La ola feminicida que el caso Debanhi Escobar volvió a alertar
En los últimos meses, y en diferentes casos, Debanhi, María Fernanda, Paulina, Celeste, Karen, Yolanda, Diana y Allison desaparecieron en una región azotada por la violencia y las bandas organizadas. Dos de ellas aparecieron muertas, y el resto se une a la lista de los cerca de 100.000 desaparecidos que México no ha podido encontrar.
María Paula Ardila
Aún se desconocen muchos detalles de la muerte de Debanhi Escobar en México. La noche del 22 de abril, la Fiscalía General de Justicia del estado de Nuevo León confirmó que el cuerpo que encontraron las autoridades en una cisterna correspondía al de la joven de 18 años, que desapareció el 9 de abril. La causa de muerte: una contusión profunda en el cráneo. Este domingo, Mario Escobar, padre de Debanhi, recibió una carpeta con nuevos videos que hacen parte de la investigación; en ellos, se ve a su hija ingresar al motel Nueva Castilla, en el municipio de Escobedo, donde las autoridades, trece días después de su desaparición, encontraron el cuerpo de Debanhi a cuatro metros de profundidad.
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Aún se desconocen muchos detalles de la muerte de Debanhi Escobar en México. La noche del 22 de abril, la Fiscalía General de Justicia del estado de Nuevo León confirmó que el cuerpo que encontraron las autoridades en una cisterna correspondía al de la joven de 18 años, que desapareció el 9 de abril. La causa de muerte: una contusión profunda en el cráneo. Este domingo, Mario Escobar, padre de Debanhi, recibió una carpeta con nuevos videos que hacen parte de la investigación; en ellos, se ve a su hija ingresar al motel Nueva Castilla, en el municipio de Escobedo, donde las autoridades, trece días después de su desaparición, encontraron el cuerpo de Debanhi a cuatro metros de profundidad.
“Cuatro veces habían registrado la zona, ¿por qué a la quinta aparece? Ella no saltó la barda. Eso de que resbaló es mentira. Esto es una zona de peligro”, dijo Mario Escobar el día que supo que su hija estaba muerta. Y no es para menos que los familiares duden del proceder de las autoridades, pues México no es precisamente un país reconocido por encontrar a sus desaparecidos y mucho menos a los responsables.
“Tenemos un desastre en este país. Los organismos internacionales, incluso nacionales, de protección de derechos humanos sostienen que tenemos una impunidad casi absoluta en casos de desaparición. Los informes hablan de un 98 %, pero prácticamente todos los casos están sin resolver: hay registro de cerca de 100.000 desaparecidos en México, y solo se han emitido 35 sentencias por desaparición”, le comentó a este diario Volga de Pina, defensora de derechos humanos e investigadora del Observatorio sobre desaparición e impunidad de la UNAM y Flacso.
La advertencia también la lanzó Naciones Unidas hace unos días: “La actitud pasiva de las autoridades frente a las desapariciones forzadas contribuye a la notable falta de confianza de las víctimas en las autoridades. Frente a ello, un alto número de casos de desapariciones no son denunciadas”, señaló el Comité contra las Desapariciones Forzadas. Un dato: más de 52.000 personas fallecidas no identificadas se encuentran en fosas comunes del país, instalaciones de los servicios forenses, universidades y centros de custodia y almacenamiento forense, según datos publicados por el comité.
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En 2021, fueron asesinadas al menos 3.718 mujeres, un promedio de diez al día. De ese total, 2.741 mexicanas fueron víctimas de homicidio doloso, mientras que 977 presuntamente fueron casos de feminicidio, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Hasta marzo de este año, la entidad reportó 229 presuntos delitos de feminicidio, de los cuales 21 ocurrieron en Nuevo León, el segundo estado del país con más feminicidios registrados en 2022.
“Nuevo León está en una franja que ha sido severamente azotada por la violencia. Es una región ubicada en el norte de México, un lugar donde se resintieron los efectos de lo que llamamos la guerra contra el narco, una política que implementó el expresidente Felipe Calderón, quien militarizó la seguridad e impulsó un combate frontal, que resultó en el aumento de la violencia”, agregó Volga de Pina. Reportes publicados en diciembre por la Secretaría de Seguridad estatal indicaron que la droga, el tráfico de migrantes y de combustible sustraído se mueven en la zona a través de los carteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, del Noreste, del Golfo, y la Organización de los Beltrán Leyva.
“El crimen en México es muy complejo. Originalmente, eran grupos que se dedicaban al tráfico de drogas. Nuevo León es un estado fronterizo con Estados Unidos, es una zona que siempre ha tenido movimiento de tráfico de narcóticos. Pero el crimen se ha diversificado y hay grupos que se dedican a robar vehículos, incluso desaparecen a muchos ganaderos; les roban los camiones y los desaparecen para no dejar evidencia”, comentó de Pina.
Y justamente eso es lo que ocurre en la “carretera de la muerte”, la autopista que conecta a Monterrey con Nuevo Laredo. Cifras de julio del año pasado señalan que casi cien personas desaparecieron en los 200 kilómetros que separan la capital de Nuevo León con la ciudad fronteriza de Tamaulipas, “foco rojo del crimen organizado”, como se lee en una publicación de El País, de España. En esa carretera, en el kilómetro 15,5, entre el motel Nueva Castilla y la empresa de transportes Alcosa, fue donde desapareció Debanhi Escobar en la madrugada del 9 de abril.
La última foto de Debanhi Escobar
Se sabe que salió a una fiesta con sus amigas a la 1:20 a.m. en el municipio de Escobedo, en Nuevo León. Tres horas más tarde, y luego de bajarse de un taxi cuyo conductor presuntamente la acosó, estaba sola en esa carretera, donde el conductor le tomó la última fotografía. Las cámaras del lugar la grabaron tratando de pedir ayuda en la empresa de transportes hacia las 4:30 a.m. De ahí, perdieron el rastro. La encontraron muerta trece días después en el motel Nueva Castilla, que fue registrado previamente por las autoridades, con perros entrenados, pero no encontraron nada. La Fiscalía dice que no fue posible localizarla antes porque el cuerpo estaba a varios metros de profundidad.
Debanhi estudiaba Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Sus familiares dicen que era optimista, alegre y carismática. Le gustaba la música, cantar y salir de fiesta. “Le encantaba el Lagunafest, montar ‘mugrero’ con sus primas y jugar con Bombón, su caniche blanca con lazos rosas”, dice un artículo de El País.
“En estos casos de Nuevo León, en particular en el de Debanhi, no se tiene muy claro de qué se trata. Parecería ser una agresión de un desconocido que no se sabría sí hace parte de la delincuencia organizada”, comentó Volga de Pina, quien sostiene que, por lo general, hay una tendencia muy fuerte a pensar que las desapariciones de mujeres están vinculadas a la trata de personas.
“De hecho, la mayoría de las mujeres desaparecidas en México tienen entre 15 y 19 años, pero realmente no en todos los casos es así. Y lo que nos preocupa es que ya no hay una lógica; es difícil entender la violencia y la desaparición contra las mujeres. Pareciera que en México cualquier tipo en la calle te puede agarrar y matar, y no va a pasar absolutamente nada. Ya es matar por matar, no hay una lógica de trata, de explotación, nada. Es una barbarie”, agregó la experta.
“Entes opacos”
Las organizaciones locales hablan de una crisis de desaparecidas, pero el asunto no es nuevo en la región. Debanhi desapareció el mismo día que se conoció la muerte de María Fernanda Contreras, de 27 años. Lo último que se supo de ella es que se reunió con un grupo de amigos al sur de Monterrey, el 2 de abril. La encontraron muerta en un inmueble del municipio de Apodaca, y la causa de su muerte fue una contusión profunda de cráneo. Las autoridades capturaron a Raúl Alfredo “N”, de 26 años, identificado como el presunto feminicida de María Fernanda.
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“Hay una mala comprensión del modelo nuevo de fiscalías autónomas, que no las ordena el poder Ejecutivo, pero que se han convertido en unos entes opacos, que se escudan en su autonomía para no colaborar ni informarnos de absolutamente nada”, dijo la experta. El gobernador del estado, Samuel García, dijo que desde que comenzó el año hasta el 17 de abril se reportaron 327 casos de mujeres desaparecidas, de las cuales 289 fueron encontradas con vida, 33 siguen sin ser localizadas y cinco fueron encontradas muertas.
Todavía no se sabe nada de Allison Campos, de doce años; de Paulina Solís y Celeste Tranquilino, ambas de 16. Karen Valencia, de 24, Yolanda Martínez, de 26, Diana Cárdenas, de 28, Yolanda González, de 32. Todas desaparecidas en la zona metropolitana de Monterrey, según datos de El País, de España.
“No es normal lo que está sucediendo en Nuevo León. Estamos hartos de que nos entreguen a nuestras hijas muertas y asesinadas”, dice Mario Escobar, que desde que le entregaron el cadáver de su hija, insiste: “No voy a descansar hasta que se esclarezca el asesinato de mi hija. Caiga quien caiga, tope con quien tope”.
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