Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El fiscal general de Estados Unidos, Bill Barr, negó ayer que se haya constatado un fraude electoral capaz de invalidar la victoria de Joe Biden en las presidenciales del 3 de noviembre, como alega el mandatario Donald Trump. “Hasta la fecha, no hemos visto un fraude a una escala que pudiera haber cambiado el resultado de la elección”, afirmó Barr en una entrevista con la agencia de noticias Associated Press.
Biden fue declarado ganador el 7 de noviembre, pero Trump mantiene sus acusaciones de que hubo votaciones fraudulentas en estados clave, como Georgia, Michigan y Pensilvania, que le robaron la reelección. “La gente se está presentando como nunca antes. ¿Un camión grande que lleva cientos de miles de boletas fraudulentas (FALSAS) a un centro de votación? TERRIBLE - ¡SALVEN A ESTADOS UNIDOS!”, insitió en Twitter el martes.
Ver más: Donald Trump insiste: demanda resultados de Wisconsin ante la corte
Poco después de la publicación de la entrevista, Barr fue visto en la Casa Blanca. Su portavoz dijo que era para “una reunión programada previamente”. La Casa Blanca no hizo comentarios. “Supongo que (Barr) será el próximo en ser despedido, ya que él también dice ahora que no hubo fraude”, dijo el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Trump despidió a Chris Krebs, el respetado funcionario del Departamento de Seguridad Interior (DHS) responsable de la seguridad electoral, luego de que este concluyera, junto al resto de los servicios de inteligencia y observadores independientes, que la elección de 2020 fue “la más segura en la historia estadounidense”.
Desde entonces, Krebs ha sido demonizado por la Casa Blanca, y el abogado de la campaña de Trump, Joe DiGenova, provocó indignación al tildarlo de “idiota” que merecía ser fusilado.
“Nada que lo corrobore”
Que se imprimieron boletas falsas, que miles de muertos votaron, que las máquinas de conteo se programaron para favorecer a Biden: la campaña de Trump ha buscado invalidar millones de votos de Biden en base a afirmaciones sin pruebas. Sin embargo, decenas de acciones legales no prosperaron en los tribunales.
Molesto, Trump criticó el domingo al Departamento de Justicia (DoJ) y al FBI (policía federal) por no ayudarlo a demostrar un fraude, según él, masivo. “Están desaparecidos”, dijo en Fox News.
Pero Barr, que encabeza el DoJ, dijo a AP que los fiscales federales y los agentes del FBI investigaron los reclamos recibidos, inclusive la afirmación de que las máquinas estaban programadas para sesgar los resultados, lo cual podría ser considerado un fraude sistemático. “El DHS y el DoJ han investigado eso, y hasta ahora, no hemos visto nada que lo corrobore”, dijo.
Barr aseveró que las únicas acusaciones de fraude potencialmente justificables “están muy particularizadas en un conjunto específico de circunstancias, actores o conductas” que han sido investigadas.
“No son acusaciones sistémicas y se han desestimado”, señaló. “Algunas han sido amplias y potencialmente abarcan unos pocos miles de votos. Se les ha dado seguimiento”, apuntó.
La campaña en contra de los resultados le valió además a Trump una reprimenda por parte del encargado del sistema de votación en Georgia, Gabriel Sterling. “Deje de inspirar a la gente a cometer potenciales actos de violencia. Alguien va a salir herido, alguien va a recibir un disparo, alguien va a resultar muerto. Y eso no está bien”, dijo Sterling, al reclamar al presidente por no manifestarse contra amenazas violentas a funcionarios electorales.
- “Búsqueda de la verdad” -
Barr cuestionó la tendencia creciente a usar el sistema de justicia penal federal para buscar solucionar todos los problemas. “Cuando a la gente no le gusta algo, quiere que el DoJ vaya e investigue”, dijo. Hasta ahora, Barr se había abstenido de contradecir al presidente, e incluso antes de las elecciones, lo había apoyado en sus cuestionamientos sobre el voto por correo.
Además, a principios de noviembre, autorizó a los fiscales federales a investigar las sospechas de fraude sin esperar la certificación de los resultados por parte de los estados, contrario a la costumbre. Pero les pidió que intervinieran sólo en casos de acusaciones “sustanciales” y “creíbles”.
Trump no reaccionó de inmediato a los dichos de Barr. Pero en una declaración conjunta, los abogados del mandatario, Rudy Giuliani y Jenna Ellis, desestimaron su comentarios. “Con el debido respeto al fiscal general, no ha habido nada parecido a una investigación del DoJ”, dijeron.
“Hemos reunido una amplia evidencia de votaciones ilegales en al menos seis estados, que no han examinado. Tenemos muchos testigos que declararon bajo juramento que vieron delitos cometidos en relación con el fraude electoral”, indicaron, prometiendo continuar su “búsqueda de la verdad.
Biden cosechó más de 80 millones de votos, frente a unos 74 millones de Trump, lo cual se traduce en 306 votos electorales contra 232.
Incluso si el mandatario republicano no reconoce su derrota, el Colegio Electoral que determina oficialmente el ganador debería confirmar la victoria del demócrata el 14 de diciembre. La investidura de Biden está programada para el 20 de enero.