar la visión. No es que se vaya a enfrentar la visión americana, sino que hay que aunar esfuerzos para ver conjuntamente cómo se maneja el problema. Se habla mucho de la extradición, tenemos la antigua visión de que cuando se habla de coca en Colombia se habla de extradición. No. Aquí hay unas variables que han aparecido en los últimos años que hacen que sigamos buscando la interdicción: por dónde sale la coca, quién la saca, y la interdicción en mares y ríos. Se habló de la posibilidad de fortalecer a Colombia en esa materia de seguridad, que no solo toca con la seguridad colombiana, sino alrededor de todos los problemas que suscita para todos los países, incluyendo a Estados Unidos.
De ahí vino a bien poner de presente que estamos convocando a una conferencia latinoamericana sobre la coca, en donde van a estar presentes países consumidores. Es principio económico que cuando no hay demanda no hay oferta. Si en Colombia se mantiene el negocio de la coca en los términos gigantes como se quiere presentar es porque hay una demanda universal que exige que se ponga en esos mercados un producto que lo único que ha hecho es causar daño durante muchos años. Esta es una visión nueva de cómo aproximarse al tema sin que signifique que estamos entrando en contradicción con Estados Unidos.
El otro tema clave en eso es la reforma agraria: ¿qué les dijo Estados Unidos sobre cómo van a apoyar la reforma agraria?, ¿con recursos?
Con recursos, naturalmente, con transferencia de tecnología. Parte del problema en Colombia tiene que ver con los cultivos ilícitos porque el pequeño cultivador no tiene alternativa. Se habla de una agroindustria que favorezca a quien está hoy recurriendo por razones de hambre al cultivo, y eso implica un esfuerzo económico a partir de lo que se llama la reforma agraria, que no es solo reforma agraria, sino una política alrededor de la tierra; una de ellas es la reforma agraria.
El presidente explicó cómo ha venido comprando predios a valor del mercado, que es necesario una inyección económica para llevar a cabo esa reforma, parte del Capítulo 1 de los Acuerdos de La Habana. Se ha demostrado con la experiencia de otros países que se requiere una redistribución de las tierras, sin golpear de forma injusta a nadie. Pero el campesino tiene las peores tierras, y no solo tiene que ver con la tierra, sino con la satisfacción de los más necesitados para que se ocupen de una forma integral de una producción que no tenga nada que ver con los cultivos ilícitos.
Toca [tener] una estrategia global que va a satisfacer muchas demandas, y justo en este momento, que se dice que el país granero por excelencia está afectando los precios de los alimentos en el mercado internacional, Colombia podría constituirse en una especie de Ucrania nueva: el tamaño es más extenso, y estamos en un momento con grandes posibilidades de inversión, y todo eso se pone sobre la mesa.
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¿Qué esperan de la conferencia sobre Venezuela? ¿Estará el gobierno venezolano?
No, en la conferencia no va a estar Venezuela, el gobierno no. Se va a hablar sobre unas reglas del juego que llamen la atención del presidente Maduro y que sea, como lo señalaron en la conversación, “ponerles la cancha” a unas elecciones que se aproximan, que deben tener lugar el año entrante.
¿La oposición va a estar?
Tampoco va a estar en la reunión del 25, solo los 20 países interesados en buscar soluciones. Abrimos relaciones con Venezuela: Colombia y Venezuela tienen una misma historia, una misma gente, una frontera de más de 2.500 km, entonces es de la naturaleza de las cosas que tengan buenas relaciones. En vista de que se ha creado una relación muy interesante, importante y respetuosa con el presidente Maduro, Colombia puede ser un precipitador, en cabeza del presidente Petro, que goza de mucha credibilidad no solo de Venezuela, sino de 20 países que dicen “para allá vamos”.
Lo de (la reunión con) los partidos políticos es porque las reglas del juego son para que las desarrollen los venezolanos, y como hay una situación de confrontación y polarización, pues qué mejor que las partes también accedan a que se aplique la Constitución. Pondré de presente que se debe cumplir con la Constitución venezolana, tanto Maduro como la oposición.
Hay que buscar una salida como aquí en Colombia hace muchos años, en tiempos de la confrontación partidista después de la dictadura del general Rojas. Para mí es una gran oportunidad para mostrar el valor del liderazgo del presidente Petro y cómo, trabajando a través del diálogo, se puede llegar a la “paz total”. Todo esto a la hora de la verdad es una sola figura: “paz total”, entendimiento con los vecinos y ser socios de Estados Unidos, no es que seamos aliados, como si fuera la Guerra Fría: en muchos ámbitos tenemos que ser socios naturales.
¿La reunión de este sábado es solo con la Plataforma Unitaria?
