Se normaliza la violencia contra los asiáticos en EE. UU.: son diez ataques al día
El apuñalamiento de una joven asiática en Indiana y los empujones contra adultos mayores en California y Nueva York exponen el creciente odio contra esta comunidad en el país.
Tan pronto como surgieron las noticias del tiroteo en Monterey Park, Michael Luo, columnista de The New Yorker, pensó que se trataba de un nuevo crimen de odio contra los asiático-americanos como él. No era una ciudad cualquiera: ubicada al centro del condado de Los Ángeles, en California, Monterey Park es considerada como el primer lugar en Estados Unidos donde hubo una mayoría asiática consolidada, producto de las migraciones de países como China. Para 2010, cerca del 70 % de la población ya era asiática-estadounidense, por lo que fue vista como una especie de “paraíso” para esta comunidad.
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Tan pronto como surgieron las noticias del tiroteo en Monterey Park, Michael Luo, columnista de The New Yorker, pensó que se trataba de un nuevo crimen de odio contra los asiático-americanos como él. No era una ciudad cualquiera: ubicada al centro del condado de Los Ángeles, en California, Monterey Park es considerada como el primer lugar en Estados Unidos donde hubo una mayoría asiática consolidada, producto de las migraciones de países como China. Para 2010, cerca del 70 % de la población ya era asiática-estadounidense, por lo que fue vista como una especie de “paraíso” para esta comunidad.
“¿Había sido paranoico?”, se preguntó Luo tras su conjetura. Tenía razones suficientes sobre la mesa para suponerlo. Por un lado, las 10 víctimas de la matanza eran de origen asiático. Por el otro, están las aterradoras cifras que demuestran el aumento de la violencia en el país. Desde marzo de 2020 hasta marzo de 2022, la organización Stop AAPI Hate, que recoge denuncias de ataques de discriminación contra estadounidenses de origen asiático, ha reportado 11.500 de ataques contra la comunidad, el equivalente a un promedio de 10 casos por día.
Desde que empezó la pandemia, uno de cada tres asiático-estadounidenses ha manifestado que se ha visto obligado a cambiar sus rutinas diarias por miedo a ser agredido verbal o físicamente en el país, absteniéndose incluso de salir de casa por el terror que la violencia les produce. Además, California, a pesar de la gran cantidad de población asiática que acoge, se ha destacado por los ataques a esta comunidad a nivel histórico. En 1871, a pocos kilómetros de Monterey Park, de hecho, una multitud enfurecida asesinó a 18 hombres chinos, quince de ellos ahorcados, en lo que fue uno de los peores linchamientos masivos en la historia del país, como recuerda Luo.
Finalmente, una serie de tres tiroteos en el área metropolitana de Atlanta en marzo de 2021 contra salones de masaje donde trabajaban mujeres asiáticas terminó de sembrar el pánico en la comunidad asiático-estadounidense. Así que cuando se tiene la historia tan presente, como Luo, es inevitable no pensar que cuando un hombre abre fuego contra un estudio de baile en las cercanías del área donde se celebraba el festival del Año Nuevo Lunar y mata a 10 asiático-estadounidenses, no se trata de un nuevo episodio de crimen de odio. Luego surgieron más detalles del caso.
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El domingo, las autoridades entregaron información sobre el presunto autor de la masacre, identificado como Huu Can Tran, de 72 años, quien parece ser también de origen asiático. “Así que eso, al parecer, era eso. Aparentemente, solo otro tiroteo masivo en Estados Unidos, la última evidencia de que el país está invadido por armas”, dice Luo, reflexionando sobre por qué había pensado “demasiado rápido” que una motivación racial podría ser la causa de esta masacre.
