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Los más de 2.300 niños separados de sus padres clandestinos en Estados Unidos son particularmente vulnerables psicológicamente después del largo viaje que han soportado, sostiene Judith Cohen, profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Drexel.
Estos menores pueden evitar quedar traumatizados de por vida si se atienden dos condiciones: que se les proporcione seguimiento a largo plazo, y una reunificación rápida con sus padres, dijo a la AFP la psiquiatra, integrante de la National Child Traumatic Stress Network
¿Cuál es el riesgo real de trauma para estos niños, y cuáles están más expuestos?
R: Primero hay que recordar que estos niños ya han sufrido un trauma: no provienen de situaciones felices y saludables, han huido de situaciones peligrosas en su país, pandillas, violencia familiar, abuso sexual. Estos niños no salen con mentes y cuerpos sanos.
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Cuando agregamos a un niño ya traumatizado el trauma de la separación brutal de sus padres, le quitamos una fuente de protección y de apoyo.
Cuanto más joven es el niño, más lo sentirá como una amenaza. Temerá por su vida (...) Los niños pequeños tienen los cerebros inmaduros, dependen mucho de sus padres para regular lo que no pueden regular aún con sus cerebros y sus cuerpos".
¿Cuál es la urgencia para los niños que están en este momento en refugios?
R: La buena noticia es que un niño puede sobreponerse con tratamientos específicos, tratamientos que, por cierto, deben incluir al padre o a la madre. La participación de un padre es aún más determinante en la medida en que el niño es más pequeño. El seguimiento puede hacer desaparecer los cambios que han ocurrido en sus cerebros, sus cuerpos y sus estructuras psíquicas.
Pero primero que nada debes darles información en su propio idioma. Los niños que no entienden lo que está sucediendo llenan el vacío con sus propias explicaciones. Pueden concluir que es su culpa, o culpa de los adultos que los cuidan, o de otros niños. Pueden hasta responsabilizar a sus padres.
También es necesario que estén tranquilos y que sepan que sus padres están bien. Es esencial que puedan estar en contacto con sus familiares. La forma de ayudarlos, finalmente, será confrontarlos con estos recuerdos, en lugar de evitarlos. Desarrollar mecanismos de adaptación. Es un proceso terapéutico que no podrán realizar mientras están detenidos o separados de sus padres".
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Muchos niños estadounidenses no inmigrantes son enviados a albergues por los organismos públicos cada año. ¿Qué sabemos sobre estas separaciones?
R: En mis 40 años de carrera, he visto a miles de niños en albergues o con familias de acogida porque fueron víctimas de abusos o de abandono. Pero pese a esto, muchos de estos niños dicen: 'Lo peor que me pasó no fue el abuso físico o sexual, o tener que beber el agua del inodoro; fue cuando mi madre se iba de casa para inyectarse droga, o cuando fui retirado de la custodia de mi madre'.
Es sorprendente que, de acuerdo con su percepción, lo peor que les sucedió es que los hayan privado de la custodia de sus padres. Esto muestra la fuerza del vínculo entre padres e hijos.
En cuanto a los niños inmigrantes, estaban con padres que arriesgaron sus vidas para darles una vida mejor".
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