“Hecho en Colombia”: el nuevo sueño de las emprendedoras venezolanas
La burocracia, el desconocimiento del sistema colombiano y la falta de financiación hacen que emprender aquí sea más difícil para los venezolanos. Pese a todos los retos que hay, quieren formar sus propios negocios, con los que buscan mostrar cómo pueden aportar al país que los recibió.
Camilo Gómez Forero
Emprender estaba en la sangre de Sonia Odalis Tavera, aunque ella lo aceptó apenas hace un par de años. Cuando era pequeña, esta caraqueña veía cómo sus papás armaban todo tipo de negocios para ganarse la vida y mantener a su familia, desde restaurantes hasta flotas de autobuses en la capital venezolana. Sin embargo, a ella nunca le interesó comenzar su propio negocio hasta que llegó a Colombia.
“Yo no pensaba emprender. Pensaba en trabajar y estar en un lugar estable y ya”, cuenta Tavera.
La migración, sin embargo, tuvo un impacto en que cambiara de opinión y en su visión sobre el trabajo. En primer lugar, influye que cuando hay movilización, el ser humano tiene una inclinación a emprender al enfrentarse a una nueva vida, pues está dispuesto a todo para tener éxito en el país al que llega. Es por eso que, para 2015, por lo menos el 20 % de los venezolanos en el exterior eran emprendedores y tenían sus propios negocios, según un estudio de Tomás Páez, sociólogo de la Universidad Central de Venezuela. Tavera confirma esa tendencia, pues su familia también llegó como migrante a Caracas y allá pusieron en marcha sus proyectos.
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Por otro lado, también influyeron sobre Tavera los nuevos discursos acerca del empoderamiento femenino. Cuando ella llegó a Colombia junto con su esposo y su hijo, entendió que su papel no se limitaba al hogar, como el de ninguna mujer.
“Yo le agradezco a Dios por mi hijo, pero creo que las mujeres podemos hacer mucho más. No comparto que la mujer se quede en la casa cuidando a sus niños. No quería que alguien más cuidara de mi niño, pero comencé a ver que tengo otras cosas, otros talentos que puedo explotar”, cuenta.
Fue entonces, después de establecerse en Cartagena tras salir de Venezuela, que Tavera decidió comenzar su propio negocio en el sector de belleza. Ella había aprendido mucho de su mamá sobre belleza, peluquería y maquillaje, pero quería profesionalizarse. Ahí comenzó a enfrentarse a las barreras que hay en los países receptores para las comunidades migrantes.
“Quería empezar a estudiar y por eso busqué inscribirme en un curso en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), pero no me admitían por ser venezolana. Así que dije: voy a empezar por mi cuenta. Compré un cuaderno de $2.000 y comencé a ver videos en YouTube para aprender lo que necesitaba. No me gusta la mediocridad”, recuerda.
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Las oportunidades para los venezolanos en Colombia se han abierto gradualmente gracias a los esfuerzos del Gobierno Nacional. Ahora muchos venezolanos pueden inscribirse en los cursos del Sena para adquirir conocimientos que les servirán para integrarse al mercado laboral. Sin embargo, a la hora de emprender, todavía persisten ciertas trabas.
Una de las barreras que continúan es la burocracia. Tavera cuenta que, luego de reunir dinero con su esposo para comenzar su propio salón de belleza, ha tenido muchos problemas para adelantar los procesos en la Cámara de Comercio.
“Con esta nueva tarjeta de identidad que les están dando a los venezolanos parece que habrá mucha más apertura, pero hay otros problemas. Se necesita de una copia del pasaporte para poder regularizarse, pero ahorita no hay consulado porque se rompieron las relaciones. No se podía viajar porque las fronteras estaban cerradas”, dice Tavera.
Los venezolanos y los colombianos que buscan emprender un negocio en el país coinciden en que hay muchos trámites que hacer para establecer una empresa. En el caso de los ciudadanos extranjeros, estos se enfrentan a un gran desconocimiento del sistema legal y tributario del país receptor. Hay estafadores que se aprovechan de la ignorancia sobre el sistema nacional para quitarles dinero y tiempo.
