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Un feroz incendio forestal en Los Ángeles ha forzado a más de 30.000 personas a evacuar sus hogares. Las llamas, avivadas por los vientos de Santa Ana, no han podido ser controladas por las autoridades. A pesar de los esfuerzos, el nivel de contención se mantiene en un alarmante 0 %, según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.
El epicentro del caos es Pacific Palisades, una exclusiva comunidad costera con más de 10.000 viviendas amenazadas por el fuego. Hasta el momento, se han consumido más de 3.000 hectáreas, según reportes de las autoridades locales.
Testigos describen escenas de caos, con carreteras atascadas por familias que huyen mientras las llamas se acercan peligrosamente a sus vehículos. Cindy Festa, una residente local, describió la escena como “una película de terror”.
“Las llamas estaban a centímetros de los autos; parecía una película de terror”, dijo.
El gobernador de California, Gavin Newsom, describió la situación como “sin precedentes” y confirmó que más de 1.400 bomberos han sido desplegados para combatir tres incendios simultáneos en los alrededores de Los Ángeles.
“Todos los recursos están destinados a proteger vidas”, señaló Newsom, instando a los residentes a seguir las órdenes de evacuación.
La magnitud de los daños se ve agravada por problemas en la infraestructura, como la falta de agua en hidrantes. Rick Caruso, propietario de Palisades Village, criticó la situación: “Los bomberos están ahí, pero no hay agua para combatir las llamas. Es inadmisible”.
Los fuertes vientos también han obligado a suspender las operaciones de aviones cisterna, limitando la respuesta aérea. Además, la falta de lluvias en la temporada ha creado un paisaje seco, ideal para la rápida propagación del fuego.
Científicos advierten que las sequías prolongadas, combinadas con temperaturas más cálidas, están creando incendios más voraces. Esto convierte a California en un punto crítico para la acción climática, destacando la necesidad de estrategias de mitigación más robustas. Según el Servicio Meteorológico Nacional, estas condiciones podrían persistir, complicando los esfuerzos para controlar el incendio.
Las autoridades han habilitado seis refugios temporales, incluidos espacios como el estadio Rose Bowl, que también permite la evacuación de animales grandes. Sin embargo, el estrés de los evacuados es palpable. Rachel Spencer, una residente de Pasadena, expresó: “No sabemos si nuestras casas siguen en pie. Estamos devastados”.
La crisis también ha alterado la agenda política. El presidente Joe Biden pospuso un viaje a California, donde planeaba declarar nuevos monumentos nacionales en tierras indígenas. En su lugar, prometió apoyo total para las operaciones de emergencia.
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