“Es un peligro”: reacciones mixtas al nominado de Trump como secretario de Salud
La nominación de Robert Kennedy Jr. desata una tormenta política y cuestiona el rumbo de la salud pública en EE. UU.
El reciente anuncio de Donald Trump sobre la nominación de Robert F. Kennedy Jr. como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha desatado una ola de reacciones mixtas en el Congreso estadounidense. Tanto en el partido del presidente como en la oposición hay una fuerte división frente al nombramiento.
Algunos republicanos lo elogiaron como una elección “brillante”. El senador Ron Johnson describió a Kennedy como “un valiente buscador de la verdad”, mientras que Josh Hawley lo consideró “un mal día para las grandes farmacéuticas”.
Pero otros congresistas del mismo partido mostraron tibieza frente al nombramiento y prefirieron no hacer comentarios. “Es un proceso que apenas comienza”, comentó el senador John Thune, nuevo líder de la mayoría republicana en la cámara alta, indicando que la nominación será evaluada con un escrutinio exhaustivo en las audiencias del Senado.
En el bando rival, demócratas y expertos en salud pública calificaron la decisión como “peligrosa” y “alarmante”. El senador Ron Wyden calificó las opiniones de Kennedy sobre ciencia como “perturbadoras”, mientras que el senador Ed Markey las tachó de “peligrosas, descalificadoras e irresponsables”.
La senadora Patty Murray, quien ha liderado esfuerzos en salud pública, fue aún más directa: “Nombrar a un antivacunas y teórico de la conspiración como Kennedy es un golpe a la salud pública. Las consecuencias de esta decisión pueden ser letales”.
Aunque en el Partido Demócrata parece haber un consenso general en que el nombramiento de Kennedy es peligroso, también se han evidenciado algunas divisiones al interior de los demócratas. El gobernador demócrata de Colorado, Jared Polis, inicialmente celebró la nominación, aunque luego matizó sus comentarios en redes sociales.
“La ciencia debe ser el pilar de nuestras políticas de salud. Aunque apoyaré a cualquier secretario que promueva la salud pública, mi familia y yo estamos completamente vacunados”, dijo Polis.
En la Cámara de Representantes, Kennedy también ha encontrado una fuerte división a su nominación. Mientras algunos, como el representante Chip Roy de Texas, elogiaron la decisión calificándola de “fantástica” y destacaron la necesidad de acabar con “la corrupción” en las agencias de salud, otros expresaron reservas. John Duarte, congresista de California, expresó su preocupación sobre la postura antivacunas de Kennedy, señalando que la vacunación ha sido “una de las tecnologías más salvadoras de vidas en la historia”. A
Kennedy ha sostenido, sin evidencia científica, que las vacunas están vinculadas al autismo, una afirmación ampliamente desacreditada por la comunidad médica. Para muchos, su nombramiento pone en riesgo avances críticos en inmunización, investigación y acceso a servicios de salud. Su historial de escepticismo frente a las vacunas y su promoción de teorías desacreditadas han generado preocupación entre expertos, quienes temen que estas políticas puedan debilitar la salud pública y socavar programas de vacunación esenciales.
El político del clan Kennedy propone una agenda centrada en reducir la influencia corporativa en agencias de salud, promover la transparencia y modificar políticas sobre vacunas, alimentos y productos químicos. También busca eliminar la fluoración del agua, reformar el sistema alimentario, fomentar alternativas naturales a los tratamientos médicos y replantear la investigación sobre enfermedades infecciosas.
Con los republicanos controlando al menos 52 escaños en el Senado, la confirmación de Kennedy podría depender de la unidad del partido y de los votos clave de algunos demócratas moderados. Sin embargo, las profundas divisiones ideológicas en torno a la salud pública podrían complicar la aprobación.
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El reciente anuncio de Donald Trump sobre la nominación de Robert F. Kennedy Jr. como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha desatado una ola de reacciones mixtas en el Congreso estadounidense. Tanto en el partido del presidente como en la oposición hay una fuerte división frente al nombramiento.
Algunos republicanos lo elogiaron como una elección “brillante”. El senador Ron Johnson describió a Kennedy como “un valiente buscador de la verdad”, mientras que Josh Hawley lo consideró “un mal día para las grandes farmacéuticas”.
Pero otros congresistas del mismo partido mostraron tibieza frente al nombramiento y prefirieron no hacer comentarios. “Es un proceso que apenas comienza”, comentó el senador John Thune, nuevo líder de la mayoría republicana en la cámara alta, indicando que la nominación será evaluada con un escrutinio exhaustivo en las audiencias del Senado.
En el bando rival, demócratas y expertos en salud pública calificaron la decisión como “peligrosa” y “alarmante”. El senador Ron Wyden calificó las opiniones de Kennedy sobre ciencia como “perturbadoras”, mientras que el senador Ed Markey las tachó de “peligrosas, descalificadoras e irresponsables”.
La senadora Patty Murray, quien ha liderado esfuerzos en salud pública, fue aún más directa: “Nombrar a un antivacunas y teórico de la conspiración como Kennedy es un golpe a la salud pública. Las consecuencias de esta decisión pueden ser letales”.
Aunque en el Partido Demócrata parece haber un consenso general en que el nombramiento de Kennedy es peligroso, también se han evidenciado algunas divisiones al interior de los demócratas. El gobernador demócrata de Colorado, Jared Polis, inicialmente celebró la nominación, aunque luego matizó sus comentarios en redes sociales.
“La ciencia debe ser el pilar de nuestras políticas de salud. Aunque apoyaré a cualquier secretario que promueva la salud pública, mi familia y yo estamos completamente vacunados”, dijo Polis.
En la Cámara de Representantes, Kennedy también ha encontrado una fuerte división a su nominación. Mientras algunos, como el representante Chip Roy de Texas, elogiaron la decisión calificándola de “fantástica” y destacaron la necesidad de acabar con “la corrupción” en las agencias de salud, otros expresaron reservas. John Duarte, congresista de California, expresó su preocupación sobre la postura antivacunas de Kennedy, señalando que la vacunación ha sido “una de las tecnologías más salvadoras de vidas en la historia”. A
Kennedy ha sostenido, sin evidencia científica, que las vacunas están vinculadas al autismo, una afirmación ampliamente desacreditada por la comunidad médica. Para muchos, su nombramiento pone en riesgo avances críticos en inmunización, investigación y acceso a servicios de salud. Su historial de escepticismo frente a las vacunas y su promoción de teorías desacreditadas han generado preocupación entre expertos, quienes temen que estas políticas puedan debilitar la salud pública y socavar programas de vacunación esenciales.
El político del clan Kennedy propone una agenda centrada en reducir la influencia corporativa en agencias de salud, promover la transparencia y modificar políticas sobre vacunas, alimentos y productos químicos. También busca eliminar la fluoración del agua, reformar el sistema alimentario, fomentar alternativas naturales a los tratamientos médicos y replantear la investigación sobre enfermedades infecciosas.
Con los republicanos controlando al menos 52 escaños en el Senado, la confirmación de Kennedy podría depender de la unidad del partido y de los votos clave de algunos demócratas moderados. Sin embargo, las profundas divisiones ideológicas en torno a la salud pública podrían complicar la aprobación.
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