El Gobierno Nacional, a través de las cámaras de comercio de las principales ciudades del país, y las embajadas y consulados de países como Estados Unidos, están ofreciendo asesoría frente a este tema. Hola Colombia INNPacta, por ejemplo, es un programa que busca fortalecer, darles visibilidad y ayudar a ejecutar los emprendimientos sociales de la población migrante o de colombianos retornados en los municipios de Riohacha, Cúcuta y Arauca. La iniciativa es desarrollada por el Gobierno Nacional, con la Gerencia de Fronteras a la cabeza, y cuenta con la cooperación de la Embajada de Corea en Colombia.
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La Embajada estadounidense, por otro lado, creó la Academia de Mujeres Emprendedoras (AWE, por sus siglas en inglés) en compañía del Centro de Emprendimiento Femenino de la Universidad Sergio Arboleda, para apoyar las iniciativas de mujeres a través de la formación en el desarrollo económico con herramientas estratégicas. En el último grupo de asistentes se presentaron una veintena de migrantes radicadas en Colombia, lo cual permitió ver que este tipo de espacios, además de ofrecerle una gran ayuda a las mujeres, servía como un campo para la integración entre la comunidad migrante y la receptora.
“Yo pienso que los problemas se han dado por la gran ignorancia. A medida que los colombianos puedan saber sobre nuestra historia, esa ignorancia va a caer. La integración económica es una oportunidad de conocernos, de mostrar que podemos aportar. Yo le decía a mi esposo que, ahora que estamos acá, no pensamos en algo ‘hecho en Venezuela’, sino ‘hecho en Colombia’ y con la mentalidad de llevarlo al mundo. Estamos muy agradecidos con los colombianos”, resalta Tavera.
Como lo señala, una mayor integración de los migrantes a la economía nacional con toda la regularización necesaria, además del aumento de los emprendimientos de esta comunidad, contribuye no solo a un gran aporte al régimen tributario nacional. Según cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP), los migrantes pagan más de $400.000 millones de en impuestos al año en Colombia. Pero también los emprendimientos de venezolanos generan empleos para los mismos colombianos, algo que la comunidad local debería celebrar.
En Nariño, unos 70 negocios de ciudadanos extranjeros provenientes de Venezuela han generado oportunidades de trabajo para los nacionales y ese trabajo lado a lado contribuye a la comunicación entre estas dos comunidades y al desmoronamiento de mitos sobre el migrante y la migración. Todas estas experiencias señalan que es necesario que el Gobierno continúe flexibilizando las rutas y aumentando la pedagogía para ayudar a los emprendedores venezolanos a entrar al mercado nacional.
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¿Cómo montar un negocio en Colombia siendo venezolano?
Emprender en Colombia nunca ha sido una misión fácil. De eso dan testimonio los propios colombianos. Entre las principales barreras están la burocracia, la falta de inversores y el acceso limitado a créditos en las instituciones bancarias. Ahora, para el caso de los emprendedores venezolanos, estas barreras se multiplican.
Los ciudadanos extranjeros no solo se enfrentan a las dificultades mencionadas, sino a un gran desconocimiento del sistema legal y tributario del país receptor. Hay personas que se han aprovechado de la inocencia de los migrantes y les han ofrecido asesorías equivocadas para comenzar sus negocios en el país, lo cual hace que pierdan tiempo y dinero. Para evitarle problemas, acá le ofrecemos algunos consejos si usted es migrante y quiere emprender en Colombia.
El primer consejo es comenzar con abrir una cuenta de ahorros. Ese paso le abrirá el camino a obtener una tarjeta de crédito en el país, con la que podrá tener un historial crediticio en Colombia y así más adelante acceder a otros tipos de financiación con los que podrá comenzar su negocio. Los venezolanos pueden abrir una cuenta bancaria en Colombia presentando el Permiso Especial de Permanencia (PEP), junto con su pasaporte o cédula venezolana.
Para comenzar se debe armar con un buen plan de trabajo. Esto incluye tener claros sus propósitos. Pregúntese por qué está creando la empresa: necesidad, desempleo, proyecto de vida, etc.
En esa organización del plan de trabajo también fije una idea clara para su negocio. La Cámara de Comercio de Bogotá recomienda comenzar con respuestas a preguntas como: ¿esa idea resuelve una necesidad?, ¿ya existe?, ¿busca fabricar o comerciar?, ¿quiénes serán sus clientes principales?, ¿cómo llegará a ellos?, ¿qué diferencia marcará su empresa con el resto?
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Luego es importante que defina qué recursos necesitará para comenzar. Para esto puede analizar el trabajo de su competencia. Busque qué elementos y habilidades requieren las empresas similares a la que pretende montar.
