¿Ignorar a Trump? Ahora los demócratas quieren que siempre esté en las noticias
A los demócratas les preocupa que el hastío frente a Trump, y lo mucho que se extendió, haya pasado y que algunos votantes estén viendo con mejores ojos a un hombre al que antes detestaban.
Reid J. Epstein | The New York Times
Cuando Donald Trump salió de la Casa Blanca, los demócratas no querían volver a escucharlo. El presidente Joe Biden lo descalificó al llamarlo “el tipo que estaba antes”. Todos en el partido coincidían en que era mejor ignorarlo.
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Cuando Donald Trump salió de la Casa Blanca, los demócratas no querían volver a escucharlo. El presidente Joe Biden lo descalificó al llamarlo “el tipo que estaba antes”. Todos en el partido coincidían en que era mejor ignorarlo.
Tres años después, el equipo de la campaña de reelección de Biden y los funcionarios demócratas de todo el espectro del partido encontraron una nueva solución a su desplome político:
Más Trump.
Ya no está bien visto criticar a los medios de comunicación por darle una plataforma a Trump. Ahora todos desean, sin decirlo, que las principales cadenas vuelvan a retransmitir en directo los mítines de campaña de Trump.
Detrás del improbable anhelo de que el expresidente recobre presencia en el escenario político está lo mucho que los demócratas dependen desde hace años de la máquina de indignación de Trump. Desde su ascenso, Trump ha sido una operación unipersonal de participación demócrata, pues une a una oposición que de lo contrario estaría fracturada, además de haber impulsado victorias en tres ciclos electorales consecutivos.
Ahora, a los demócratas les preocupa que el hastío frente a Trump, y lo mucho que se extendió, haya pasado y que algunos votantes estén viendo con mejores ojos a un hombre al que antes detestaban. Puede que muchos otros simplemente estén prestando poca atención, ya que la participación de Trump en la conversación nacional diaria ha disminuido, a pesar de la interrupción ocasional de los pronunciamientos de la ruta de campaña, como su reciente promesa de “erradicar” a sus opositores políticos como si fueran “alimañas”.
Trump, quien dista de ser conocido por mantener un bajo perfil, ha faltado a los tres debates presidenciales republicanos y se ha mantenido alejado de las principales redes sociales. Se espera que pase gran parte del próximo año en juicios penales que, salvo el que se realizará en Georgia, no serán televisados.
Cynthia Wallace, cofundadora del New Rural Project, un grupo progresista en Carolina del Norte, dijo que estos días no había escuchado mucho sobre Trump de los electores negros e hispanos en los que se concentra su organización.
“Creo que es como sucede en una relación”, dijo. “Cuando pasan muchas cosas malas, pero cuanto más te alejas de las cosas malas, piensas que tal vez esas cosas no eran tan malas después de todo”.
El equipo de campaña de Biden, que ha tardado en acelerar sus operaciones, apuesta a que una vez que la decisión se reduzca a una elección entre Biden y Trump, quien sigue siendo muy polémico, dejarán de lado sus reservas sobre el presidente y se alinearán con él.
Pero, aunque es probable que Trump ascienda en la conciencia pública a medida que se acerque noviembre de 2024, no es ni mucho menos seguro que se sabotee a sí mismo políticamente. Y sigue sin estar claro si sus juicios penales lo volverán más tóxico entre los votantes moderados e indecisos, o si las semanas de comparecencias en los tribunales mantendrán su presencia más silenciada de lo habitual.
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Otras iniciativas de Biden se han quedado cortas. Su campaña tiene poco que mostrar tras una ofensiva publicitaria de 40 millones de dólares para promocionar su historial económico. Y la aprobación del presidente, según encuestas publicadas este mes por The New York Times y el Siena College, ha caído de manera muy marcada entre los electores negros e hispanos, grupos demográficos que, según los estrategas, son más propensos a no tener en cuenta a Trump cuando este no acapara los reflectores noticiosos.
“Que la gente no esté expuesta al caos cotidiano de Donald Trump sin duda tiene un impacto en cómo las personas miden la urgencia ante el peligro de otro gobierno de Trump”, comentó Adrianne Shropshire, directora ejecutiva de BlackPAC, un grupo de organización política integrado por afroestadounidenses. “Es importante recordarle a la gente el desastre total y absoluto que fue Trump”.
Claro está que Biden y los demócratas no pueden controlar las decisiones que las organizaciones de noticias toman ni los temas que interesan a los electores en persona y en las redes sociales. Pero la campaña de Biden, que aspira a convertir las elecciones de 2024 en un referéndum sobre si Trump debe volver a la Casa Blanca, puede intentar impulsar el debate nacional en su dirección con sus mensajes.
Sin embargo, es un gran desafío que muchos estadounidenses que dejaron de prestarle atención al expresidente cuando dejó el cargo muestren poco interés en saber más de él.
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Varios electores que votaron por Biden en 2020, y ahora se inclinan por Trump, dijeron que no habían seguido los pormenores de las actividades del expresidente tras dejar la Casa Blanca y tendían a desestimar y hacer de lado sus escándalos pasados.
“Sé que mucha gente se molestó por lo que dijo hace años sobre ‘agarrarlas de cualquier parte’”, comentó Treena Fortney, de 51 años, mayorista de Covington, Georgia, quien votó por Biden en 2020, pero ahora se lamenta de ello y apoya a Trump. “Eso fue un agravante. Pero, sabes qué, fue hace años. Y así es como hablan los hombres entre ellos. No creo que de verdad hiciera eso. Creo que solo lo dijo por decir”.
Arthur Taylor, quien tiene un negocio en Mesa, Arizona, se describió a sí mismo como un demócrata que votó por Hillary Rodham Clinton y Biden y ahora dice que votará por Trump en 2024. Comentó que el clima empresarial era mejor cuando Trump era presidente y que los 91 delitos penales que se le imputan podrían no ser tan malos.
“Hay tantas cosas que el presidente Trump hace que no son éticas”, afirmó Taylor. Pero agregó que, con el expresidente, “hay un nivel de honestidad y casi transparencia, incluso de una manera que te hace sentir incómodo”.
Ese tipo de sentimientos han llevado a la campaña de Biden esta última semana a desarrollar su propia crítica a los medios, al instar de manera pública a los programas de noticias de las cadenas de televisión a seguir los artículos del New York Times sobre los planes de Trump en materia de políticas de inmigración y deportación si gana las elecciones.
“Cuanto más se enfrenta el pueblo estadounidense a quién es Donald Trump (un hombre peligroso, extremista y errático al que solo le importa utilizar el poder del gobierno para ayudarse a sí mismo y a sus amigos), más lo rechaza”, manifestó Ammar Moussa, vocero de la campaña de Biden. “Seguiremos haciendo énfasis entre los votantes lo que está en juego al permitir que Trump y sus compinches se acerquen al Despacho Oval”.
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