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Facebook y Twitter ya no pueden contener a Trump

Las plataformas sociales suspendieron las cuentas personales del presidente Donald Trump luego de la invasión al Capitolio en Washington. Sin embargo, parece tarde para detener sus ideales en el espacio digital.

Nicolás Marín
08 de enero de 2021 - 02:00 a. m.
 Donald Trump se encargó durante los últimos meses de denunciar un presunto fraude electoral en EE. UU. / EFE
Donald Trump se encargó durante los últimos meses de denunciar un presunto fraude electoral en EE. UU. / EFE
Foto: EFE - MICHAEL REYNOLDS
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El pasado miércoles, mientras miles de simpatizantes de Donald Trump se tomaban el Capitolio en Washington, Estados Unidos, en el mundo digital se libraba un enfrentamiento paralelo. Todos y todas hablaban, atacaban, defendían, pedían calma, opinaban. El mensaje del presidente Trump llegó tarde y fue doble, denunciaba fraude, acusaba sin pruebas, pero llamaba al orden y que no se les hiciera nada a los policías. Una total contradicción, teniendo en cuenta que fue él quien con su discurso irresponsable desató el caos en el Capitolio.

Twitter y Facebook bloquearon sus cuentas personales, pero a este punto parece inútil. Su poder ideológico ya está en las entrañas de internet y se desconoce cuál es el alcance de la propagación y de las consecuencias de cara a la posesión del presidente Joe Biden, el próximo 20 de enero. Dos cosas quedaron claras: la primera es que no hay arrepentimiento de sus simpatizantes, y la segunda es que ya no son necesarias las redes sociales ni los espacios digitales clásicos para coordinar la invasión al lugar político más importante de Estados Unidos.

¿Cómo se llegó a todo esto? Porque si bien el video que publicó el pasado miércoles no condenaba los hechos, tampoco era nuevo con respecto a los mensajes que estamos acostumbrados a leer en sus redes sociales. Para el portal tecnológico Wired, “lo que cambió no fue el contenido, sino el contexto. En un contexto de violencia del mundo real, perpetrada por una multitud que el mandatario había animado personalmente, ya no tenía sentido evaluar sus palabras de forma aislada”.

Ver más: Crecen los llamados para destituir a Donald Trump: prensa y congresistas lo piden

Además de los portales que conocemos hay un segundo nivel de plataformas, foros en línea como Parler, TheDonald, y 8kun, en los que se divulgan mucho más rápido y sin tanta censura los contenidos radicales. De hecho, medios como The New York Times y Buzzfeed señalaron que desde hacía semanas se venía gestando y organizando el reprochable evento del miércoles. “Durante semanas, los extremistas han expresado repetidamente sus intenciones de asistir a las protestas del 6 de enero y han expresado descaradamente su deseo de caos y violencia en línea. Lo que hemos presenciado es la manifestación de esa retórica violenta en línea en un peligro de la vida real”, dijo a Buzzfeed Jared Holt, investigador visitante del DFRLab.

Mark Zuckerberg, a través de un comunicado, señaló: “Creemos que los riesgos de permitir que el presidente continúe utilizando nuestro servicio durante este período son simplemente demasiado grandes. Por ello estamos extendiendo el bloqueo que pusimos sobre sus cuentas de Facebook e Instagram de manera indefinida y hasta las próximas dos semanas hasta que la transición de poder pacífica se complete”. Twitter, por su parte, suspendió por 12 horas la cuenta y le advirtió que si seguía promoviendo el odio y la violencia haría permanente la medida.

Alex Stamos, profesor de Stanford y exjefe de seguridad de la compañía tecnológica le explicó al portal Buzzfeed: “No quieres que actores privados increíblemente poderosos elijan qué actores democráticos tienen voz, y la base de esa preocupación es la protección de la democracia. Pero los votos se cuentan, el presidente perdió y ahora está rechazando la voluntad democrática. No hay argumentos legítimos para mantenerlo activo”.

El poder de las redes sociales y de los blogs ya no se puede negar. Ejemplos hay de sobra para convencerse de que los mensajes de odio que circulan a diario pueden terminar en eventos violentos. El caso conocido como “Pizzagate” es uno de ellos, en el que en 2016 un hombre convencido de teorías conspiracionistas estuvo a punto de abrir fuego en una pizzería en Washington que supuestamente era el cuartel de una secta que violaba menores de edad. Otro ejemplo reciente es el tiroteo en Christchurch, Nueva Zelanda, en el que un hombre no solo transmitió su ataque a una mezquita, sino que publicó un manifiesto en un foro en línea para difundir su ideología radical.

