El jueves, la Fiscalía de Jalisco dijo en un comunicado que policías hallaron “restos óseos y cuatro cráneos con huellas de calcinación en su totalidad”. Aunque no se han podido determinar aún sus rasgos físicos, edad y sexo, se teme que los restos sean de los jóvenes desaparecidos hace una semana en el municipio de Lagos de Moreno.
El pasado 11 de agosto, cinco jóvenes, amigos de la infancia, se reunieron para asistir a la feria anual del municipio. Fueron vistos por última vez a 5 kilómetros de la feria. Sus familias, preocupadas, los reportaron como desaparecidos. Cuatro días después, las investigaciones sugirieron que fueron víctimas de la violencia criminal del narco que ha cruzado niveles deshumanizantes.
En un video difundido en Internet tras su desaparición, se puede ver a cinco jóvenes amordazados y golpeados. Uno de ellos parece obligado a golpear a los demás. Las autoridades consideran que puede tratarse de los jóvenes desaparecidos.
No es el primer caso de este tipo. En Lagos de Moreno los jóvenes viven con miedo de nunca volver a su hogar y ver a sus familiares y conocidos. Desde hace casi una década, este se convirtió en uno de los lugares donde más se registran desaparecidos en todo México: 562 personas fueron reportadas, de las que 404 siguen sin aparecer. Sus calles son dignas de una película de terror: los habitantes temen asomarse por las ventanas, lo que dibuja la escena de un pueblo fantasma. Todo esto producto de los enfrentamientos entre el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cartel de Sinaloa.
“Es un municipio frontera entre el Cartel de Sinaloa y el CJNG. Este último tiene control total del municipio”, dice David Saucedo, experto en seguridad pública de México.
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Saucedo tiene una primera hipótesis, dada su experiencia en el área y los detalles que ha podido ver del caso. Según dice: “de lo poco que se ha filtrado, se puede apuntar a que los jóvenes fueron reclutados de manera forzada por el CJNG y les pusieron una prueba de sicariato que consiste en realizar un evento de alto impacto como descuartizar un cadáver o incluso la ingesta de carne humana. Esto lo sabemos porque algunos reclutas del CJNG han dicho que los obligaban a realizar estas tareas. En parte, lo hacen para ver fidelidad y temeridad en los reclutas”, dice Saucedo.
El experto también habló sobre el video difundido en línea. “La Fiscalía encontró los cuerpos calcinados de cuatro jóvenes. En los próximos días, las pruebas nos permitirán saber si se tratan de ellos. Si es así, se confirma que el quinto joven habría salvado su vida al golpear a sus compañeros”, dice Saucedo, quien agrega que todo calza con el esquema de reclutamiento forzado de este cartel.
México registra más de 420.000 asesinatos y al menos 100.000 desaparecidos desde finales de 2006, cuando el gobierno lanzó una ofensiva militar contra los carteles del narcotráfico. Y Jalisco es el estado de México con mayor número de personas desaparecidas, con unas 14.800, de un total de 110.000 casos registrados desde 1962. Aunque en este sexenio de gobierno se ha creado la Comisión Nacional de Búsqueda para investigar los casos de desaparecidos, el cuerpo carece de los fondos necesarios para funcionar correctamente.
Pese a este macabro panorama, destaca la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien respondió con un “no oigo”, cuando se le preguntó sobre el caso de los jóvenes desaparecidos. En julio, el mandatario había responsabilizado a de la inseguridad a la prensa por “su amarillismo”.
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Saucedo dice que “hay una resistencia para referirse a los eventos de alto impacto como estos porque rompen con la narrativa gubernamental, que dice que le están ganando la guerra al narcotráfico”. Sin embargo, como explica el experto, este tipo de eventos definitivamente rompen con la narrativa del presidente y ponen en tela de juicio el hecho de que se esté ganando la guerra contra la delincuencia.
Ahora, sobre la normalización de la violencia en el país, Saucedo dice que los eventos de este tipo continúan causando sorpresa en la sociedad y recuerda que hace días se registró otro hecho macabro: la Policía y el Ejército hallaron los cuerpos en hieleras y refrigeradores en Poza Rica. La zona ha vivido una ola de violencia desde hace años, resultado de una pugna entre dos grupos armados para controlar el comercio de combustible robado.
Aunque podría esperarse que la seguidilla de imágenes de este tipo cause una normalización en la agenda mediática, como ocurre con otros eventos, el hecho de que las matanzas sean cada vez más brutales hace que continúen generando ruido en las noticias, como ocurrió con el caso de Lagos de Moreno.
“Los narcotraficantes cada vez escalan más en el sadismo con el que atacan a los rivales. La sociedad mexicana se enfrenta cada semana a un caso de mayor brutalidad”, dice Saucedo.
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