La victoria del bolsonarismo en las elecciones de Brasil, ¿qué pasó?
Jair Bolsonaro no solo pasó a segunda vuelta, el bolsonarismo salió reforzado el domingo en las elecciones legislativas y de gobernadores, celebradas en paralelo. ¿Por qué estos resultados a favor de la ultraderecha tras una administración tan cuestionada?
María Paula Ardila
Si hay un ganador en esta primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil es Jair Bolsonaro. El líder del Partido Liberal superó con creces las encuestas de opinión y envió la contienda a una segunda vuelta. Las previsiones más optimistas le daban apenas un 37 %, e incluso algunas sugirieron que podría perder en las elecciones de este domingo. Pero tras conocer los resultados supimos que la ultraderecha en Brasil es más fuerte de lo que nos imaginamos: Bolsonaro obtuvo el 43 % de los votos, a cinco puntos de distancia de Lula da Silva. ¿Por qué estos resultados tras una administración tan cuestionada?
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Si hay un ganador en esta primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil es Jair Bolsonaro. El líder del Partido Liberal superó con creces las encuestas de opinión y envió la contienda a una segunda vuelta. Las previsiones más optimistas le daban apenas un 37 %, e incluso algunas sugirieron que podría perder en las elecciones de este domingo. Pero tras conocer los resultados supimos que la ultraderecha en Brasil es más fuerte de lo que nos imaginamos: Bolsonaro obtuvo el 43 % de los votos, a cinco puntos de distancia de Lula da Silva. ¿Por qué estos resultados tras una administración tan cuestionada?
Hace unos meses, el avance del autoritarismo y la destrucción institucional promovida por el bolsonarismo, como lo dijo la socióloga Camila de Mario, habían cimentado el camino para que la izquierda en Brasil, de la mano de Lula da Silva, llegara más fuerte que nunca a estos comicios.
“Tiene a su favor el hecho de que el actual presidente destruyó completamente lo que fue el gran logro del gobierno Lula: sacar a Brasil del mapa del hambre”, nos comentó hace un par de meses Ana Tereza Duarte, politóloga y doctoranda en ciencia política de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE)
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Y es que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) llegó a su campaña en un momento en que Brasil superó con creces las cifras de hambre registradas en 2020, hasta alcanzar los 33 millones de brasileños que viven en esta condición en 2022, según datos de Red Penssan. Sin mencionar que el país llegó a un récord de 14,4 millones de desempleados en abril de 2021 y casi 600.000 empresas quebradas, según datos de Oxfam. Y ni hablar de las cifras de la pandemia: Brasil puso el 10 % del total mundial de fallecimientos por coronavirus, convirtiéndose en el segundo país más golpeado del mundo por el covid. En otras palabras, Bolsonaro tenía las de perder en estas elecciones.
Pero no solo pasó a segunda vuelta, el bolsonarismo salió reforzado el domingo en las elecciones legislativas y de gobernadores, celebradas en paralelo. Al menos nueve exministros de Bolsonaro obtuvieron triunfos en las urnas, mientras que el Partido Liberal tendrá la mayor bancada de la Cámara de Diputados, con 99 escaños. “La Cámara baja tiene 513 asientos, pero para el PT de Lula será casi imposible construir una mayoría, ya que entre las decenas de partidos con representación, la mayoría estarán en el margen que va del centro a la extrema derecha”, explicó Joan Royo Gual del diario El País de España. Es decir, el próximo presidente tendrá que gobernar con un Congreso conservador.
¿A qué se deben los resultados en Brasil?
“Bolsonaro obtuvo esa cantidad de votos porque Brasil, seguramente, tiene un electorado muy conservador. Es un electorado que está en contra de pautas más progresistas, que apoya el porte de armas, que defiende esa supuesta política armamentista que promueve Bolsonaro. Ese conservadurismo está muy bien reflejado en la legislatura que se eligió también este domingo”, le explicó a este diario Ana Tereza Duarte, quien sostuvo que, tras los resultados, esta es una de las composiciones más conservadoras en la historia de Brasil.
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Por su parte, Hugo Borsani, profesor de la Universidad del Estatal del Norte Fluminense e integrante de Latinoamérica 21, nos comentó que “Bolsonaro es un líder popular que tiene una capacidad de transferencia de votos fundamental: muchos de sus allegados o colaboradores próximos fueron electos senadores o diputados”. Pese a que a los sectores más pobres, con menos escolaridad, suelen votar por Lula, “no es menor el porcentaje de estos grupos que eligió a Bolsonaro, a pesar de que su mensaje también va a dirigido a clases medias y altas”, dice el experto.
Borsani también comentó que pese a su gestión de la pandemia, que le costó hasta un 25 % de su popularidad hace unos meses, “eso quedó atrás, y los efectos de las mejoras recientes en la economía tuvieron sus efectos en las elecciones. Si bien el año comenzó difícil, [la administración de Bolsonaro] consiguió disminuir un poco la inflación y aumentó el empleo con diferentes medidas, incluidas también ayudas económicas”, comentó el experto.
La economía del país está en un proceso de recuperación significativo. “Este año va a cerrar con un crecimiento del PBI de 2,5 % o más, cuando en el primer semestre se proyectaba un 1 %, y la inflación bajando, desde los niveles actuales, a entre 7 y 8 %”, le comentó a Infobae el experto Gustavo Perego, de Abeceb, una consultora de economía y negocios en América Latina.
Bolsonaro extendió el programa “Auxilio Brasil”, que brinda 600 reales al mes a cerca de 30 millones de brasileños, hay una buena base de exportación de commodities agrícolas, mineral de hierro y energía, y la deuda con relación al PBI se está disminuyendo, como mencionan ese mismo medio. “Más del 50 % de la población tiene expectativas positivas sobre la economía”, agregó Perego.
Pero tampoco habría que olvidar lo que pasó con las encuestas. “El tema es que Bolsonaro recibió un porcentaje mucho mayor a las proyecciones y la gente se pregunta qué pasó. Aquí tenemos algunas hipótesis: se habla del elector oculto. Mucha gente no se sentía cómoda delante del encuestador al admitir que votaría por Bolsonaro”, dice Duarte, quien comenta que también habría que hablar de esa parte del electorado que se dio cuenta al final de que no valía la pena votar por un tercer candidato, “y una parte de esos votos se fue a Bolsonaro”, agregó.
El reto para Lula, además de enfrentarse al actual mandatario, era lidiar con la abstención. “Movilizar al São Paulo periférico, el que trabaja, pero no duerme en la zona de rascacielos del centro, era crucial”, escribió hace unos días Jon Martín Cullell, de El País de España. El Brasil más pobre, como lo explicó Cullell, conforma el bloque más grande del electorado, y a la vez, es la franja que menos vota. Las autoridades electorales arrojaron una abstención del 20,94 %. “Muchas de esas abstenciones podrían ser de votos para Lula”, comentó Duarte. Algo que habría marcado aún más la diferencia entre ambos candidatos.
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