Juicio político al jefe de la migración en EE. UU. no la tiene fácil para prosperar
El secretario de Seguridad Nacional de Joe Biden será llevado a juicio político en el Senado de Estados Unidos. Es el primer funcionario de un gabinete en ser enjuiciado en más de 150 años.
Hugo Santiago Caro
Nuevamente, el gobierno de Joe Biden es puesto bajo escrutinio por la oposición republicana en Estados Unidos. No se trata de un debate sobre si es demasiado mayor para gobernar o ser candidato, como se ha discutido en las últimas semanas.
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Nuevamente, el gobierno de Joe Biden es puesto bajo escrutinio por la oposición republicana en Estados Unidos. No se trata de un debate sobre si es demasiado mayor para gobernar o ser candidato, como se ha discutido en las últimas semanas.
Tampoco es un asunto sobre si su secretario de Defensa, Lloyd Austin, tiene cáncer o no. Esta vez, la mayoría republicana de la Cámara baja del Congreso votó para llevar a juicio político (o impeachment en inglés) al jefe de asuntos migratorios del gabinete, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
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Los republicanos, mayoría en la corporación, venían de sufrir una derrota en un primer intento por llevar a juicio a Mayorkas, a quien pretenden responsabilizar por la crisis de gestión migratoria en la frontera sur de Estados Unidos, con México, alegando que ha cometido “graves delitos y faltas”, aunque para varios analistas la evidencia de este mal manejo no es tan sólida.
Alejandro Bohórquez Keeney, docente de la Universidad Externado de Colombia, explica sobre este mecanismo de control político: “Es una forma de pesos y contrapesos. Lo que se siente raro es que se haya usado con tanta repetición, así como se hizo. Claramente, eso dificulta un poco la gobernabilidad (de Biden). Sin embargo, está pensado para eso, para que no se tomen atribuciones, para que no se centralice tanto el poder”.
Sin embargo, para la docente Jennifer Piscopo, de la Universidad de Arizona, la base de este impeachment no es otra cosa que una exageración de cargos: “No hay evidencia de que el secretario violó la ley, entonces no hay fundamentos legales para justificar el impeachment, y es otro ejemplo de la táctica del partido Republicano de usar cargos fabricados o exagerados para perseguir a sus enemigos políticos, y así erosiona más la gobernabilidad”.
Tanto Bohórquez como Piscopo coinciden en lo mismo: lo que buscan los republicanos no es legislar ni ejercer un control riguroso sobre la administración Biden, buscan golpear su capacidad de maniobra en un año clave para Estados Unidos, un año electoral. En esta segunda votación para impugnar a Mayorkas, solamente tres legisladores republicanos se opusieron a la medida: Ken Buck, Tom McClintock y Mike Gallagher.
Para Lawrence Gumbiner, analista y exdiplomático estadounidense, hay una intención ligada a lo anterior y es la intención de mantener la migración, o en este caso, la llegada de migrantes irregulares, en el centro del debate electoral.
Según los republicanos, Mayorkas mintió al asegurar que Estados Unidos tiene control sobre la frontera y se negó “deliberada y sistemáticamente” a cumplir con la ley según los mandatos de detención de migrantes. Según dijo a CNN la representante republicana Marjorie Taylor Greene de Georgia, esto es el equivalente a delitos graves y faltas menores.
“Independientemente de lo que Mayorkas haya hecho o no, no ha cometido soborno, traición ni delitos graves ni faltas. Dar testimonio de su opinión de que las fronteras están seguras está muy lejos de ser perjurio. Tampoco es un delito el no hacer cumplir las leyes. De hecho, la mayoría de los republicanos ni siquiera afirman que sus acciones o inacciones cumplan con estos intimidantes estándares constitucionales, pero están dispuestos a aplicar un doble rasero basado en consideraciones partidistas” afirmó en una columa de opinión en The Hill Alan Dershowitz, quien fuera representante del expresidente Donald Trump en uno de sus juicios políticos.
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De acuerdo con información proporcionada por la patrulla fronteriza de Estados Unidos, entre octubre pasado y enero de 2024, más de un millón 200 mil migrantes han sido arrestados intentando ingresar al país, superando en 200 mil personas la cantidad detenida durante el mismo período entre 2022 y 2023.
“Es un esfuerzo del Partido Republicano mantener el tema de la inmigración en los titulares porque lo ven como una ventaja política para ellos en este año electoral, donde ellos saben que no tienen fundamento jurídico, pero quieren hacer la bulla política porque piensan que les puede ayudar”, afirma Gumbiner.
Para Bohórquez Keeney, esa ventaja política sigue estando bajo la sombrilla que cubre al partido republicano desde hace casi una década: el expresidente Donald Trump. Cabe recordar que para Trump, el “Make America Great Again” incluyó señalar y poner bajo la lupa a todo aquel que, como dice Bohórquez, no sea “blanco, protestante, europeo o de su descendencia”.
“Va a resonar mucho entre los seguidores de Trump que se vea que sí están haciendo lo que Trump prometió, esa campaña de cierre de fronteras en los Estados Unidos”, afirma Bohórquez. Dentro de esas medidas estuvo el construir el muro que separa parte de la frontera de Texas con México.
Sin embargo, más allá de los acérrimos seguidores de Trump, también está la expectativa de captar votantes indecisos, entre ellos habitantes de estados fronterizos o sureños que se vean impactados por el creciente flujo migratorio del último año y lo que va de 2024.
Mayorkas respondió en una carta enviada a los republicanos, en la que afirmaba que “los problemas con nuestro sistema de inmigración fallido y obsoleto no son nuevos”.
“Mi reverencia por la aplicación de la ley me fue inculcada por mis padres, quienes me trajeron a este país para escapar de la toma comunista de Cuba y permitirme las libertades y oportunidades que brinda nuestra democracia”, dijo Mayorkas, quien a pesar de que fue invitado a declarar durante la investigación republicana en la Cámara, no pudo asistir. Es decir, el impeachment siguió adelante sin escuchar su defensa.
Ahora el Senado tendrá la palabra y allí las cosas serán a otro precio, pues contando con que la mayoría de legisladores es demócrata, incluso varios republicanos no verían sólidos los argumentos para votar la destitución de Mayorkas.
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Gumbiner lo simplifica con decir que es “pura politiquería”, pues “en Estados Unidos hemos debilitado mucho el impacto de la impugnación tradicionalmente bajo nuestra Constitución. Es una opción muy alta, no es algo que uno se utiliza solo porque no le gusta la política. Eso no ha sido la traición en nuestro país”.
Para el exdiplomático es claro y de conocimiento público que el juicio no sobrevivirá por mucho en el Senado y afirma que tampoco tendrá mucho éxito en la campaña electoral, pues afirma que si se trata de migración, tendrá muchísimo más impacto cómo se comporte el flujo migratorio de ingreso a Estados Unidos en los últimos meses del año, que resultan ser también los últimos meses de campaña (se votará en noviembre por un nuevo presidente).
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