Que el tiroteo en Monterey Park fue un crimen de odio todavía no está descartado. El hecho de que un hombre de origen asiático fuera el tirador no quiere que no pueda existir un caso de xenofobia. Sin embargo, tal detalle sirve para que muchos rebajen las alertas sobre el aumento de crímenes de odio contra los asiáticos y que desestimen las denuncias de esta comunidad. Incluso el mismo Luo se lo replanteó: “¿será que fui paranoico?”. La respuesta es no: no hay paranoia. La realidad es que hay un evidente aumento de estos ataques en el país, y el de Monterey puede no ser el más gráfico para exponer esta preocupante tendencia.
Diez días antes de la masacre de Monterey Park, el 11 de enero de 2023, una joven estudiante de 18 años de la Universidad de Indiana fue apuñalada repetidamente en un autobús en el estado de Indiana. La sospechosa de haber cometido tan brutal ataque es Billie Davis, una mujer blanca de 56 años que apuñaló a la víctima simplemente porque era china.
“Sería una persona menos para volar nuestro país”, dijo Davis.
Tres días antes, en San Francisco, California, un hombre asiático de 78 años fue empujado con violencia contra el suelo. Y el pasado 17 de enero, un hombre en Nueva York fue arrestado por empujar a una mujer de 56 años en la víspera del Año Nuevo en Manhattan.
“Estúpida perra asiática, ¿quieres otro”?, le dijo Christopher McCormack, acusado del ataque, a la víctima.
Para Stop AAPI, estos no son hechos aislados, sino que están interconectados por discursos racistas. Esto desencadena en miedo dentro de la comunidad, pues sus integrantes sienten que cualquiera puede ser atacado.
“Podría estar sentado en un autobús o sentado en cualquier lugar y alguien podría venir y hacerme algo violento porque está enojado. No importa dónde estemos, quiénes somos o qué estamos haciendo, pero si la gente ha sido adoctrinada para creer que estamos aquí para hacer algo malo, entonces equipararán a quienes vean como asiáticos con las personas que odian, ya sea un gobierno o un país autoritario. Su mentalidad es odiamos a esas personas porque odiamos a esos gobiernos”, le dijo Rogene Gee Calvert, del grupo AAPI OCA-Greater Houston.
Mientras las autoridades refuerzan los esquemas de seguridad durante los festejos del Año Nuevo Lunar para evitar una nueva tragedia, y ante la perplejidad de la comunidad asiático-estadounidense que hoy conmemora a las víctimas y se esconde ante la posibilidad de otro ataque de odio, una vieja pregunta surge de nuevo: ¿cómo combatir estos ataques? El primer paso, sin duda, es reconocer el caso.
“Parte de la cultura estadounidense ha sido minimizar y pretender que la discriminación contra los estadounidenses de origen asiático no puede existir y no existe”, dijo Ayesha Ghazi Edwin, presidenta de la Comisión de Asuntos Estadounidenses del Pacífico Asiático de Michigan (MAPAAC), a la PBS.
Desconocer la naturaleza de estos ataques lleva a la normalización de la violencia. Para Gee Calvert, el clima político divisorio y polarizador que creó el expresidente Donald Trump condujo a una normalización del odio racional manifestado a través de la violencia. Esto se dio porque “Trump alentó y permitió que se expresara y aceptara este desprecio y odio”, en palabras de Calvert. Esta normalización va de la mano con otro asunto: la pérdida de interés en los ataques.
“Hemos visto con qué frecuencia hay un aumento inmediato de interés después de una tragedia, pero luego la gente comienza a olvidar o pasa al siguiente ciclo de noticias. Simplemente no podemos hacer eso”, señala Rebeka Islam, directora ejecutiva de APIAVote-Michigan, una organización que busca aumentar el compromiso cívico de los asiático-americanos.
Para enfrentar la normalización de la violencia es importante que el gobierno, acompañado por activistas de la comunidad, dirija políticas y campañas que destaquen la herencia asiática en Estados Unidos. También es crucial promover una educación integral que incluya narrativas que ayuden a comprender la naturaleza de la desigualdad en el país y las identidades interseccionales que se han formado a lo largo de la historia.
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