Las cámaras de comercio de las principales ciudades del país, como la de Bogotá, y embajadas y consulados como el que tiene Estados Unidos en la capital han ofrecido talleres para guiar a los migrantes en este camino. Consulte si alguna de estas instituciones se encuentra ofreciendo algún taller o feria virtual de este tipo en la actualidad. Este tipo de cursos lo puede ayudar a diseñar un modelo de negocio exitoso.
Hola Colombia INNPacta, por ejemplo, es un programa que busca fortalecer, darle visibilidad y ayudar a ejecutar los emprendimientos sociales de la población migrante o de colombianos retornados en los municipios de Riohacha, Cúcuta y Arauca. La iniciativa es desarrollada por el Gobierno Nacional, con la Gerencia de Fronteras a la cabeza, y cuenta con la cooperación de la Embajada de Corea en Colombia.
Ahora, asesórese con un profesional colombiano que sea experto en el sistema legal colombiano. Esta persona le va a ayudar a reunir los papeles necesarios para comenzar su negocio y a definir cuál es la forma jurídica más adecuada para registrar su empresa ante las entidades colombianas. Los emprendedores tienen tres opciones para formalizar su negocio:
- Como persona natural: adquiere la calidad de comerciante por desarrollar en forma profesional una actividad mercantil. Se identifica con número de su documento de identidad, sea pasaporte o cédula de extranjería, y se inscribe en el registro mercantil
- Como persona jurídica: se da en casos en los que se busca constituir una Sociedad de Acciones Simplificadas (SAS). Una vez constituida la SAS, se forma una persona diferente de las individuales que la conforman.
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- Como sucursal: es un trámite más largo. Lo que busca es una matrícula como empresario del exterior que tiene una sucursal en Colombia. Se requiere una copia apostillada del registro de su empresa en el país de origen y el registro en una notaría colombiana de quién será el apoderado de la empresa en el país.
Ahora, existen ocho tipos diferentes de sociedades: Sociedad por Acciones Simplificada, Sociedad Limitada, Empresa Unipersonal, Sociedad Anónima, Sociedad Colectiva, Sociedad Comandita Simple, Sociedad Comandita por Acciones y Empresa Asociativa de trabajo. Cada una tiene condiciones especiales, por lo que debe elegir la que más se ajusta a sus necesidades.
A partir de esa elección deberá diseñar el estatuto de su empresa. Es decir, el documento legal que define el funcionamiento general de su negocio. Para esto se recomienda tener claridad y organización; mostrar que cuenta con el capital económico que soporte la creación de la sociedad; establecer cómo se dará la resolución de conflictos en caso de que sea una sociedad, previendo la separación de un accionista.
Llega el momento de nombrar su negocio. Para confirmar que el nombre deseado está disponible puede consultar el Registro Único de Empresas (RUE) en su página web: https://linea.ccb.org.co/ccbConsultasRUE/Consultas/RUE/consulta_empresa.aspx
Este es el primer paso para formalizar su empresa ante las instituciones colombianas. Deberá cumplir con varios procesos para formalizar su negocio, como la firma de la escritura pública que constituye la sociedad, el registro ante la cámara de comercio local, el visto bueno de la Secretaría de Salud del municipio o ciudad en la que se encuentre, las solicitudes de trámites ante el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) según las características de su negocio, la obtención de un número de identificación tributaria (NIT) para los impuestos de orden nacional y la apertura de una cuenta bancaria para depositar el capital social.
Un consejo importante es verificar que esté permitido desarrollar la actividad que desea en el local que tiene proyectado antes de comprarlo o firmar un contrato de arrendamiento. Para esto es importante que consulte el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad en la que piensa establecer su negocio.
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Recuerde que cada actividad cumple con una obligación diferente en el régimen tributario. Si por ejemplo usted va a tener un negocio de comida, debe registrar su actividad ante la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales en la categoría de alimentos para venta en punto de atención. Toda actividad debe estar registrada ante la DIAN. Después del registro ante la Cámara de Comercio, deberá inscribir su empresa al Registro único Tributario a través de la página de la DIAN. Tenga en cuenta que también deberá inscribirse ante la Administración de Impuestos Distritales, así como los libros de comercio ante la Cámara de Comercio.
Por último, tenga en cuenta que los funcionarios de las cámaras de comercio a nivel local están dispuestas a prestarle asesoría en todo el proceso de constitución de su empresa.
