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Dos días antes de que el presidente de Haití Jovenel Moïse fuera asesinado, nombró a Ariel Henry como primer ministro. Sin embargo, Henry no pudo asumir el cargo sino hasta semanas después del magnicidio, pues se desató una lucha de poder con Claude Joseph, primer ministro en funciones cuando el mandatario fue salvajemente asesinado en su residencia.
Finalmente, luego de un período de gran incertidumbre, Joseph renunció y le entregó el cargo a Henry, principal sospechoso de la autoría intelectual del asesinato del mandatario, según comienzan a revelar las investigaciones.
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En un giro inesperado, Henry, político y neurocirujano de 71 años que estudió en universidades en Francia y Estados Unidos hoy está bajo investigación. De acuerdo con la agencia AFP, el fiscal de Haití le pidió al juez inculpar a Henry por el magnicidio. Según las investigaciones, el destacado neurocirujano, habría hecho varias llamadas telefónicas con uno de los principales sospechosos del asesinato del mandatario haitiano.
El principal fiscal de Haití solicitó el martes al juez que investiga el asesinato del presidente presentar cargos contra el primer ministro Ariel Henry, debido a las supuestas llamadas telefónicas que habría tenido con uno de los principales sospechosos del crimen.
Bed-Ford Claude, comisario del gobierno de Puerto Príncipe, equivalente al fiscal, pidió además que se le prohíba a Henry abandonar el territorio haitiano “debido a la gravedad de los hechos expuestos”.
La semana pasada, el mismo fiscal envió una “invitación” a Henry a comparecer este martes para ser interrogado sobre las llamadas telefónicas, una citación que fue descalificada públicamente por el primer ministro. Henry rechazó los señalamientos.
“Las maniobras de distracción para crear confusión y evitar que la justicia haga su trabajo con calma no pasarán”, dijo Ariel Henry.
“Los verdaderos culpables, los autores intelectuales y los patrocinadores del atroz asesinato del presidente Jovenel Moise serán encontrados, llevados ante la justicia y castigados por su crimen”, agregó.
Las sospechas sobre su papel en el asesinato comienzan a preocupar, por eso, de acuerdo con el periódico local The Nouvelliste, este martes 14 de septiembre, el comisionado del Tribunal de Primera Instancia de Puerto Príncipe, emitió una solicitud de prohibición de salida contra el primer ministro Ariel Henry.
El jefe de Gobierno tiene “prohibido salir del territorio nacional por vía aérea, marítima y terrestre por serias sospechas de asesinato del presidente de la República señor Jovenel Moïse, hecho previsto y sancionado por el artículo 240 y siguientes del Código Penal haitiano derecho “, se lee en la carta dirigida a Joseph Cianciulli, Director de Inmigración y Emigración en Haití.
Pedidos de renuncia
Este lunes, la Oficina de Protección del Ciudadano de Haití publicó un video en el que exigió la renuncia del primer ministro Ariel Henry, al que las autoridades intentan interrogar por las citadas llamadas telefónicas con uno de los principales sopechosos del magnicidio.
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El abogado Renan Hédouville, quien dirige la oficina, señaló que Henry debería comparecer ante la fiscalía, según se le solicitó, para ayudar a esclarecer el asesinato de Moïse perpetrado el 7 de julio en su domicilio particular. Comentó que la decisión de la oficina de exigir la renuncia del premier era “objetiva y valiente”, y también pidió a la comunidad internacional dejar de apoyar a Henry.
“A todos nos encantaría saber el contenido de esa conversación”, dijo Hédouville sobre las presuntas llamadas entre Henry y Joseph Badio, un fugitivo que alguna vez trabajó en el Ministerio de Justicia de Haití y en la unidad anticorrupción del gobierno hasta que fue despedido en mayo.
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“Ninguna distracción, ninguna citación o invitación, ninguna maniobra, ninguna amenaza, ningún combate de retaguardia, ninguna agresión me distraerá de mi misión”, dijo Henry el sábado, durante una ceremonia en la que firmó un acuerdo político con la oposición.
Las autoridades del país han detenido a 44 personas por el magnicidio, incluidos 18 colombianos acusados de formar parte del comando que asesinó al presidente y 12 policías de su cuerpo de seguridad.