¿Puede Kamala Harris derrotar a Donald Trump? Esto es lo que sigue en EE. UU.
Miguel Benito Lázaro, historiador, internacionalista y analista político, habló con El Espectador sobre la carrera contrarreloj que comienza para el Partido Demócrata si quiere conservar la Presidencia ante un Donald Trump fortalecido por el atentado fallido y su particular estilo de hacer política. Los siguientes días serán definitivos para Kamala Harris.
Angélica Lagos Camargo
Tras cinco décadas de servicio a Estados Unidos, como congresista, vicepresidente y presidente, Joe Biden decidió hacer una salida digna del poder y dar un paso al costado en sus intenciones de reelegirse en noviembre. Después de semanas de especulaciones sobre su capacidad física y su agilidad mental, hizo el anuncio que muchos estaban esperando: “Aunque fue mi intención buscar la reelección, creo que es en el mejor interés de mi partido y del país retirarme y enfocarme únicamente en cumplir mis tareas como presidente por el resto de mi mandato”.
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Tras cinco décadas de servicio a Estados Unidos, como congresista, vicepresidente y presidente, Joe Biden decidió hacer una salida digna del poder y dar un paso al costado en sus intenciones de reelegirse en noviembre. Después de semanas de especulaciones sobre su capacidad física y su agilidad mental, hizo el anuncio que muchos estaban esperando: “Aunque fue mi intención buscar la reelección, creo que es en el mejor interés de mi partido y del país retirarme y enfocarme únicamente en cumplir mis tareas como presidente por el resto de mi mandato”.
En una carta publicada en la red social X, anunció su retiro de la contienda electoral y respaldó a su vicepresidenta, Kamala Harris, para que sea la candidata del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales. Para analizar lo que sigue en los próximos días en la carrera electoral de EE. UU., conversamos con Miguel Benito Lázaro, historiador, internacionalista y analista político conocedor de la política estadounidense.
¿Qué sigue ahora que el presidente, Joe Biden, se retiró de la campaña electoral y le hizo un guiño a Kamala?
Se espera un mes muy movido, ya que del 19 al 22 de agosto se celebrará en Chicago la Convención Demócrata, donde se confirmará al candidato o candidata del partido para las elecciones. Existe la posibilidad de una convención abierta o cerrada: abierta, cuando no está decidido el candidato, como es este caso, o cerrada, si fuera Joe Biden, quien contaba con el apoyo de una buena parte del partido. A los delegados que durante las primarias apoyaron a Biden se les pedirá que respalden a Kamala Harris; si no lo hacen, podrían optar por otro candidato. Cabe suponer que una vez que Biden ha hecho pública su decisión de no presentarse, ya ha hablado con el partido para garantizar su decisión, apoyada por las principales figuras del partido en favor de Harris. Este mes será clave para observar cómo se desenvuelve ella: si aumenta su popularidad y se anuncia una fórmula vicepresidencial que afiance sus posibilidades, podría llegar a la convención con buenas perspectivas y ser nominada; en caso contrario, si surgen dudas e incertidumbres, algunos de los posibles candidatos que estén considerando presentarse a la presidencia podrían acelerar el proceso. Es importante tener en cuenta que ella es la única que puede utilizar el dinero recaudado por Biden para las elecciones, ya que estaba en el ticket. Si fuera otro candidato, no podría usar esas donaciones.
¿Hay tiempo suficiente para que Kamala Harris sea la candidata fuerte que se necesita para enfrentar a Donald Trump?
Este es el momento. En realidad, que esto se produzca tan cerca de la convención pone todos los focos sobre Kamala Harris. Ella no ha sabido ganarse esa popularidad desde la vicepresidencia; no ha sido visible ni familiar para todos los estadounidenses. Durante esta administración, dio la sensación de haber sido elegida para compensar las debilidades electorales de Joe Biden, un hombre mayor, blanco, del este de EE. UU., mientras que ella equilibraba todo por ser mujer, afroamericana y del oeste. Sin embargo, durante su vicepresidencia no ha sido muy participativa dentro del Gobierno. Además, el tema que debía manejar, el migratorio, no ha dado mayores resultados. Nunca antes un presidente había tardado tanto tiempo en decidir que no iba a buscar la reelección. El interés ahora está sobre ella; aun así, creo que es importante que ella considere cuidadosamente a quién elegirá como vicepresidente, alguien que funcione para ella como ella lo hizo para Biden, es decir, alguien más amable y reconocible para una parte del electorado. El Partido Demócrata estará en una situación de urgencia, pero permanecerá en el foco hasta la convención del partido. Es necesario mostrar una gran unidad alrededor de ella y una efervescencia democrática.
