J. D. Vance, de comparar a Trump con Hitler a ser su fórmula vicepresidencial
Surgió como un admirador de Obama y un férreo crítico de Trump, a quien tildó de “Hitler”. Así ha sido la transformación del nominado republicano a la vicepresidencia.
Dicen que la política es dinámica. J. D. Vance es, hoy por hoy, el mejor ejemplo de ello. El senador de Ohio, quien fue elegido el lunes por Donald Trump para acompañarlo en campaña como su fórmula vicepresidencial, ha tenido una sorprendente transformación ideológica.
Vance, de 39 años, empezó su carrera política siendo un conservador profundamente inspirado por Barack Obama, y un republicano moderado crítico de Trump, a ser uno de los “soldados” más extremistas y apasionados defensores del actual candidato republicano.
En 2017, en una columna publicada en The New York Times, Vance no se contuvo en elogios para hablar del expresidente demócrata, incluso llegando a criticar al Partido Republicano por “desaprovechar” la figura que tenía al frente.
“Uno de los grandes fracasos de la historia política reciente es que el Partido Republicano no ha sabido con demasiada frecuencia desligar los desacuerdos políticos legítimos del hecho de que el propio presidente es un hombre admirable”, dijo Vance sobre Obama. “El ejemplo del presidente ofrecía algo que ninguna otra figura pública podía ofrecer: esperanza”, agregó.
El fin de la presidencia de su “héroe” coincidió con el ascenso de una nueva figura más caótica: Trump. Desde el principio, Vance, que sostenía una postura todavía moderada, dejó ver que no comulgaba con las ideas del nuevo mandatario, a quien llamó el “Adolfo Hitler de Estados Unidos”.
“Me debato entre pensar que Trump es un imbécil cínico como (Richard) Nixon, que no sería tan malo (y hasta podría resultar útil), o que es el Hitler de Estados Unidos”, escribió en 2016.
Pero esta postura cambió de repente entre 2018 y 2020, durante la segunda parte de la presidencia de Trump. Vance le dijo a The New York Times que no hubo un momento puntual que lo hiciera cambiar de parecer: simplemente fue cambiando. Según explicó, se enfocó más en el estilo de Trump que en lo que él decía.
“Me permití concentrarme tanto en el elemento estilístico de Trump que ignoré por completo la forma en que sustancialmente estaba ofreciendo algo muy diferente en política exterior, en comercio, en inmigración”, dijo.
Vance y Trump se conocieron personalmente en 2021, ya cuando el nativo de Ohio se había convertido en un destacado escudero del expresidente. Fue por eso que cuando Vance decidió lanzarse al Senado, Trump no dudó en apoyar su campaña en 2022. Y Trump sabía por qué se acercaba. “J.D. me está besando el culo porque necesita mi apoyo”, manifestó el expresidente antes de brindarle su apoyo. En noviembre de ese año, Vance se convirtió en senador.
“Lo que vemos es un oportunismo realmente profundo”, dijo David Niven, profesor asociado de política en la Universidad de Cincinnati, a Reuters.
La clave para entender quién es el hombre elegido por Trump para acompañarlo en la papeleta electoral es esta: todo ese recorrido por el espectro político que ha hecho Vance. Por un lado, sigue siendo el mismo Vance admirador de Obama: es un hombre que quiere recuperar la esencia del “sueño americano” para la clase trabajadora, algo que encarnaba el expresidente demócrata.
“A pesar de una vida inestable, con una madre soltera, con la ayuda de dos abuelos cariñosos, (Obama) había construido en su adultez una vida familiar que parecía encarnar mi idea del ideal americano”, escribió en su alabanza al expresidente.
Vance siempre ha trazado paralelos entre su vida y la de Obama: “Logré algo similar a los primeros logros personales del presidente: un prestigioso título de abogado, una sólida carrera profesional y un mínimo de fama como escritor”, escribió. Esa es la identidad que busca proyectar: alguien que pudo surgir de la clase baja apartada de los Estados Unidos y convertirse en un hombre exitoso a nivel nacional, como Obama.
Pero el estilo de este hombre, padre de tres niños y casado con una mujer de orígenes indígenas apalaches, se ha construido a partir del marcado sello de Trump: la controversia. Recientemente, ha defendido los ataques israelíes en Gaza y ha criticado duramente la presidencia de Joe Biden por su gestión económica. Ha sido protagonista de titulares por comentarios ácidos contra los demócratas, que ahora lo ven como un “clon” del expresidente.
“Vance es un eco de Trump. No una voz nueva”, dijo Niven.
La identidad de Vance podría resumirse en un hombre que busca que lo vean como Obama actuando como Trump. Una combinación que será interesante de ver en acción en los siguientes meses de campaña. Ahora, queda por ver qué influencia tendría su nombre entre el electorado más conservador.
En Ohio, Vance ha dejado ver que tiene una postura más laxa frente a temas como el aborto, por ejemplo, un asunto que es de vital importancia para el ala más radical del Partido Republicano. Por eso, algunos analistas consideran que el ahora candidato a la vicepresidencia pueda radicalizarse, ya que electoralmente —estando Ohio ya en la bolsa de los republicanos— no tiene mucho más que ofrecer en el mapa.
“A nivel electoral, Vance no aporta demasiado que no ofreciera ya Trump, aunque quizá veamos a un expresidente más comedido que cede a su segundo la responsabilidad de ser el perro de ataque adiestrado (y por donde colar los mensajes más virulentos)”, escribió el periodista español Emilio Doménech.
