J. D. Vance: la fórmula de relevo generacional para el trumpismo en Estados Unidos
El candidato a vicepresidente reúne un perfil que, de forma más moderada, conserva los ideales del expresidente y les garantiza continuismo más allá de su propia figura.
Hugo Santiago Caro
Mientras Donald Trump, de 78 años, se enfrenta a Joe Biden, de 81, en unas elecciones marcadas por el debate sobre la edad de ambos candidatos presidenciales, el republicano escogió como su fórmula vicepresidencial a un hombre que ni siquiera ha cumplido 40, de cara a las elecciones del próximo 5 de noviembre.
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Mientras Donald Trump, de 78 años, se enfrenta a Joe Biden, de 81, en unas elecciones marcadas por el debate sobre la edad de ambos candidatos presidenciales, el republicano escogió como su fórmula vicepresidencial a un hombre que ni siquiera ha cumplido 40, de cara a las elecciones del próximo 5 de noviembre.
James David (J. D.) Vance es el elegido para acompañar al expresidente en la cruzada para regresar a la Casa Blanca. Se trata de un hombre joven, con poca experiencia política, que comenzó su historia en el Partido Republicano siendo muy crítico del hombre que lo ha escogido como acompañante para devolver la presidencia a las toldas rojas.
“Sin embargo, mientras la gente dependa de ese subidón rápido, mientras los lobos señalen con el dedo a todos menos a ellos mismos, la nación retrasa un ajuste de cuentas necesario. No hay autorreflexión en medio de una falsa euforia. Trump es heroína cultural. Hace que algunos se sientan mejor por un rato. Pero no puede solucionar lo que les aflige, y un día se darán cuenta de ello”, escribió Vance en 2016 en la revista The Atlantic.
Hoy, ocho años después, el republicano ha cambiado radicalmente de opinión e, incluso antes de su elección como fórmula de Trump, ya lo defendía a capa y espada dentro de su partido. The New York Times (NYT) relata que el punto de inflexión ocurrió en 2021. El magnate ya no era presidente y ambos se reunieron en la mansión de Mar-a-Lago para discutir el apoyo al joven candidato para las elecciones legislativas. Hubo reclamos y disculpas que terminaron colocando a Vance como escudero de Trump, una alianza que se reafirmó el lunes.
Para Andreu Casas, analista y docente de la Royal Holloway University de Londres, el problema de Vance con Trump siempre fue más de forma que de fondo: “Si él era crítico de Trump, creo que no era tanto por las ideas políticas de Trump, sino más bien por sus formas. Lo que no le gustaba de Trump era su personalidad de celebridad y todos los escándalos que lo rodeaban, etc. Sin embargo, en términos de políticas públicas y de división de la sociedad, son bastante similares. Yo creo recordar que él mismo ha declarado en algún momento que, si hubiera estado al lado del presidente durante los eventos del 6 de enero de 2021, habría encontrado la manera de frenar un poco al presidente”.
Esas similitudes que rescata Casas, según NYT relata, fueron el punto de encuentro entre ambos hombres cuando Trump decidió apoyar la candidatura del senador. Vance escribió su autobiografía “Hillbilly Elegy”, que se traduce como “Elegía de los Civiles”, en la que narra sus inicios viniendo de la clase trabajadora norteamericana. “Lo que (Trump) dio a entender fue que Vance debería haberlo apoyado porque la propia base de votantes de Trump, sin estudios universitarios y enfadada por la globalización, la inmigración y las guerras extranjeras, era exactamente la gente a la que Vance pretendía representar”, explica ese medio.
Ese interés en representar a las masas, a los trabajadores, es para el profesor y analista Alejandro Bohórquez-Keeney uno de los puntos en los que Vance puede sumar a la campaña de Trump, que viene fortalecida del atentado del último fin de semana y su participación en curso en la convención republicana en Milwaukee.
“Es toda esta clase blanca y pobre, que suele ser la base votante de Trump. Él también tiene contactos con los sindicatos y demás, que han sido un bastión demócrata desde Franklin Delano Roosevelt. Los demócratas han sido el partido de los sindicatos y otros. Ahora, vemos que la inmigración ilegal afecta sobre todo a los trabajos no calificados, que son precisamente los de los sindicatos”, explica. Esto último, con referencia a otro punto de encuentro con Trump, quien ha prometido deportaciones masivas de migrantes irregulares si llega a ser electo nuevamente como presidente.
Bohórquez también añade que, al ser un hombre blanco, de bases republicanas y con un pasado forjado desde la clase trabajadora estadounidense, su nombre apela a una clase que podría sentirse excluida durante las recientes administraciones demócratas. “No le apunta a la diversidad, su base de votantes son todos estos ‘hillbillies’, los que quieren un Estados Unidos blanco, que no les gustan los inmigrantes y que se sintieron excluidos precisamente de los programas de diversidad de Obama, en los que sentían que si no eras una minoría racial o sexual, no podías acceder a nada”, analiza.
Aunque Vance criticaba la personalidad de estrella de Trump, es un hombre al que se le da muy bien hablar ante los medios. Siendo más moderado y menos conflictivo que Trump, puede limar las asperezas que pueda causar la personalidad del expresidente. El profesor Casas suma a este punto que con J. D., el “trumpismo” puede encontrar continuidad.
“Al final, ha encontrado una persona que defiende ideas muy similares, quizá de una forma más respetuosa, no con la misma personalidad que Trump, pero que defiende el mismo perfil social americano y las mismas ideas. Es una persona mucho más joven, y creo que uno de los mensajes más importantes que se quiere enviar es que el trumpismo puede sobrevivir más allá de Trump, que hay alguien que puede venir por detrás y recoger el legado que dejará Trump para continuar apretando”, concluye.
Uno de sus puntos débiles puede ser su corta experiencia política. Sin embargo, en la vicepresidencia tendría que apuntar a las tareas que le delegue Trump más que a las que pueda proponer por iniciativa propia. Es, a la larga, una base que renueva su imagen en contraste con un Joe Biden que sigue acaparando críticas por su aptitud o no para repetir el cargo.
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