Kamala Harris pone a los demócratas ante el dilema de unirse o seguir divididos
La decisión del mandatario estadounidense de no seguir con su campaña electoral para las presidenciales de este año se venía esperando desde hace días. Frente a Donald Trump, airoso y fuerte tras un intento de asesinato, los demócratas se enfrentan al reto de nombrar un candidato y de, como dicen algunos, “halar hacia el mismo lado”.
María José Noriega Ramírez
“Haré todo lo que esté en mi poder para unir al Partido Demócrata y a nuestra nación, para derrotar a Donald Trump y a su agenda extremista”, escribió Kamala Harris en su cuenta en Instagram, pocas horas después de que Joe Biden anunciara a través de X el retiro de su campaña y el fin de su aspiración a la reelección. En compañía de una foto de ambos, agregó: “En nombre de todas las personas, le agradezco por su liderazgo extraordinario como presidente de Estados Unidos y por las décadas de servicio en beneficio de nuestro país”.
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“Haré todo lo que esté en mi poder para unir al Partido Demócrata y a nuestra nación, para derrotar a Donald Trump y a su agenda extremista”, escribió Kamala Harris en su cuenta en Instagram, pocas horas después de que Joe Biden anunciara a través de X el retiro de su campaña y el fin de su aspiración a la reelección. En compañía de una foto de ambos, agregó: “En nombre de todas las personas, le agradezco por su liderazgo extraordinario como presidente de Estados Unidos y por las décadas de servicio en beneficio de nuestro país”.
La vicepresidenta estadounidense es la principal opción, quizás la más obvia, para sucederlo de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, y, más allá de que falta por ver qué se decide en la Convención Demócrata, que se desarrollará en agosto en Chicago, de si apuestan por ella o llevan a cabo un proceso interno de selección, al estilo de unas pequeñas primarias, la debilidad que se vio al final de la campaña de Biden y la creciente ola de presión a favor de que diera un paso al costado muestran las fracturas dentro de la colectividad política, que llega tambaleando a enfrentarse a un Donald Trump que cada vez parece estar más fortalecido, sobre todo después del atentado del 13 de julio.
Juan Albarracín, profesor de la Universidad de Illinois, en Chicago, piensa que esa fortaleza del republicano se veía, sobre todo, en la competencia con Biden: “Lo logró presentar como una persona que, a su edad, no es capaz de mantener el ritmo de ser presidente. Eso lo hizo muy bien, aunque la diferencia de edad entre ambos no es muy grande”. Lo que viene, al menos para el docente, es diferente: “Trump, que será el más viejo, enfrentado probablemente a una candidata como Kamala Harris, o a cualquiera que nombren los demócratas, mucho más joven. Será una competencia diferente, en la que puede no servir el discurso de la edad”. Algo similar opina el exdiplomático estadounidense Lawrence Gumbiner: “El atentado refuerza la imagen de un hombre con vigor y energía, casi indestructible. Eso fue notable cuando su contrincante era débil. Puede que ahora lo sea menos con alguien más joven, aunque, en términos generales, parece un hombre en control de su destino”.
Lo cierto, al menos para este analista, es que la reciente dimisión de Biden a la reelección es un comodín que cambia las cosas: “Estamos en tierra desconocida. Trump estaba confiado con el demócrata como opositor, pero ahora hay una situación de poca claridad. Harris no tiene carisma y su desempeño como vicepresidenta no ha sido bien recibido”. Eso también lo piensa Miguel Benito Lázaro, historiador, internacionalista y analista político: “A Trump le beneficia la sensación de vacío y la percepción de que Kamala Harris fue una vicepresidenta poco efectiva. Ella genera mucha animadversión, lo cual no le permite atraer a sectores indecisos, ya que no ha mostrado una posición sólida hasta ahora”. La posibilidad, tal vez, está en que ella es joven, le puede dar un aire al partido y podría generar entusiasmo en el voto afroamericano y joven, que son las bases de la colectividad.
El reto de los demócratas es grande: posicionar un nuevo nombre para suceder al actual jefe de la Casa Blanca en la contienda electoral de noviembre y alinear las fuerzas internas del partido para que “halen todas para un mismo lado”, dice Albarracín, quien destaca, por ejemplo, el apoyo que Harris recibió de Bill y Hillary Clinton, además del Caucus Negro del Congreso de Estados Unidos y el del mismo Biden: “Al menos, frente a lo que ha ocurrido recientemente, parece que hay una mayor coordinación dentro del Partido Demócrata para apoyarla. No es claro si habrá otras personas de peso que quieran competir en la convención por la nominación, pero, en este momento, es poco probable que alguien quiera enfrentarse con ella. Parece que, por ahora, el proceso no va a ser tan caótico, como algunos dijeron”. La decisión clave, si obtiene la nominación, será definir su fórmula, que, según el docente, debe ser alguien que la ayude a avanzar en la matemática electoral, para así entrar en campaña.
Una encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos AP-NORC concluyó que aproximadamente 6 de cada 10 demócratas creen que Kamala Harris haría un buen trabajo como presidenta. Sin embargo, 2 de cada 10 no lo creen así y otros 2 de cada 10 dicen que no saben lo suficiente como para opinar al respecto. A la par, los estadounidenses se muestran más escépticos sobre cómo se desempeñaría ella en la Oficina Oval. Solo alrededor de 3 de cada 10 adultos dicen que Harris haría un buen trabajo como presidenta. Aproximadamente, la mitad cree que no tendría un buen desempeño en el cargo y 2 de cada 10 afirman no saber lo suficiente como para dar a conocer lo que piensan.
En medio del revuelo político en Estados Unidos, sorprendió que el expresidente Barack Obama no apoyara abiertamente a Kamala Harris tras la renuncia de Biden. También que Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes, más allá de elogiar al mandatario, diciendo que “su legado de visión, valores y liderazgo lo convierte en uno de los presidentes más importantes de la historia estadounidense”, no mencionara a la vicepresidenta y que, en cambio, se mostrara a favor de un proceso “competitivo”, en lugar de una designación de ella. Sin embargo, otras voces apuntan a que Kamala Harris puede volver a hacer historia. Shaunna Thomas, cofundadora y directora ejecutiva de UltraViolet, le dijo a The New York Times: “Esta es una oportunidad histórica que tiene el potencial de entusiasmar y movilizar a los jóvenes votantes de una manera que no hemos visto en mucho tiempo. Sería difícil exagerar lo importante que es en un año en el que los republicanos están atacando a las mujeres”. Ella, de ser nominada por el partido y luego salir elegida por los estadounidenses, sería la primera mujer presidenta, cargando sobre sus hombros una herencia afro y asiática.
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