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Ya se sabía que Colombia, bajo el mandato de Gustavo Petro, trabajaría por restablecer las relaciones con Venezuela. Desde el ámbito diplomático, se pretende nombrar embajadores y reabrir ese canal que está roto desde 2019, cuando Nicolás Maduro, en febrero de ese año, ordenó que salieran todos los representantes colombianos del vecino país. Ahora, dos días después de la posesión presidencial, se sabe que Bogotá y Caracas reanudarán sus relaciones militares y con ello, por lo menos, hay dos retos grandes: la seguridad en la frontera y la lucha contra el crimen organizado.
Un año después de que los lazos diplomáticos se rompieran, ya la violencia en la frontera era un tema de preocupación. Así lo documentó la Fundación Paz y Reconciliación, en el informe Situación de seguridad y migración en la frontera Colombia-Venezuela, en donde se lee que en los 24 municipios fronterizos de Colombia fueron asesinadas 472 personas, entre ellas 63 venezolanos; 24 fueron masacradas, 1.365 fueron desplazadas y 13 fueron secuestradas. La zona de frontera de Norte de Santander–Táchira fue identificada como una de las más complejas en materia de derechos humanos, pues es donde confluyen las estructuras armadas ilegales y las economías ilícitas.
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Para 2022, la violencia solo se recrudeció. El 1 de enero de este año, comenzaron los enfrentamientos entre el Comando Conjunto de Oriente, una coalición de grupos disidentes que surgieron tras la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Ellos, quienes antes eran aliados, cometieron asesinatos, reclutamiento forzado y desplazamiento forzado, informó Human Rights Watch. Como resultado de este enfrentamiento, al menos 3.860 personas se desplazaron internamente en Arauca y más de 3.300 huyeron de Venezuela a los departamentos colombianos de Arauca y Vichada. Además, tanto el ELN como el Comando Conjunto de Oriente forzaron a numerosas personas a incorporarse a sus filas, incluyendo menores.
Ya lo advirtió Ronal Rodríguez, investigador y vocero del Observatorio de Venezuela de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario: La recuperación de la relación entre Colombia y Venezuela inicia por la frontera. En ese artículo, el analista le explicó a este diario que en las trochas, por donde millones de venezolanos han cruzado para llegar a Colombia, los migrantes se enfrentan a zonas donde convergen el contrabando, el narcotráfico, el tráfico de armas, la trata de personas, el tráfico de migrantes y el reclutamiento forzado.
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