Por eso el llamado a la calma de Trump está lejos de parecer ingenuo. Desde que perdió las elecciones se ha encargado de lanzar ataques a las instituciones estadounidenses, sembrar la duda sin tener pruebas y fomentar la reacción. Sus intenciones se hicieron realidad tanto en el mundo físico como en el digital. De hecho, el asalto al Capitolio generó 23,46 millones de tuits, es decir, un promedio de 430 por segundo, según datos compilados el jueves por Visibrain. Esto significa que hubo 2,5 veces más tuits que las últimas 24 horas de las elecciones presidenciales de noviembre, indicó la plataforma de seguimiento de las redes sociales.

La socióloga especialista en tecnología Zeynep Tufecki asegura en su libro “Twitter y gas lacrimógeno”: “Para la mayoría de los movimientos de protesta, un grupo grande que se identifica con la protesta ayuda a empoderar la causa de los manifestantes, y los hashtags ciertamente pueden contribuir a construir y difundir esa identidad colectiva”. Los datos recopilados por Visibrain no distinguen entre los que apoyaban y los que no la invasión del capitolio, pero sirven para hacerse una idea sobre la magnitud de la propagación digital del evento.

Grupos radicales o conspiracionistas como los “Proudboys” o asociados a Q’Anon vuelven a salir al debate público no solo por su movimiento en internet, sino porque algunos de sus miembros fueron fotografiados dentro de las instalaciones del Capitolio. ¿Por qué son tan difíciles de controlar? Principalmente porque se mueven en este tipo de foros y porque, de alguna u otra forma, sus administradores lo permiten.

Una investigación de Bellingcat reveló que un error de seguridad en el servidor de correos de 8Kun permitió ver 2.664 interacciones del fundador de la página, Jim Watkins, con usuarios del portal. Muchas de ellas, cuyos mensajes quedaron inaccesibles, eran con simpatizantes de Q, el misterioso personaje anónimo que difunde las teorías conspirativas. Watkins ha llegado a ser acusado de ser el místico usuario, aunque lo ha negado en innumerables ocasiones: “No soy Qanon y no me identifico como tal. Esa es una palabra clave en Twitter (sic). Yo tampoco soy Q”, le dijo a Bellingcat.

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Según la organización Advance Democracy, “en TheDonald, más del 50 % de las publicaciones principales del 4 de enero de 2021, sobre la certificación del Colegio Electoral del 6 de enero, incluyeron llamadas no moderadas a la violencia en las cinco respuestas principales”. Algunos comentaron en el portal: “La inmundicia del Congreso”, otros decían: “¡MUERTE A LA REPÚBLICA DÉBIL Y DECADENTE! ¡SALVE TRUMP!”. Incluso, según The Atlantic, hubo personas que reportaban desde las instalaciones del Capitolio: “Me acabo de ir… ¡Tenía una horquilla y era pesada! Fue increíble verlo”. No hubo arrepentimiento ni ganas de remediar lo hecho.

El debate sobre el poder de internet en las democracias de la actualidad está más vigente que nunca. Cada vez más estos espacios serán terreno fértil para la propagación de ideales constructivos y destructivos. La línea entre ambas, como dice Tufecki, es borrosa: “En situaciones de tiempo real, es como si las redes sociales crearan un paraguas que envuelve la protesta y al mismo tiempo llega a las personas, potencialmente millones, que se sienten parte del movimiento. De hecho, a veces no está claro si las protestas en línea o fuera de línea son más riesgosas”.

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Luis(22669)08 de enero de 2021 - 09:12 a. m.
Eso ya ha pasado acá: 1. Si pasa el referendo le van a entregar el país a la Far. 2. Están haciendo cartillas para volver homosexuales a los niños. 3. Si gana X esto se volverá Venezuela. 4. Hay q hacer que la gente salga a votar emberracada 5. Hay medicamentos suficientes para atender la pandemia. las 4 primeras comprobadas mentiras y la última vayan a hospitales públicos y verán la realidad.
JUAN(37240)08 de enero de 2021 - 05:30 a. m.
Los manifestantes armados Trump son equivalentes a los paracos de Uribe. Y los troles de Internet de Trump sin como bodegueros uribistas. Sólo que en Estados Unidos los bodegueros de Trump han sido más exitosos en convencer a más gente que los bodegueros de Uribe que los viven peinado en las redes.
Raimundo(bqf6j)08 de enero de 2021 - 02:24 a. m.
Hace un tiempo todos rechazabamos que se legislara sobre el uso de internet, de las redes sociales, pero es necesario que los usuarios se hagan responsables de los contenidos: si hay falsedades, calumnias, suplantaciones, complicidades se debe proceder con la justicia y nadie debe estar por encima de la ley. Los gobiernos no deberían comunicarse por las redes sociales sino por los medios oficiales
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