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Será una de las fotos más icónicas de la historia estadounidense: miles de documentos secretos del gobierno, que contenían información confidencial y delicada, como los detalles sobre los programas nucleares del país, entre otras cosas, yacían apilados al lado del sanitario de uno de los baños de la residencia personal del expresidente Donald Trump. Otros más estaban en un dormitorio y otros en un salón de baile, entre lo que se pudo encontrar.
La foto forma parte de una investigación de meses del Departamento de Justicia (DoJ), que acusó penalmente a Trump por haber guardado papeles secretos en su residencia en Mar-a-Lago, ocultarlos y resistirse a devolverlos.
Se trata del segundo proceso penal contra Trump, esta vez a nivel federal. Enfrenta 37 cargos por siete delitos diferentes que lo ponen en la situación legal más incómoda y difícil de su carrera como político, hasta ahora.
Algunos documentos eran tan secretos, que incluso en el escrito de acusación el fiscal especial Jack Smith, a cargo del caso, suprimió algunas referencias para evitar que pudieran ser de alguna manera identificados. No pinta nada bien para Trump.
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Lo más grave parece ser que el expresidente compartió los papeles con personas que no tenían las credenciales para acceder a este tipo de información. En un audio publicado por CNN se puede escuchar que incluso se regodeaba de ello. Esta es información secreta. Mira, mira esto. Esto fue hecho por los militares y me lo dieron”, dice Trump al hablar de un documento secreto del Pentágono sobre un posible ataque a Irán.
Cada detalle en el documento de acusación, de 49 páginas, es peor que el anterior. También se detalla cómo Trump supuestamente ordenó a sus abogados en múltiples instancias que ocultaran o destruyeran documentos solicitados por la citación del gran jurado en este caso.
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En una conferencia con los medios, el fiscal Smith señaló que Trump “puso en peligro la seguridad nacional, las relaciones exteriores y la seguridad del ejército”. Pero lo más destacado de su discurso fue que citó las palabras que pronunció Trump en agosto de 2016, durante su campaña a la Presidencia. “En mi administración voy a hacer cumplir todas las leyes relativas a la protección de información clasificada. Nadie estará por encima de la ley”.
Smith repitió que “nadie está por encima de la ley”. Pero lo más llamativo del caso, a pesar de su gravedad, es que Trump todavía podrá continuar con su campaña, incluso si lo encuentran culpable. Eso sí: en caso de ser condenado por un delito federal grave, Trump no podría votar en Florida hasta que haya cumplido una sentencia.
Nunca en la historia un expresidente había sido enjuiciado por una investigación criminal, mucho menos federal, por lo que este es un terreno legal inexplorado que seguirá arrojando discusiones sobre el futuro del expresidente.
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