Inclusión laboral y emprendimiento: un reto para la integración migratoria
Ya hay algunos programas de colaboración interinstitucional para atajar este reto de la sociedad colombiana.
Txomin Las Heras Leizaola*
La gran tarea frente a la migración que tendrá que afrontar la sociedad colombiana en su conjunto, incluyendo a los ya casi tres millones de mujeres y hombres provenientes de Venezuela según las estadísticas del Dane, es la de su integración plena en la comunidad nacional, no solo para dignificarlos como seres humanos sujetos a derechos y obligaciones sino para incorporarlos al proceso de desarrollo del país de cuya población ya representan más del 5 %.
La integración es un proceso complejo, con muchas facetas que van desde aspectos legales, pasando por temas de educación y cultura ciudadana, hasta procesos de inserción en el tejido productivo del país, entre otras.
Tras los importantes avances que se han producido con el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV) que hasta el momento ha permitido que casi 2.200.000 venezolanos se hayan registrado en el mismo y se hayan aprobado más de 1.138.989 Permisos por Protección Temporal (PPT), pocas dudas deben caber respecto a la necesidad de profundizar los esfuerzos para que este grupo de seres humanos integrado no sólo por venezolanos sino también por retornados colombianos y sus descendientes, nacidos en Venezuela pero con derecho a la nacionalidad colombiana, comiencen a transitar por el camino del empleo y el emprendimiento.
Sugerimos: Guía práctica para emprender en Colombia siendo migrante
El Estado colombiano ha venido adelantando algunas iniciativas como la de Saber Hacer Vale que busca certificar conocimientos o la legalización de diplomas de educación superior, tarea esta última que debería ampliarse a la homologación de los títulos y al otorgamiento de tarjetas profesionales por parte de las diferentes agremiaciones. El sector privado, a través de sus múltiples sectores como el agropecuario, industrial, comercial, educativo y de servicios, también debería implicarse para generar más y mejores oportunidades.
Como indicábamos antes, se trata de una labor en la que tiene que estar implicada toda la sociedad y en Colombia estamos comenzando a ver algunos programas de colaboración interinstitucional como el denominado Hola Colombia, promovido por la agencia estatal Innpulsa Colombia, con el apoyo de la Gerencia de la Frontera de la Presidencia de la República, que tiene como objetivo identificar, fortalecer y visibilizar emprendimientos sociales o de negocios con impacto social y soluciones innovadoras que generen ingresos e inclusión económica en la población migrante venezolana, retornada y de acogida, en los municipios de Riohacha, Cúcuta y Arauca. Igualmente, busca incidir en la transformación de la narrativa que se erige en torno a la migración y visibilizar a los migrantes como agentes de cambio.
Este proyecto, financiado por la cooperación internacional de Corea del Sur y ejecutado bajo el desarrollo metodológico de las oenegés Ashoca y 2811 (está inspirado en las iniciativas Hello Europe de Ashoka), así como por la Escuela de Administración de Negocios (EAN), escogió tras un concurso 10 emprendimientos sociales colombianos con incidencia en la población proveniente de Venezuela en las tres ciudades fronterizas antes mencionadas, a las que les brinda una amplia capacitación con herramientas de aceleración, marketing, atención al cliente y conexiones con redes internacionales de innovación social.
Estos proyectos que están hoy en pleno proceso de desarrollo, habiendo alcanzado y superado en algunos casos las metas propuestas, son los que llevan a cabo la Fundación de Emprendedores Activos (Reda) con capacitación para el emprendimiento; Voices of Venezuela, con plataformas virtuales donde acercan a los migrantes a oportunidades de trabajo; Dignifai, que emplea a migrantes y retornados en sus proyectos de inteligencia artificial y etiquetado de datos; Biohexa, en la oferta de empleos en el sector agrícola, especialmente en la cosecha de café y Bancalimentos, en el área de aprovechamiento de residuos a cambio de créditos alimentarios y esquemas de ahorro.
Los otros proyectos son los de Inatco, un centro de formación en mecánica automotriz, concretamente en inyección electrónica; el Fondo Rotatorio para la Promoción, el Emprendimiento y la Gestión de Recursos para el Desarrollo (Forprogrese), que capacita a mujeres en costura, artesanía y peluquería; la Corporación Socio Ambiental de Reciclado de Residuos de la Costa (Corprfecam), en la recolección de desechos; Don Cachapa, que emplea a población migrante y retornada, una proporción de la cual es LGBTI o provenientes del trabajo sexual y Maraka, que se enfoca en mujeres vulnerables de zonas rurales a quienes forman en la confección de accesorios femeninos.
Programas como el de Hola Colombia, si bien son aún pequeños de cara al inmenso reto de la integración migratoria, indican un camino a seguir y, por encima de todo, denotan el compromiso de diversos sectores del campo social y empresarial por incorporar a los migrantes y a los retornados colombianos a la vida del país de manera digna y plena.
