Incursión de avión ruso, ¿un mensaje para Colombia?
Las causas de este suceso en el país se desconocen. Sin embargo, este hecho podría provocar un empeoramiento de las relaciones entre ambas naciones.
Las alarmas colombianas se encendieron ayer a las 9:22 a.m., cuando el avión ruso Illyushin II-96-400VPU fue detectado sobrevolando el espacio aéreo del país por una ruta en la que no tenía autorización. No es la primera vez que algo así ocurre, pero marca un nuevo roce diplomático entre Colombia y Rusia que pone sobre la mesa una tensión que viene creciendo desde hace unos años. Los aviones de ese país, además, se han acostumbrado a hacer este tipo de maniobras en otros países. ¿Cuáles son las intenciones del gobierno de Vladimir Putin?
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Las alarmas colombianas se encendieron ayer a las 9:22 a.m., cuando el avión ruso Illyushin II-96-400VPU fue detectado sobrevolando el espacio aéreo del país por una ruta en la que no tenía autorización. No es la primera vez que algo así ocurre, pero marca un nuevo roce diplomático entre Colombia y Rusia que pone sobre la mesa una tensión que viene creciendo desde hace unos años. Los aviones de ese país, además, se han acostumbrado a hacer este tipo de maniobras en otros países. ¿Cuáles son las intenciones del gobierno de Vladimir Putin?
Pese a que algunos sectores han intentado bajarle relevancia al hecho, hay algunos puntos que no se pueden desconocer. Para Víctor Mijares, profesor de ciencia política y coordinador de la maestría en estudios internacionales de la Universidad de los Andes, además de la gravedad de que sean aviones de las agencias de inteligencia rusas, el contexto es lo que más pesa. “Ha habido movilizaciones militares a ambos lados de la frontera entre Colombia y Venezuela. Rusia es un aliado importante en materia de defensa de Venezuela, además de que se han dado algunos eventos recientes en los cuales Colombia ha acusado a Rusia de acciones ilegales por parte de personal ruso en territorio colombiano”.
Por su parte, Andrei Serbin Pont, analista internacional y director de CRIES, le dijo a este diario que el hecho “está vinculado con el reciente vuelo del RC-135W norteamericano en Arauca sobre la frontera con Apure. Esa aeronave no suele realizar tareas de reconocimiento electrónico desde espacio aéreo colombiano, sino desde el Caribe monitoreando emisiones provenientes de Venezuela. Podemos atribuir, por lo menos parcialmente, este vuelo del Il-96-400VPU como una respuesta”.
Lo cierto es que la Cancillería colombiana reaccionó de inmediato y aseguró que “se entregó una comunicación oficial al embajador de Rusia en Bogotá manifestándole su enérgica protesta por la situación generada por la aeronave rusa”. La canciller Claudia Blum afirmó: “Se le indicó al embajador Tavdumadze la importancia de una pronta respuesta de su gobierno y que esta tenga las garantías de que las graves y sistemáticas violaciones del espacio aéreo colombiano no se repetirán”.
Si bien el Gobierno reconoció que el avión tenía autorización de entrar al territorio nacional, se desvió de su ruta y por eso fue interceptado y se le ordenó la salida a la aeronave, de acuerdo con los procedimientos de interdicción aérea. “La aeronave fue interceptada ingresando al espacio aéreo colombiano por aeronaves de superioridad aérea KFIR, que le ordenaron la salida inmediata del mismo, orden que fue acatada por el avión del Estado ruso”, aseguró la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).
La FAC, de hecho, recordó que situaciones similares ocurrieron el 31 de agosto 2019, el 19 de abril 2020 y el 21 de julio de 2020. Otros incidentes de ese tipo ocurrieron el 30 de octubre y el 1° de noviembre de 2013, cuando dos bombarderos rusos Tupolev 160 violaron el espacio aéreo colombiano.El motivo por el cual Rusia llevó a cabo el vuelo todavía se desconoce, pero los expertos tienen algunas teorías. Mijares señaló: “Es difícil saber qué está pensando el gobierno ruso. De pronto está tratando de generar zozobra, de probar la capacidad de reacción de las fuerzas aéreas colombianas, quizás intimidando o generando una situación en la cual pueda decir que Colombia se está sobreactuando frente a un vuelo que ya estaba permitido. Estas son hipótesis, pero parece que la relación entre ambos países no va a mejorar pronto”.
Por su parte, Serbin Pont aseguró: “Es relevante destacar que mientras que el Il-96-400VPU no es una plataforma de inteligencia electrónica en su más puro sentido, ya que cubre más funciones vinculadas con el transporte y el comando y control, si dispone de importantes medios para realizar inteligencia electrónica, por lo cual sumado al poder medir la reacción de la FAC seguro también recopiló inteligencia en el espectro electromagnético y/o de comunicaciones”. Es evidente que la relación entre Colombia y Rusia no pasa por sus mejores momentos, pese a que hubo ciertos indicios recientes de que todo podía mejorar.
“Es una relación que ha estado afectada por las actividades que la inteligencia colombiana ha señalado como indebida por parte de funcionarios rusos en territorio local y muy particularmente en el contexto de la relación entre Colombia, Rusia y Venezuela. Desde hace años Colombia viene liderando un proceso en el cual se confronta al gobierno de Maduro. La relación parecía que podía mejorar un poco sobre la base de la vacuna Sputnik, en la que Colombia ha mostrado interés y que podía ser un mecanismo para limar asperezas, pero del otro lado vemos la tensión con Venezuela y Nicaragua”, afirmó Mijares.
El último rifirrafe diplomático entre Colombia y Rusia estalló el pasado 8 de diciembre, cuando se conoció la expulsión del país de Aleksandr Nikolayevich Belousov y Aleksandr Paristov, acusados por el Gobierno Nacional de ser espías de Rusia que actuaban desde hace dos años en Colombia, amparados por la embajada de ese país en Bogotá. El trabajo de estos espías rusos, según informó en su momento la Cancillería colombiana, era sacar información clave para los intereses venezolanos sobre la red eléctrica, la infraestructura petrolera y las centrales hidroeléctricas del país.
Sí, la relación entre Colombia y Venezuela se ha convertido en un punto crucial dentro del ajedrez geopolítico, y los tentáculos de las potencias interesadas en el futuro de la región pueden ser más largos de lo que se pensó. Según Serbin Pont, “no solo es una cuestión de vuelos (a los cuales tendríamos que sumar los vuelos de fuerzas especiales y de la CIA en Colombia y los vuelos rusos en Venezuela), sino que en el terreno, en la frontera entre Arauca y Apure, estamos viendo presencia militar norteamericana y rusa a muy corta distancia”.