¿Pueden cambiar a Kamala Harris en la convención demócrata por otro candidato?
En la convención puede pasar cualquier cosa. Está por verse cómo se mueve Joe Biden con los delegados. Aquellos que ya habían comprometido su apoyo a él pueden ser liberados, y cualquiera puede ganarse ese apoyo. O el presidente podría pedirles que apoyen a Kamala Harris, pero cada uno tiene la libertad de tomar su propia decisión. El partido se esforzará por mantener la imagen lo más unida posible y asegurar que sea una sucesión ordenada, aunque es un proceso incierto. Habrá que ver a los Clinton, los Obama y varios gobernadores y figuras demócratas de peso apoyando a la candidata.
¿Se demoró mucho Biden en tomar la decisión de retirarse de la campaña presidencial?
Sí. Históricamente, no ha habido un presidente que se haya demorado tanto en anunciar que no buscaría la reelección. Esto representa un cuestionamiento al propio Partido Demócrata, que hasta la fecha del debate con Donald Trump había sostenido que Biden estaba en condiciones “inmejorables” para enfrentar a su retador, a pesar de que era evidente un declive físico propio de la edad y el estrés que la presidencia de EE. UU. podría generar. Al tomar la decisión ahora, bajo enormes presiones y discusiones internas, se cuestiona hasta qué punto era él un candidato viable hace unos meses y cómo ahora no es el candidato ideal. Creo que esto debilita la credibilidad del partido, lo cual puede jugar en su contra. El tema del tiempo también juega en contra de la sucesión, ya que es necesario buscar recursos y apoyos. Por lo pronto, ya no se hablará de Donald Trump, sino de lo que ocurre en el Partido Demócrata. Esto puede ser beneficioso y darle impulso a la candidatura de Harris, o jugar en contra si no hay unión y claridad en el objetivo común (que será retener la Casa Blanca).
¿Cómo puede capitalizar esto Donald Trump, quien está en el máximo de popularidad tras el atentado fallido y la convención republicana?
Sin duda, él puede aprovechar esto para consolidar su ventaja, aunque los ciclos de atención que los medios le habían dedicado por el atentado y la convención se acaban de manera brusca y radical ahora. La atención se enfoca totalmente en los demócratas, por lo que tendrá que hacer algo para llamar la atención, y eso no le suele causar muchos problemas. A Trump le beneficia la sensación de vacío y la percepción de que Kamala Harris fue una vicepresidenta poco efectiva. Ella genera mucha animadversión, lo cual no le permite atraer a sectores indecisos, ya que no ha mostrado una posición sólida hasta ahora. Otra cosa que favorece a Trump es que se refuerza su argumento de que Biden no estaba capacitado para presentarse a la reelección y que no confiaba en Harris para pasarle la candidatura. Si los demócratas logran salir de esta situación con una imagen más o menos unida y un proceso interno fluido, podrían atraer mucha atención y entrar en buena posición. Trump parte con ventaja en este contexto, pero todo puede pasar.
Ahora que Biden se retira, ¿el problema de la edad se pasa a Trump, que tiene 78 años, frente a una candidata joven? ¿Puede jugarle en contra todo lo que dijo sobre Biden?
Tiendo a pensar que no. El problema no era la edad, sino el evidente declive físico y cognitivo que Biden estaba experimentando ante los ojos de la opinión pública. Trump transmite determinación y energía, por lo que no sería algo que se le pueda criticar mucho. Aunque en EE. UU. se tiende a elegir candidatos jóvenes (como Obama y Clinton) con fórmulas veteranas, la edad dejó de ser un factor determinante cuando Ronald Reagan, el candidato más viejo en presentarse a la presidencia, convirtió el tema en una ventaja al decir en un debate que no utilizaría su edad para criticar la inexperiencia de su rival. Reagan cambió el tema de la edad por el de la “experiencia”. En este caso, no afectará a Trump porque su personalidad vital no da lugar a las mismas dudas que había con Joe Biden.
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