Emprender estaba en la sangre de Sonia Odalis Tavera, aunque ella lo aceptó apenas hace un par de años. Cuando era pequeña, esta caraqueña veía cómo sus papás armaban todo tipo de negocios para ganarse la vida y mantener a su familia, desde restaurantes hasta flotas de autobuses en la capital venezolana. Sin embargo, a ella nunca le interesó comenzar su propio negocio hasta que llegó a Colombia.
“Yo no pensaba emprender. Pensaba en trabajar y estar en un lugar estable y ya”, cuenta Tavera.
La migración, sin embargo, tuvo un impacto en que cambiara de opinión y en su visión sobre el trabajo. En primer lugar, influye que cuando hay movilización, el ser humano tiene una inclinación a emprender al enfrentarse a una nueva vida, pues está dispuesto a todo para tener éxito en el país al que llega. Es por eso que, para 2015, por lo menos el 20 % de los venezolanos en el exterior eran emprendedores y tenían sus propios negocios, según un estudio de Tomás Páez, sociólogo de la Universidad Central de Venezuela. Tavera confirma esa tendencia, pues su familia también llegó como migrante a Caracas y allá pusieron en marcha sus proyectos.
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Por otro lado, también influyeron sobre Tavera los nuevos discursos acerca del empoderamiento femenino. Cuando ella llegó a Colombia junto con su esposo y su hijo, entendió que su papel no se limitaba al hogar, como el de ninguna mujer.
“Yo le agradezco a Dios por mi hijo, pero creo que las mujeres podemos hacer mucho más. No comparto que la mujer se quede en la casa cuidando a sus niños. No quería que alguien más cuidara de mi niño, pero comencé a ver que tengo otras cosas, otros talentos que puedo explotar”, cuenta.
Fue entonces, después de establecerse en Cartagena tras salir de Venezuela, que Tavera decidió comenzar su propio negocio en el sector de belleza. Ella había aprendido mucho de su mamá sobre belleza, peluquería y maquillaje, pero quería profesionalizarse. Ahí comenzó a enfrentarse a las barreras que hay en los países receptores para las comunidades migrantes.
“Quería empezar a estudiar y por eso busqué inscribirme en un curso en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), pero no me admitían por ser venezolana. Así que dije: voy a empezar por mi cuenta. Compré un cuaderno de $2.000 y comencé a ver videos en YouTube para aprender lo que necesitaba. No me gusta la mediocridad”, recuerda.
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Las oportunidades para los venezolanos en Colombia se han abierto gradualmente gracias a los esfuerzos del Gobierno Nacional. Ahora muchos venezolanos pueden inscribirse en los cursos del Sena para adquirir conocimientos que les servirán para integrarse al mercado laboral. Sin embargo, a la hora de emprender, todavía persisten ciertas trabas.
Una de las barreras que continúan es la burocracia. Tavera cuenta que, luego de reunir dinero con su esposo para comenzar su propio salón de belleza, ha tenido muchos problemas para adelantar los procesos en la Cámara de Comercio.
“Con esta nueva tarjeta de identidad que les están dando a los venezolanos parece que habrá mucha más apertura, pero hay otros problemas. Se necesita de una copia del pasaporte para poder regularizarse, pero ahorita no hay consulado porque se rompieron las relaciones. No se podía viajar porque las fronteras estaban cerradas”, dice Tavera.
Los venezolanos y los colombianos que buscan emprender un negocio en el país coinciden en que hay muchos trámites que hacer para establecer una empresa. En el caso de los ciudadanos extranjeros, estos se enfrentan a un gran desconocimiento del sistema legal y tributario del país receptor. Hay estafadores que se aprovechan de la ignorancia sobre el sistema nacional para quitarles dinero y tiempo.
El Gobierno Nacional, a través de las cámaras de comercio de las principales ciudades del país, y las embajadas y consulados de países como Estados Unidos, están ofreciendo asesoría frente a este tema. Hola Colombia INNPacta, por ejemplo, es un programa que busca fortalecer, darles visibilidad y ayudar a ejecutar los emprendimientos sociales de la población migrante o de colombianos retornados en los municipios de Riohacha, Cúcuta y Arauca. La iniciativa es desarrollada por el Gobierno Nacional, con la Gerencia de Fronteras a la cabeza, y cuenta con la cooperación de la Embajada de Corea en Colombia.
