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¿Qué tienen en común, colombianos y migrantes venezolanos? La danza, la música, la comida y la cultura son apenas algunas similitudes entre dos pueblos hermanos, dos que en los últimos años se vieron sorprendidos por la migración: unos dejando su país y otros recibiendo a aquellos que buscan empezar de nuevo. Ninguno estaba preparado y por eso han surgido mitos y prejuicios que terminan causando daño en un proceso de integración que puede ser muy positivo para todas las partes.
La clave, construir desde aquello que nos une. Y eso es justamente lo que está haciendo la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través del programa de Estabilización Comunitaria (PEC).
La idea es brindar oportunidades tanto a refugiados, migrantes y retornados colombianos, así como a comunidades de acogida, para implementar proyectos productivos viables y sostenibles, al igual que trabajar con ellos para lograr una inserción en el mercado laboral, dos acciones que redundan en beneficios para todos.
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Iván Jiménez, jefe del programa de Emergencia y Estabilización, señala que, lo mejor de este programa es que les ha permitido a las comunidades “conocerse y reconocerse para derribar mitos. Hemos podido trabajar de la mano, derribando los imaginarios en torno a la migración. Entendiendo que lo que viene del otro lado no es muy diferente y tenemos mucho más en común que lo que no separa y así empezamos una relación de intercambio, de dar la mano a lo diferente y de compartir”.
Desafortunadamente estas experiencias no son virales como las falsas creencias. ¿Qué hacer? Expertos señalan que la pedagogía y los videos pueden ser una herramienta clave a la hora de integrar al migrante. Por eso estas organizaciones decidieron apostarle a la animación, explicar en un video en qué consiste la integración de los migrantes venezolanos. “La Cangrejera” es el nombre de un video, creado por el artista Édgar Álvarez, que cuenta la historia de una comunidad que hizo de la integración una historia de éxito.
Pero esta no es una historia de cuento. Este video se inspiró en la comunidad de La Cangrejera, ubicada en el corregimiento de La Playa en la ciudad de Barranquilla, en donde se han asentado familias de nacionales venezolanos que se han ido integrando con éxito a la población local. ¿Cómo? Superando las diferencias y trabajando en un objetivo común.
Como lo explica Elisa Sogbi, directora de la Oficina de Respuesta e Integración de la población migrante de USAID: “Es inevitable trasportarme al barrio La Cangrejera de Barranquilla, salón comunitario adornado con figuras de cangrejos, por supuesto, no obstante también con las banderas de Colombia y Venezuela, y con palabras como tolerancia, unión, convivencia y amistad. Cada una de ellas habla de la forma como esta comunidad vive la integración en el día a día, del encuentro entre personas que aun habiendo nacido en diferentes países ahora se reconocen como vecinos y hermanos que trabajan con objetivos usuales”.
De acuerdo con Sogbi, esta experiencia no es única y se repite en muchas otras partes del país . “En USAID estamos convencidos del valor que la migración ofrece a Colombia. Solo sumando esfuerzos podremos generar las oportunidades para que cada persona migrante, retornada y de las comunidades de acogida puedan alcanzar su potencial. Esperamos que esta historia inspire a poner la mirada en aquello que une y lo que se consigue si se trabaja juntos”.
En el mismo sentido habla Ana Eugenia Durán, jefe de Misión de la OIM en Colombia, quien reconoce los esfuerzos del gobierno colombiano con “la implementación de más de 140 medidas adoptadas, incluyendo la más reciente, el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), que permitirá visibilizar y regularizar a refugiados y migrantes facilitando su inclusión”.
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De acuerdo con Durán, la integración es un proceso de doble vía; por un lado, requiere de la adaptación de los migrantes y de la sociedad receptora; y por otro, implica la igualdad de derechos, así como de obligaciones. “Para ilustrar cómo se da el proceso de integración, el video la Cangrejera, realizado con el artista Edgar Álvarez, a través de esta historia de una comunidad de cangrejos migrantes recreamos situaciones que pueden experimentar poblaciones de acogida y de ciudadanos venezolanos”.
El video
“Cuando uno explica con plastilina las cosas se suavizan muchos más. Hablar de migración es complejo, pero en este caso abordarlo partiendo de algo que nos puede pasar a cualquiera - porque no sabemos cuándo nos podría tocar migrar- ayuda a acabar con esos juicios que les hacemos a los otros, eso es fundamental”, explica Édgar Álvarez, creador del video que está llegando a todos los públicos, pero que también podría convertirse en un material pedagógico de padres y maestros para hablar de migración con los niños.
Con base en su experiencia en el terreno, Iván Jiménez agrega que, “a pesar de las experiencias no tan positivas que la comunidad migrante ha recibido, hay que reconocer que la mayoría de colombianos tiene la mano tendida, sienten curiosidad por lo que está pasando al otro lado; hace poco celebramos el festival de la arepa, algo simbólico que terminó generando un intercambio interesante y ayudó a ver que los migrantes están muy agradecidos con el país que los ha recibido”.
“Para Colombia trabajar en esa integración genera el reto de entender que el otro es el mismo, que Venezuela y Colombia han vivido una lógica de intercambio, que tenemos retos en generar empleo y oportunidades tanto para el migrante como para quien lo acoge, para aquel que decide abrir los brazos. La sociedad tiene que encontrar en la migración una oportunidad”, concluye Jiménez.
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