Dos días después de la ratificación del acuerdo entre Haití y Kenia para el despliegue de 1.000 policías keniatas en el país caribeño, al menos el 97 % de los presos de la cárcel civil de Puerto Príncipe, la capital haitiana, se fugaron. El ataque de bandas armadas, que tienen el control de la ciudad y de un país que sufre una crisis humanitaria, puso en evidencia, una vez más, la situación crítica en temas de seguridad que la fuerza tendrá que afrontar.
Por María José Barrios Figueroa
Periodista interesada en temas internacionales, de conflicto, paz, memoria y género.@mariabarriosfmbarrios@elespectador.com