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La Embajada estadounidense, por otro lado, creó la Academia de Mujeres Emprendedoras (AWE, por sus siglas en inglés) en compañía del Centro de Emprendimiento Femenino de la Universidad Sergio Arboleda, para apoyar las iniciativas de mujeres a través de la formación en el desarrollo económico con herramientas estratégicas. En el último grupo de asistentes se presentaron una veintena de migrantes radicadas en Colombia, lo cual permitió ver que este tipo de espacios, además de ofrecerle una gran ayuda a las mujeres, servía como un campo para la integración entre la comunidad migrante y la receptora.
“Yo pienso que los problemas se han dado por la gran ignorancia. A medida que los colombianos puedan saber sobre nuestra historia, esa ignorancia va a caer. La integración económica es una oportunidad de conocernos, de mostrar que podemos aportar. Yo le decía a mi esposo que, ahora que estamos acá, no pensamos en algo ‘hecho en Venezuela’, sino ‘hecho en Colombia’ y con la mentalidad de llevarlo al mundo. Estamos muy agradecidos con los colombianos”, resalta Tavera.
Como lo señala, una mayor integración de los migrantes a la economía nacional con toda la regularización necesaria, además del aumento de los emprendimientos de esta comunidad, contribuye no solo a un gran aporte al régimen tributario nacional. Según cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP), los migrantes pagan más de $400.000 millones de en impuestos al año en Colombia. Pero también los emprendimientos de venezolanos generan empleos para los mismos colombianos, algo que la comunidad local debería celebrar.
En Nariño, unos 70 negocios de ciudadanos extranjeros provenientes de Venezuela han generado oportunidades de trabajo para los nacionales y ese trabajo lado a lado contribuye a la comunicación entre estas dos comunidades y al desmoronamiento de mitos sobre el migrante y la migración. Todas estas experiencias señalan que es necesario que el Gobierno continúe flexibilizando las rutas y aumentando la pedagogía para ayudar a los emprendedores venezolanos a entrar al mercado nacional.
👀🌎📄 ¿Ya estás enterado de las últimas noticias en el mundo? Te invitamos a verlas en El Espectador.
¿Cómo montar un negocio en Colombia siendo venezolano?
Emprender en Colombia nunca ha sido una misión fácil. De eso dan testimonio los propios colombianos. Entre las principales barreras están la burocracia, la falta de inversores y el acceso limitado a créditos en las instituciones bancarias. Ahora, para el caso de los emprendedores venezolanos, estas barreras se multiplican.
Los ciudadanos extranjeros no solo se enfrentan a las dificultades mencionadas, sino a un gran desconocimiento del sistema legal y tributario del país receptor. Hay personas que se han aprovechado de la inocencia de los migrantes y les han ofrecido asesorías equivocadas para comenzar sus negocios en el país, lo cual hace que pierdan tiempo y dinero. Para evitarle problemas, acá le ofrecemos algunos consejos si usted es migrante y quiere emprender en Colombia.
El primer consejo es comenzar con abrir una cuenta de ahorros. Ese paso le abrirá el camino a obtener una tarjeta de crédito en el país, con la que podrá tener un historial crediticio en Colombia y así más adelante acceder a otros tipos de financiación con los que podrá comenzar su negocio. Los venezolanos pueden abrir una cuenta bancaria en Colombia presentando el Permiso Especial de Permanencia (PEP), junto con su pasaporte o cédula venezolana.
Para comenzar se debe armar con un buen plan de trabajo. Esto incluye tener claros sus propósitos. Pregúntese por qué está creando la empresa: necesidad, desempleo, proyecto de vida, etc.
En esa organización del plan de trabajo también fije una idea clara para su negocio. La Cámara de Comercio de Bogotá recomienda comenzar con respuestas a preguntas como: ¿esa idea resuelve una necesidad?, ¿ya existe?, ¿busca fabricar o comerciar?, ¿quiénes serán sus clientes principales?, ¿cómo llegará a ellos?, ¿qué diferencia marcará su empresa con el resto?
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Luego es importante que defina qué recursos necesitará para comenzar. Para esto puede analizar el trabajo de su competencia. Busque qué elementos y habilidades requieren las empresas similares a la que pretende montar.
