La realidad política en EE. UU., según las billeteras de los candidatos
Las cuentas de campaña de Donald Trump, Nikki Haley, Joe Biden, el Partido Demócrata y el Partido Republicano ofrecen la mejor lectura de la realidad estadounidense.
Camilo Gómez Forero
El calendario electoral en Estados Unidos sigue su curso este jueves con el caucus del Partido Republicano en Nevada, un proceso que ha generado polémica y que incluso fue calificado de “amañado”. Y es que el resultado acá ya se sabe de antemano: Donald Trump ganará los 26 delegados que otorga el estado. Esto se debe a que su principal y única rival de peso, la exembajadora de EE. UU. ante Naciones Unidas Nikki Haley no estará en la papeleta como opción.
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El calendario electoral en Estados Unidos sigue su curso este jueves con el caucus del Partido Republicano en Nevada, un proceso que ha generado polémica y que incluso fue calificado de “amañado”. Y es que el resultado acá ya se sabe de antemano: Donald Trump ganará los 26 delegados que otorga el estado. Esto se debe a que su principal y única rival de peso, la exembajadora de EE. UU. ante Naciones Unidas Nikki Haley no estará en la papeleta como opción.
La ausencia de Haley se debe a una ruptura en el interior del Partido Republicano, que se resistió a seguir la dirección de Nevada de celebrar unas primarias abiertas para que pudiera participar el electorado independiente y así conocer su posición. En lugar de esto, el partido optó por continuar con sus tradicionales votaciones, en las que solo participan los electores registrados como republicanos. Esta decisión se tomó para facilitarle la victoria a Trump, según sus rivales.
Haley, en cambio, sí siguió la directriz de la ley de Nevada y apareció en las papeletas de las primarias abiertas, las cuales se celebraron el pasado martes. Esas votaciones no entregaban delegados, sino apenas un simbólico golpe de opinión del que la candidata esperaba alardear. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario: la exembajadora perdió de manera humillante, pues la opción de “ninguno de los candidatos” en la papeleta fue la más votada. Haley se quedó con el segundo puesto.
Esa aplastante derrota nos confirmó una tendencia que se veía leyendo hace mucho: del lado republicano no hay ninguna figura capaz de competir contra Trump. Para los votantes conservadores se trata de él o nadie, literalmente. Ahora la realidad política del país es mucho más profunda que eso que, siendo honestos, ya lo veíamos venir. Y qué mejor manera de leer qué es lo que está pasando en la política estadounidense a fondo a partir de las recaudaciones de las campañas. O mejor dicho, examinando qué hay en las billeteras de los candidatos.
Empecemos por algo básico: a Trump no lo quieren ni por su astucia ni por su audacia. Lo quieren porque es Trump. Y eso es más popular que cualquier idea que tengan sus rivales. Según los datos de las campañas, Haley recaudó más dinero con cada participación en los debates republicanos. Es decir, cada vez que debatía, la candidata recogía más dólares. No es de extrañar, pues Haley recibió elogios de varios analistas por su buen desempeño en escena. Del lado de Trump también hay un dato diciente: su campaña tuvo sus picos de recaudación los días en los que le estallaban problemas legales.
El equipo de Trump ha usado esta estrategia de manera efectiva. Luego de que el expresidente fuera acusado en marzo de 2023 por fraude comercial, su campaña vendió la idea de que sufría una persecución política. “Estamos viviendo el capítulo más oscuro de la historia estadounidense. Por favor, haga una contribución de cualquier cantidad”, se lee en un correo enviado por el comité Trump Save America. En solo tres días recibió US$7 millones. Y la historia se repitió con las siguientes tres acusaciones.
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El dinero importa mucho en la política electoral, pero en el Partido Republicano hay un problema: las donaciones ya no fluyen como antes. Esto es porque el dinero no llega propiamente al partido, sino directamente a Trump o a sus rivales. La semana pasada, el Comité Nacional Republicano (RNC) informó que recaudó en todo 2023 US$87,2 millones, mucho menos que los US$176,6 millones recaudados en 2022, según Forbes. También cerraron el año solo con US$8 millones en efectivo, luego de gastos, según The Guardian. Eso es menos de la mitad de los números que ostentaba el partido en 2016, antes de que se lanzara Trump a la presidencia.
Esto no sucede del lado de los demócratas. El Comité Nacional Demócrata (DNC) cerró 2023 con una recaudación de US$120 millones y US$21 millones en efectivo. Cuando le sumamos a cada partido las recaudaciones de fondos del presidente Joe Biden al DNC y de Trump al RNC, respectivamente, los demócratas siguen arriba casi por unos US$20 millones. Antes de volver a Trump, cabe destacar que Biden presenta buenos números de recaudación, pese a que, por ahora, no ha necesitado un gran flujo de caja, ya que no ha enfrentado rivales de peso en las primarias demócratas. Trump, en cambio, sí ha necesitado un mayor esfuerzo.
Las cuentas del lado republicano nos ofrecen otra cruda verdad sobre la política estadounidense: el Partido Republicano se hunde si no tiene a Trump. Es por eso que, de varias maneras, han intentado forzar el retiro de Haley de las primarias para que el dinero de recaudación fluya de nuevo en una sola dirección: hacia Trump y el partido. Con el batacazo del martes, solo es cuestión de tiempo para que esto ocurra y que Haley se aparte de la contienda, aunque ella sigue resistiendo.
Según la revista Time, han sido los donantes los que han mantenido a la exgobernadora de Carolina del Sur en el juego, entre los que hay algunos multimillonarios como Reid Hoffman, el cofundador de Linkedin. Esto, primero, habla del perfil de quienes están con cada campaña. Los megadonantes de Haley provienen de Silicon Valley, de sectores que, aunque conservadores, no comulgan con Trump. Mientras que los donantes de Trump vienen, en buena medida, del espectro religioso y de la clase media baja, sin tanta educación, que realiza pequeños aportes por intenet.
La gran pregunta acá es si los primeros estarían dispuestos a sumarse al expresidente cuando Haley abandone la contienda. Además de ser críticos con Trump, el exmandatario amenazó hace unos días con incluirlos en “una lista negra” por haber apoyado a su rival. El continuo anhelo de venganza de Trump puede no ser la mejor herramienta para atraer a los donantes de su rival.
Con esto viene la otra cruda realidad de la política estadounidense: Trump necesita mucho más dinero. Y esta es una proyección para lo que viene. Contrario a Haley, que ha gastado de manera más conservadora -lo que a la vez ayuda a que su campaña siga viva hasta ahora-, Trump gasta más de lo que recibe. El expresidente ha usado una buena tajada de sus recaudaciones para financiar sus cada vez más altos gastos de defensa legal. En 2023, el republicano gastó más de US$50 millones en gastos legales, mucho más de lo que gasta en publicidad. Aunque el caso de las primarias muestra que el dinero no logró romper el idilio entre Trump y sus votantes, verse corto de efectivo en el próximo semestre podría ayudar a que Biden le gane terreno frente a los votantes indecisos. Estos, a final de cuentas, son los que decidirán el futuro del país.
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