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Dicen que la política es dinámica. J. D. Vance es, hoy por hoy, el mejor ejemplo de ello. El senador de Ohio, quien fue elegido el lunes por Donald Trump para acompañarlo en campaña como su fórmula vicepresidencial, ha tenido una sorprendente transformación ideológica.
Vance, de 39 años, empezó su carrera política siendo un conservador profundamente inspirado por Barack Obama, y un republicano moderado crítico de Trump, a ser uno de los “soldados” más extremistas y apasionados defensores del actual candidato republicano.
En 2017, en una columna publicada en The New York Times, Vance no se contuvo en elogios para hablar del expresidente demócrata, incluso llegando a criticar al Partido Republicano por “desaprovechar” la figura que tenía al frente.
“Uno de los grandes fracasos de la historia política reciente es que el Partido Republicano no ha sabido con demasiada frecuencia desligar los desacuerdos políticos legítimos del hecho de que el propio presidente es un hombre admirable”, dijo Vance sobre Obama. “El ejemplo del presidente ofrecía algo que ninguna otra figura pública podía ofrecer: esperanza”, agregó.
El fin de la presidencia de su “héroe” coincidió con el ascenso de una nueva figura más caótica: Trump. Desde el principio, Vance, que sostenía una postura todavía moderada, dejó ver que no comulgaba con las ideas del nuevo mandatario, a quien llamó el “Adolfo Hitler de Estados Unidos”.
“Me debato entre pensar que Trump es un imbécil cínico como (Richard) Nixon, que no sería tan malo (y hasta podría resultar útil), o que es el Hitler de Estados Unidos”, escribió en 2016.
Pero esta postura cambió de repente entre 2018 y 2020, durante la segunda parte de la presidencia de Trump. Vance le dijo a The New York Times que no hubo un momento puntual que lo hiciera cambiar de parecer: simplemente fue cambiando. Según explicó, se enfocó más en el estilo de Trump que en lo que él decía.
“Me permití concentrarme tanto en el elemento estilístico de Trump que ignoré por completo la forma en que sustancialmente estaba ofreciendo algo muy diferente en política exterior, en comercio, en inmigración”, dijo.
Vance y Trump se conocieron personalmente en 2021, ya cuando el nativo de Ohio se había convertido en un destacado escudero del expresidente. Fue por eso que cuando Vance decidió lanzarse al Senado, Trump no dudó en apoyar su campaña en 2022. Y Trump sabía por qué se acercaba. “J.D. me está besando el culo porque necesita mi apoyo”, manifestó el expresidente antes de brindarle su apoyo. En noviembre de ese año, Vance se convirtió en senador.
“Lo que vemos es un oportunismo realmente profundo”, dijo David Niven, profesor asociado de política en la Universidad de Cincinnati, a Reuters.
La clave para entender quién es el hombre elegido por Trump para acompañarlo en la papeleta electoral es esta: todo ese recorrido por el espectro político que ha hecho Vance. Por un lado, sigue siendo el mismo Vance admirador de Obama: es un hombre que quiere recuperar la esencia del “sueño americano” para la clase trabajadora, algo que encarnaba el expresidente demócrata.
“A pesar de una vida inestable, con una madre soltera, con la ayuda de dos abuelos cariñosos, (Obama) había construido en su adultez una vida familiar que parecía encarnar mi idea del ideal americano”, escribió en su alabanza al expresidente.
Vance siempre ha trazado paralelos entre su vida y la de Obama: “Logré algo similar a los primeros logros personales del presidente: un prestigioso título de abogado, una sólida carrera profesional y un mínimo de fama como escritor”, escribió. Esa es la identidad que busca proyectar: alguien que pudo surgir de la clase baja apartada de los Estados Unidos y convertirse en un hombre exitoso a nivel nacional, como Obama.
Pero el estilo de este hombre, padre de tres niños y casado con una mujer de orígenes indígenas apalaches, se ha construido a partir del marcado sello de Trump: la controversia. Recientemente, ha defendido los ataques israelíes en Gaza y ha criticado duramente la presidencia de Joe Biden por su gestión económica. Ha sido protagonista de titulares por comentarios ácidos contra los demócratas, que ahora lo ven como un “clon” del expresidente.
“Vance es un eco de Trump. No una voz nueva”, dijo Niven.
La identidad de Vance podría resumirse en un hombre que busca que lo vean como Obama actuando como Trump. Una combinación que será interesante de ver en acción en los siguientes meses de campaña. Ahora, queda por ver qué influencia tendría su nombre entre el electorado más conservador.
En Ohio, Vance ha dejado ver que tiene una postura más laxa frente a temas como el aborto, por ejemplo, un asunto que es de vital importancia para el ala más radical del Partido Republicano. Por eso, algunos analistas consideran que el ahora candidato a la vicepresidencia pueda radicalizarse, ya que electoralmente —estando Ohio ya en la bolsa de los republicanos— no tiene mucho más que ofrecer en el mapa.
“A nivel electoral, Vance no aporta demasiado que no ofreciera ya Trump, aunque quizá veamos a un expresidente más comedido que cede a su segundo la responsabilidad de ser el perro de ataque adiestrado (y por donde colar los mensajes más virulentos)”, escribió el periodista español Emilio Doménech.
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