* Investigador adscrito a la Bitácora Migratoria proyecto del Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario y la fundación Konrad Adenauer; y presidente de Diálogo Ciudadano Colombo Venezolano.
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La gran tarea frente a la migración que tendrá que afrontar la sociedad colombiana en su conjunto, incluyendo a los ya casi tres millones de mujeres y hombres provenientes de Venezuela según las estadísticas del Dane, es la de su integración plena en la comunidad nacional, no solo para dignificarlos como seres humanos sujetos a derechos y obligaciones sino para incorporarlos al proceso de desarrollo del país de cuya población ya representan más del 5 %.
La integración es un proceso complejo, con muchas facetas que van desde aspectos legales, pasando por temas de educación y cultura ciudadana, hasta procesos de inserción en el tejido productivo del país, entre otras.
Tras los importantes avances que se han producido con el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV) que hasta el momento ha permitido que casi 2.200.000 venezolanos se hayan registrado en el mismo y se hayan aprobado más de 1.138.989 Permisos por Protección Temporal (PPT), pocas dudas deben caber respecto a la necesidad de profundizar los esfuerzos para que este grupo de seres humanos integrado no sólo por venezolanos sino también por retornados colombianos y sus descendientes, nacidos en Venezuela pero con derecho a la nacionalidad colombiana, comiencen a transitar por el camino del empleo y el emprendimiento.
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El Estado colombiano ha venido adelantando algunas iniciativas como la de Saber Hacer Vale que busca certificar conocimientos o la legalización de diplomas de educación superior, tarea esta última que debería ampliarse a la homologación de los títulos y al otorgamiento de tarjetas profesionales por parte de las diferentes agremiaciones. El sector privado, a través de sus múltiples sectores como el agropecuario, industrial, comercial, educativo y de servicios, también debería implicarse para generar más y mejores oportunidades.
Como indicábamos antes, se trata de una labor en la que tiene que estar implicada toda la sociedad y en Colombia estamos comenzando a ver algunos programas de colaboración interinstitucional como el denominado Hola Colombia, promovido por la agencia estatal Innpulsa Colombia, con el apoyo de la Gerencia de la Frontera de la Presidencia de la República, que tiene como objetivo identificar, fortalecer y visibilizar emprendimientos sociales o de negocios con impacto social y soluciones innovadoras que generen ingresos e inclusión económica en la población migrante venezolana, retornada y de acogida, en los municipios de Riohacha, Cúcuta y Arauca. Igualmente, busca incidir en la transformación de la narrativa que se erige en torno a la migración y visibilizar a los migrantes como agentes de cambio.
Este proyecto, financiado por la cooperación internacional de Corea del Sur y ejecutado bajo el desarrollo metodológico de las oenegés Ashoca y 2811 (está inspirado en las iniciativas Hello Europe de Ashoka), así como por la Escuela de Administración de Negocios (EAN), escogió tras un concurso 10 emprendimientos sociales colombianos con incidencia en la población proveniente de Venezuela en las tres ciudades fronterizas antes mencionadas, a las que les brinda una amplia capacitación con herramientas de aceleración, marketing, atención al cliente y conexiones con redes internacionales de innovación social.
Estos proyectos que están hoy en pleno proceso de desarrollo, habiendo alcanzado y superado en algunos casos las metas propuestas, son los que llevan a cabo la Fundación de Emprendedores Activos (Reda) con capacitación para el emprendimiento; Voices of Venezuela, con plataformas virtuales donde acercan a los migrantes a oportunidades de trabajo; Dignifai, que emplea a migrantes y retornados en sus proyectos de inteligencia artificial y etiquetado de datos; Biohexa, en la oferta de empleos en el sector agrícola, especialmente en la cosecha de café y Bancalimentos, en el área de aprovechamiento de residuos a cambio de créditos alimentarios y esquemas de ahorro.
Los otros proyectos son los de Inatco, un centro de formación en mecánica automotriz, concretamente en inyección electrónica; el Fondo Rotatorio para la Promoción, el Emprendimiento y la Gestión de Recursos para el Desarrollo (Forprogrese), que capacita a mujeres en costura, artesanía y peluquería; la Corporación Socio Ambiental de Reciclado de Residuos de la Costa (Corprfecam), en la recolección de desechos; Don Cachapa, que emplea a población migrante y retornada, una proporción de la cual es LGBTI o provenientes del trabajo sexual y Maraka, que se enfoca en mujeres vulnerables de zonas rurales a quienes forman en la confección de accesorios femeninos.
Programas como el de Hola Colombia, si bien son aún pequeños de cara al inmenso reto de la integración migratoria, indican un camino a seguir y, por encima de todo, denotan el compromiso de diversos sectores del campo social y empresarial por incorporar a los migrantes y a los retornados colombianos a la vida del país de manera digna y plena.
* Investigador adscrito a la Bitácora Migratoria proyecto del Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario y la fundación Konrad Adenauer; y presidente de Diálogo Ciudadano Colombo Venezolano.
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