Las cámaras de comercio de las principales ciudades del país, como la de Bogotá, y embajadas y consulados como el que tiene Estados Unidos en la capital han ofrecido talleres para guiar a los migrantes en este camino. Consulte si alguna de estas instituciones se encuentra ofreciendo algún taller o feria virtual de este tipo en la actualidad. Este tipo de cursos lo puede ayudar a diseñar un modelo de negocio exitoso.
Hola Colombia INNPacta, por ejemplo, es un programa que busca fortalecer, darle visibilidad y ayudar a ejecutar los emprendimientos sociales de la población migrante o de colombianos retornados en los municipios de Riohacha, Cúcuta y Arauca. La iniciativa es desarrollada por el Gobierno Nacional, con la Gerencia de Fronteras a la cabeza, y cuenta con la cooperación de la Embajada de Corea en Colombia.
Ahora, asesórese con un profesional colombiano que sea experto en el sistema legal colombiano. Esta persona le va a ayudar a reunir los papeles necesarios para comenzar su negocio y a definir cuál es la forma jurídica más adecuada para registrar su empresa ante las entidades colombianas. Los emprendedores tienen tres opciones para formalizar su negocio:
- Como persona natural: adquiere la calidad de comerciante por desarrollar en forma profesional una actividad mercantil. Se identifica con número de su documento de identidad, sea pasaporte o cédula de extranjería, y se inscribe en el registro mercantil
- Como persona jurídica: se da en casos en los que se busca constituir una Sociedad de Acciones Simplificadas (SAS). Una vez constituida la SAS, se forma una persona diferente de las individuales que la conforman.
Le sugerimos: “Sí me quiero vacunar, pero no he podido porque no tengo el permiso”
- Como sucursal: es un trámite más largo. Lo que busca es una matrícula como empresario del exterior que tiene una sucursal en Colombia. Se requiere una copia apostillada del registro de su empresa en el país de origen y el registro en una notaría colombiana de quién será el apoderado de la empresa en el país.
Ahora, existen ocho tipos diferentes de sociedades: Sociedad por Acciones Simplificada, Sociedad Limitada, Empresa Unipersonal, Sociedad Anónima, Sociedad Colectiva, Sociedad Comandita Simple, Sociedad Comandita por Acciones y Empresa Asociativa de trabajo. Cada una tiene condiciones especiales, por lo que debe elegir la que más se ajusta a sus necesidades.
A partir de esa elección deberá diseñar el estatuto de su empresa. Es decir, el documento legal que define el funcionamiento general de su negocio. Para esto se recomienda tener claridad y organización; mostrar que cuenta con el capital económico que soporte la creación de la sociedad; establecer cómo se dará la resolución de conflictos en caso de que sea una sociedad, previendo la separación de un accionista.
Llega el momento de nombrar su negocio. Para confirmar que el nombre deseado está disponible puede consultar el Registro Único de Empresas (RUE) en su página web: https://linea.ccb.org.co/ccbConsultasRUE/Consultas/RUE/consulta_empresa.aspx
Este es el primer paso para formalizar su empresa ante las instituciones colombianas. Deberá cumplir con varios procesos para formalizar su negocio, como la firma de la escritura pública que constituye la sociedad, el registro ante la cámara de comercio local, el visto bueno de la Secretaría de Salud del municipio o ciudad en la que se encuentre, las solicitudes de trámites ante el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) según las características de su negocio, la obtención de un número de identificación tributaria (NIT) para los impuestos de orden nacional y la apertura de una cuenta bancaria para depositar el capital social.
Un consejo importante es verificar que esté permitido desarrollar la actividad que desea en el local que tiene proyectado antes de comprarlo o firmar un contrato de arrendamiento. Para esto es importante que consulte el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad en la que piensa establecer su negocio.
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Recuerde que cada actividad cumple con una obligación diferente en el régimen tributario. Si por ejemplo usted va a tener un negocio de comida, debe registrar su actividad ante la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales en la categoría de alimentos para venta en punto de atención. Toda actividad debe estar registrada ante la DIAN. Después del registro ante la Cámara de Comercio, deberá inscribir su empresa al Registro único Tributario a través de la página de la DIAN. Tenga en cuenta que también deberá inscribirse ante la Administración de Impuestos Distritales, así como los libros de comercio ante la Cámara de Comercio.
Por último, tenga en cuenta que los funcionarios de las cámaras de comercio a nivel local están dispuestas a prestarle asesoría en todo el proceso de constitución de su empresa.