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Tal como lo anticiparon las encuestas, ninguno de los siete candidatos que aspiraban a ganar la presidencia logró más del 50 % de los votos, por lo que el país vivirá una nueva elección el próximo domingo 19 de diciembre.
Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta fueron Gabriel Boric, diputado de izquierda de 35 años, y José Antonio Kast, representante de la ultraderecha, admirador del presidente de Chile y de Jair Bolsonaro, y contrario al aborto y al matrimonio igualitario.
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Kast obtuvo el primer lugar, siendo el candidato más votado, seguido por Boric, que se ubicó en el segundo lugar.
“En gran medida, estas elecciones se explican por el desgaste de los partidos y coaliciones tradicionales, con la apelación a las identidades políticas negativas y un fuerte componente anti-establishment, definido como “una repulsión emocional y racional hacia todo partido político establecido en un país determinado”, escribió Talita San Thiago Tanscheit, analista política en Latinoamérica 21.
Con siete candidatos en disputa, las propuestas de la extrema izquierda y de la ultraderecha fueron las que convencieron a los chilenos, que buscan un cambio para lograr una mayor equidad social, mejor acceso a la salud y la educación, pensiones e igualdad de género.
“Como juventud, estamos decepcionados de lo que ha sido hasta ahora el modelo”, declaró a la AFP Débora Pinto, psicóloga de 27 años.
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La incertidumbre se alarga en un país que, con las dos opciones elegidas para el balotaje, podría cambiar su modelo económico y político, que trajo estabilidad pero abrió las brechas de desigualdad, motivo de las violentas protestas de hace dos años.
A pocos días de terminar el 2021 se sabrá por qué rumbo irá Chile, que ha venido sacudido por el malestar ciudadano, la desconexión con los políticos, el descrédito del presidente Piñera, salpicado por una investigación que revelaría sociedades secretas en el extranjero, así como la debilidad de las instituciones.
Piñera alcanza por estos días apenas un 9 % de respaldo popular; la gestión de la pandemia no le favoreció, a pesar de que Chile fue uno de los países más exitosos con su campaña de vacunación, pues el coronavirus, al igual que en otros países de Latinoamérica, también destapó la pobreza en territorio chileno.
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Los políticos creían que durante los años de la bonanza económica la pobreza era cosa del pasado, pero el malestar ciudadano y las manifestaciones de hace dos años evidenciaron una grave realidad. Durante la pandemia, la economía del país cayó 5,8 %, el peor registro en cuarenta años, y más de un millón de personas perdieron su empleo.
Los más de quince millones de chilenos también escogieron a los 155 diputados para un período de cuatro años y a 27 de los cincuenta senadores para un lapso de ocho.