Por lo pronto sí, porque también hay dificultades en el interior de los partidos de oposición. No es que se vaya a agotar el diálogo con los partidos de oposición porque venga la plataforma: si es necesario se seguirá haciendo y convocando a otros partidos para también informarlos y garantizarles que buscamos una salida para que todos puedan ser parte de elecciones libres, transparentes, que se deben hacer en una fecha indicada, en los términos que señala la Constitución.
¿Cuál sería el incentivo para Maduro para que este intento de negociación sea exitoso?
Las reglas del juego, la claridad, las garantías para todas las partes por igual. Hay que conversar: donde se encuentre una dificultad, ver cómo se resuelve. No entro a calificar nada. Unos hablan de sanciones, de que debe haber más, otros menos. Buscamos un juego democrático que requiere que las garantías sean iguales para las partes que competirán en un certamen electoral.
¿Que Colombia se meta no es un riesgo político para el Gobierno?
De ninguna manera, proponer no es obligar, pero la sensatez se va a imponer porque las reglas para llevar a efecto un proceso democrático son clarísimas, existen en la Constitución. Lo que hay que hacer es que las partes que quieran competir tengan todas las condiciones para que el proceso sea transparente y lleve a una cabal aceptación al final, que el triunfo de una parte no implique la desaparición de quien no haya triunfado. Hay fórmulas que se pueden presentar, que de golpe vamos a presentar en el transcurso del día 25.
Sobre la comisión que usted pidió ante Naciones Unidas para investigar el entrampamiento a la JEP, ¿ya se hizo la solicitud para constituirla?
No sé por qué hay tanta preocupación, que porque se mencionó a Santrich… No, yo lo que hice fue recoger lo que la comisión garantizadora de la implementación, la misión del Consejo de Seguridad en Colombia, referenció al rendir su informe trimestral. Hay que tener en cuenta que yo no tomé la iniciativa: fue la misión de verificación la que informó al Consejo de Seguridad que había una irregularidad que había puesto de presente la JEP, que hace parte del sistema que el Consejo de Seguridad protege. Yo no tenía esa parte escrita, no es que lo hubiera improvisado, pero sí la había pensado porque supe que se iba a presentar esa observación de los garantes, y se me ocurrió allí decir al Consejo de Seguridad que hay mecanismos: si eso es lo que dice el informe, investiguemos. Y como hay mecanismos, se buscará el más apropiado, pero sin ponerles nombres propios.
Pero para crear la comisión hay que solicitarla, ¿ya se hizo?
Eso no se genera espontáneamente, hay que hacerlo, pero tiene su procedimiento. Ya se anunció y yo como canciller voy a adelantar las medidas conducentes para que se forme esa comisión a la que no hay que temerle. No es la primera vez en la historia que esto va a suceder. Es un paso necesario y normal, y lo vamos a tomar.
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Otro tema importante durante la gira por Estados Unidos fue el de la crisis climática. La lucha contra esto ha sido la bandera de Lula, y Biden [quien recibió a Lula en la Casa Blanca en febrero] inicia su saludo al presidente Petro anunciando los US$500 millones para Brasil. ¿Qué es lo que quiere Colombia de Estados Unidos en materia de crisis climática? ¿Recursos o qué tipo de apoyo concretamente?
Que se cumplan los acuerdos internacionales, que se prevea que hay una crisis universal, que se sepa que Colombia es un país que soluciona. Y no es solo la Amazonia, el solo Pacífico, desde Costa Rica hasta Ecuador, es la zona más rica del mundo. Con eso, sumado a nuestra cuenca amazónica, en la que hay una participación significativa, nos hemos convertido en la esponja del mundo. Colombia se convirtió en un país rico en posibilidades, y eso hay que traducirlo en términos económicos. Estados Unidos tiene la mayor participación en los gases de efecto invernadero y encuentra un país que ayuda a solucionar eso: ahí sí se encuentra el hambre con las ganas de comer, podemos hablar de igual a igual, y así lo entendió el presidente Biden, para nosotros es un gran oportunidad.
Aquello del cambio de deuda por acción climática es algo sin precedentes. El presidente Biden dijo que trabajó en eso durante 20 años y que en su momento no era posible, ahora que el presidente Petro lo menciona quiso decirle que eso es una posibilidad enorme para todo el mundo. De tal forma que de allí nos vamos a agarrar, por decirlo así, para ver cómo podemos convertirlo en realidad, y va más allá de la Amazonia, es para el mundo entero. Sería un disparo sensacional de la política colombiana en el exterior porque es partir de allí en donde se cimenta el resto: la paz total tiene mucho que ver con eso, con los recursos, y qué mejor que haber culminado una entrevista entre el presidente Biden y el presidente Petro coincidiendo en varios temas. No es lo que la gente piensa de que hay tesis encontradas. Hay una oportunidad para analizar conjuntamente los más críticos temas del momento.