Pocas horas pasaron desde que George Floyd suplicó por última vez a la Policía de Minneapolis que lo dejaran respirar hasta los primeros gritos de inconformidad. Una vez que fue declarado muerto en el hospital, miles de manos de personas negras sostuvieron con firmeza los carteles de protesta en las grandes metrópolis. Los reclamos, aunque compuestos por diferentes voces y oriundos de al menos 50 ciudades en EE. UU., tenían un mismo mensaje: “Las vidas negras importan”.
Por Tomás Tarazona Ramírez
Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación