Presidencia de Estados Unidos: una contienda entre críticas y procesos judiciales
El panorama electoral de Estados Unidos se termina de modelar con la confirmación de que Joe Biden quiere ocupar la Casa Blanca durante un período más. Aunque en apariencia la carrera para escoger al presidente tengan los mismos contendientes, hay cambios sustanciales en las propuestas y en la situación política.
Tomás Tarazona Ramírez
El video empezó con música de suspenso e imágenes que pocos quisieran recordar. El humo de las llamas se expandía frente al Capitolio en Washington. A su vez, el vaho de los gases lacrimógenos que disparó la Policía aquel 6 de enero formaba un gas grisáceo que flotaba frente al edificio donde discuten y aprueban leyes. Los fotogramas mostraban angustia y desesperanza. Luego apareció un hombre: cabello cano, sonrisa blanca y una frase que cualquiera entendería como un mensaje de calma.
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El video empezó con música de suspenso e imágenes que pocos quisieran recordar. El humo de las llamas se expandía frente al Capitolio en Washington. A su vez, el vaho de los gases lacrimógenos que disparó la Policía aquel 6 de enero formaba un gas grisáceo que flotaba frente al edificio donde discuten y aprueban leyes. Los fotogramas mostraban angustia y desesperanza. Luego apareció un hombre: cabello cano, sonrisa blanca y una frase que cualquiera entendería como un mensaje de calma.
“Libertad”, dijo Joe Biden y pronunció una frase que desde hace semanas era un secreto a voces. “Por eso es que busco la reelección”.
De esta manera el presidente de EE. UU., Joe Biden, anunció que se postulará oficialmente a la presidencia en 2024. Una carrera electoral que tiene como principal competidor a Donald Trump, el republicano que ya fungió en el Ejecutivo entre 2017 y 2021.
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La confirmación de Biden como candidato significa mucho más que el déjà vu de las elecciones de Estados Unidos en 2020. Su postulación representa que el tablero electoral de Estados Unidos se acaba de configurar para definir qué ideas y forma de Gobierno ocupan la Casa Blanca en el próximo período. Por un lado, se encuentra el demócrata, que insiste en recuperar una “libertad” que, según él, se ha ido desvaneciendo en las calles de “América”. Por el otro, está Trump: el magnate que utiliza la polémica y los escándalos como principal herramienta política.
¿Espejismo o revancha?
Muchos periodistas y legisladores aseguran que Estados Unidos avanza por la misma vía por la que condujo hace cuatro años: una contienda de Biden contra Trump; republicanos contra demócratas o en su defecto, conservadores contra liberales. Una muestra de ello son los auditorios que desde ya se están llenando en apoyo de uno u otro candidato.
Sin embargo, muchas cosas han cambiado desde la última vez que las urnas se abrieron para escoger al último presidente de Estados Unidos. En los cuatro años que Biden ha ocupado la presidencia, tanto la burbuja política como los discursos que se manejan en el electorado han mutado. A tal punto que por más que Biden y Trump intenten apelar a las mismas formas y estrategias de campaña, no podrían tener los mismos resultados.
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Esta nueva elección presidencial en apariencia muestra que Biden y Trump son los únicos candidatos con posibilidades reales de llegar a Washington a aplicar su idea de país. Y puede que en el momento de empezar a contar los votos sea verdad.
No obstante, hay otros nombres en la arena política que también suenan para llegar a la presidencia, especialmente en el Partido Republicano, que actualmente tiene varias fracturas internas. Por un lado, está Ron DeSantis, la principal amenaza que tiene Trump frente a los seguidores conservadores de EE. UU. Pero también está Nikki Haley, que considera al magnate como “extremista” y cree que las riendas políticas deben votar por “una nueva generación”.
La baraja de opciones es más escasa en el Partido Demócrata, que ha cerrado filas en torno a Biden y parece que no apostará por más nombres en el momento de las elecciones. De acuerdo con el diario The Guardian, los demócratas enfrentan un problema: “Hay una brecha peligrosa entre los funcionarios y el sentimiento público. Kamala Harris es demasiado impopular, Bernie Sanders demasiado mayor y Robert Kennedy Jr. demasiado marginal”.
Vale la pena mencionar que no es la primera vez que un presidente en funciones se presenta a un nuevo período. En la historia de Estados Unidos, 26 mandatarios se han postulado a la reelección; solo 10 han perdido.
Una nueva carrera
Luego de cuatro años, ambos candidatos llegan con golpes políticos. Trump, inmerso en una guerra de varios frentes contra la justicia, se convirtió en el primer expresidente en ser imputado con cargos penales. Biden, por su parte, no ha logrado consolidar varias de sus propuestas, además de ser criticado por la inflación y por la “desastrosa” retirada de EE. UU. de Afganistán, según dijo la legisladora Elise Stefanik.
El impacto lo han sentido ambos protagonistas. Un sondeo realizado por NBC concluyó que los electores no quieren ver a Biden y Trump en las balotas de votación para la presidencia en 2024. Un 70 % de los encuestados consideran que el demócrata no debería presentarse a la reelección, entre otras cosas, por su “avanzada edad”. Mientras que Trump recogió el 60 % de las opiniones que tampoco lo desean en la contienda electoral.
A hoy, Biden es el mandatario con mayor edad en la historia de Estados Unidos, con 80 años, lo que ha motivado críticas por ser considerado “incapaz” de liderar el país y la jefatura de Estado.
En cuanto a Biden, tan solo un 38 % de los preguntados aprueban su gestión. Esto, quizá, debido a contradicciones en su mandato, como el Proyecto Willow: una megaobra petrolera que se aprobó en Alaska y que se opone a sus promesas de campaña de descarbonizar Estados Unidos.
Es más, en cuanto a migración y legislaciones relacionadas a los derechos LGTBIQ+ Biden también ha recibido críticas. Cuando llegó a la Casa Blanca prometió finalizar la “crueldad” a la que los migrantes son sometidos. No obstante, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras registró una cifra “récord” de detenciones de migrantes indocumentados en 2022 y las medidas migratorias adoptadas son vistas como restrictivas y poco humanas.
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Con todo esto, Biden podría apelar a nuevas estrategias y rostros en su campaña que lo fortalezcan con miras a 2024. Por ejemplo, su nueva candidatura estará acompañada de Kamala Harris, que concentra un amplio grupo de votantes, entre ellos mujeres y afrodescendientes, una de los mayores apoyos electorales del hoy presidente. También conformó un equipo con Julie Chávez, de ascendencia hispana, que podría ser una ficha clave que para seducir a los más de 20 millones de latinos que viven en EE. UU.
Trump: victoria de las derrotas
Aunque la situación del republicano parece más complicada en el panorama político, expertos coinciden en que es todo lo contrario. Lawrence Gumbiner, exdiplomático estadounidense, asegura que los procesos judiciales que Trump tiene en su contra podrían fortalecerlo en el plano político, por lo menos entre sus bases.
Trump no ha mermado su discurso agresivo desde que salió de la Casa Blanca en 2021. Por ejemplo, sigue atribuyendo todas sus cuentas pendientes con la justicia a una “cacería de brujas” de la “izquierda radical”. Una dialéctica que le ha funcionado para encontrar respaldo en los ciudadanos más extremistas de Estados Unidos, como los Oath Keepers, involucrados en el asalto al Capitolio.
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Trump también ha seguido utilizando sus canales de comunicación convencionales: las redes sociales. Aunque el exmandatario fue bloqueado en varias plataformas, se sirvió de Truth Social para seguir difundiendo sus ideas y opiniones, la mayoría de ellas de carácter político, que tienen efecto directo en sus electores.
Solo mientras fue presidente, el Washington Post contabilizó que Trump difundió más de 3.000 mentiras o “verdades a medias”, entre ellas las de fraude electoral, el “cambio climático inexistente” o la noticias falsas del covid.
Tal es el caso de lo que dijo hace unas semanas en un evento. El magnate aseguró que las instituciones estadounidenses están “corrompidas”, por lo que él propone “derrotarlas, desacreditarlas y deshonrarlas” para hacer “América grande otra vez”.
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Sin embargo, Trump ha perdido varios de los aliados y alfiles que utilizó en su anterior campaña. Por un lado, Fox News, uno de los medios de comunicación que se alineaban con sus ideas políticas, tuvo que pagar una indemnización de US$787 millones por haber servido de megáfono a las mentiras de Trump.
Mike Pence, quien fue su vicepresidente, también ha tomado distancia del magnate e incluso critica ahora su forma de hacer política. Lo mismo sucedió con Michael Cohen, “la mano derecha” del republicano, que hoy sirve de testigo principal en el caso Stormy Daniels, por el que fue imputado penalmente.
De la guerra y otros debates
Uno de los temas fundamentales que se abordarán es la guerra en Ucrania. En campañas anteriores, por ejemplo, en la época de Barack Obama, la cuestión sobre qué hacer con las tropas en Afganistán fue fundamental. Ahora lo que suceda en Kiev puede tener mucho peso a la hora de inclinar la balanza.
Tan solo este lunes, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) señaló que Europa ha importado la mayor cantidad de armas desde la Guerra Fría. Y Washington ha tenido protagonismo a la hora de vender y enviar equipamiento militar a territorio ucraniano y europeo.
Aunque Trump no haya pronunciado críticas claras a lo sucedido en Ucrania, lo más probable es que señale la forma en que Biden ha afrontado la cuestión militar. Un ejemplo de esto fue su idea de que “nunca ha habido un mayor contraste entre dos administraciones sucesivas en toda la historia estadounidense”, según pronunció en un discurso este mes. Biden, desde la Casa Blanca, criticó que la manera de Trump de gestionar el Ejército de EE. UU. fue deficiente, como lo hizo en los archivos desclasificados de Afganistán.
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Entre tantas incógnitas sobre el futuro electoral de Estados Unidos, una de las pocas certezas es que la polarización continuará en esta nueva contienda presidencial. Biden por su parte, critica a “aquellos que quieren prohibir la libertad”, mientras que Trump, bajo su lema de “recuperar América”, utilizará todo su arsenal político para desacreditar a sus oponentes, como ya lo hizo con Biden hace cuatro años.
Para David Smith, de The Guardian, Estados Unidos se enfrenta a un debate de personalidades, no de ideas. Y esa versión la respalda el diario El País, que considera que, en la contienda electoral, “la batalla está servida para decidirse más por rechazo que por ilusión. Que pierda el peor”.
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