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Salida de la editora del Washington Post estuvo precedida de choques con el director

El director general del diario estadounidense, Will Lewis, se enfrentó a la editora Sally Buzbee por un artículo sobre el papel de él en el encubrimiento de un hackeo telefónico. Ella dimitió poco después.

Benjamin Mullin y Katie Robertson | The New York Times
08 de junio de 2024 - 08:18 p. m.
Personas caminan frente al edificio One Franklin Square, sede del periódico The Washington Post, en la capital estadounidense.
Personas caminan frente al edificio One Franklin Square, sede del periódico The Washington Post, en la capital estadounidense.
Foto: AP - Pablo Martinez Monsivais

Semanas antes de que la atribulada editora ejecutiva de The Washington Post dimitiera abruptamente el domingo, su relación con el director ejecutivo de la empresa se iba haciendo cada vez más tensa.

A mediados de mayo, los directivos se enfrentaron en torno a si había que publicar o no un artículo sobre un escándalo de hackeo británico que tenía algunos vínculos con el director ejecutivo del diario, Will Lewis, según dos personas con conocimiento de sus interacciones.

Sally Buzbee, la editora, informó a Lewis que la redacción planeaba cubrir la sentencia programada de un juez en un largo caso legal británico presentado por el príncipe Enrique y otros contra algunos de los tabloides de Rupert Murdoch, dijeron las personas.

Como parte del fallo, se esperaba que el juez dijera si los demandantes podían añadir el nombre de Lewis a una lista de ejecutivos que, según ellos, estaban implicados en un plan para ocultar pruebas de piratería informática en los periódicos. Lewis dijo a Buzbee que el caso que le implicaba no merecía cobertura, comentaron las personas.

Cuando Buzbee le comunicó que el Post publicaría un artículo de todos modos, él dijo que la decisión representaba un error de criterio y terminó la conversación de forma abrupta. La interacción inquietó a Buzbee, quien consultó entonces con confidentes ajenos al Post cómo debía manejar la situación. Cuando el juez dictaminó varios días después, el 21 de mayo, que Lewis podía ser añadido al caso, el periódico publicó un artículo sobre la decisión.

Lewis no impidió la publicación, pero el incidente siguió pesando sobre Buzbee, justo cuando estaba considerando su futuro en el periódico, según las dos personas con conocimiento de su proceso de toma de decisiones. Su elección final de renunciar ha sacudido a una de las principales organizaciones de noticias de Estados Unidos.

La interacción en torno a la sentencia judicial no fue la razón principal de su dimisión. Buzbee ya había estado reflexionando sobre su futuro en el Post debido a un plan de Lewis para reorganizar la redacción que le presentó en abril, dijeron las personas. Lewis había ofrecido a Buzbee un trabajo de dirección de una nueva división centrada en las redes sociales y el periodismo de servicio, según ellas. Ella consideró que era un descenso, ya que su trabajo como editora ejecutiva incluía la supervisión de todas las áreas de noticias. Una portavoz del Post declinó hacer comentarios. Buzbee tampoco quiso hacerlo.

Lewis fue nombrado por Jeff Bezos, propietario del Post y fundador de Amazon, a finales del año pasado para reformular la publicación, ya que se tambaleaba por una fuerte caída de audiencia y pérdidas anuales de decenas de millones de dólares. Durante los últimos meses, Lewis, quien anteriormente fue director ejecutivo de News Corp’s Dow Jones, que publica The Wall Street Journal, ha estado formulando una estrategia para reestructurar el negocio.

Decidió dividir las filas editoriales en tres líneas: una redacción central que cubra política, negocios y otros temas, una sección de opinión y una nueva división que se centraría en las redes sociales, como las notas en video, así como el periodismo de servicio, que incluye la cobertura de bienestar y estilo de vida. (El Post se divide actualmente en dos partes: noticias y opinión).

Al ofrecer a Buzbee un papel en la dirección de la división de redes sociales y periodismo de servicio, según personas familiarizadas con su forma de pensar, Lewis le dijo que podía influir en la contratación del editor para supervisar el núcleo de la operación de noticias. Más tarde le informó que había seleccionado a Robert Winnett, un editor de The Daily Telegraph que había trabajado anteriormente con Lewis, dijeron las personas.

La conversación entre Lewis y Buzbee sobre la cobertura del hackeo telefónico tuvo lugar en una sala de conferencias, en una reunión ejecutiva fuera de la redacción del Post. En la reunión, los ejecutivos del medio discutieron los cambios previstos por Lewis en el periódico.

En ocasiones, los editores alertan a los altos ejecutivos sobre historias delicadas antes de que se publiquen. En 2013, Martin Baron, el editor que precedió a Buzbee, informó a la directora Katharine Weymouth antes de que el Post comenzara a reportar sobre asuntos sensibles de la Agencia de Seguridad Nacional. En 1971, Ben Bradlee, el combativo editor ejecutivo, avisó a Katharine Graham, antigua propietaria del medio, antes de que el periódico publicara artículos sobre los Papeles del Pentágono, que revelaban la historia secreta de la guerra de Vietnam.

Lewis declinó hacer comentarios al Post para su artículo sobre la sentencia del caso de hackeo telefónico, pero en numerosas entrevistas anteriores con los medios de comunicación ha negado rotundamente las acusaciones de que estuviera implicado en el encubrimiento del hackeo telefónico cuando era un alto ejecutivo de Murdoch. El Post publicó en marzo un artículo sobre la demanda en el que también se nombraba a Lewis.

En una contenciosa reunión de personal el lunes, Lewis defendió su estrategia de negocio, diciendo a la redacción que el Post había perdido 77 millones de dólares el año anterior, había visto una disminución de audiencia del 50 % desde 2020 y necesitaba hacer cambios radicales para tener éxito.

“No andemos con rodeos. Esto tiene que cambiar, ¿no es cierto?”, dijo, según una grabación de la reunión. “Estamos perdiendo grandes cantidades de dinero. Su audiencia se ha reducido a la mitad en los últimos años. La gente no está leyendo sus cosas”. Y continuó: “He tenido que tomar medidas decisivas y urgentes para encaminarnos por otra senda, buscando talentos con los que he trabajado y que son lo mejor de lo mejor de lo mejor”.

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Por Benjamin Mullin y Katie Robertson | The New York Times

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Fernando(86401)09 de junio de 2024 - 09:16 a. m.
Lo importante parece ser el abuso de poder del director ejecutivo del periódico.
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