Las opciones de Trump ante la investigación de Mueller
Las condenas por delito grave a dos exasesores otrora muy cercanos a Trump, demostraron el martes que sus ataques incesantes no han impedido que el fiscal especial Robert Mueller avance en la investigación sobre colusión con Rusia y obstrucción a la justicia.
-Redacción Internacional con información de agencias
El presidente estadounidense, Donald Trump, se está quedando sin margen para evitar un posible impeachment o que se enjuicie a miembros de su familia, indicaron expertos legales.
Las condenas por delito grave a dos exasesores otrora muy cercanos a Trump demostraron el martes que sus ataques incesantes no han impedido que el fiscal especial Robert Mueller avance en la investigación sobre colusión con Rusia y obstrucción a la justicia.
Aunque se desconoce el alcance de la causa que Mueller ha construido contra el presidente y su círculo íntimo, el comportamiento de Trump sugiere que el mandatario se encuentra bajo una intensa presión.
Especialistas dicen que Trump tiene tres opciones, ninguna de ellas demasiado alentadora para el mandatario. Le recomendamos: El peor día de Donald Trump
Cooperar con Mueller
Aunque repetidas veces ha dicho que no ha cometido ningún delito, Trump ha tratado de desviar y demorar la investigación, y ha evitado por meses ser indagado por el fiscal especial Mueller.
Si verdaderamente no tiene nada que esconder, es una mala estrategia, dice Eric Freedman, profesor de Derecho Constitucional de la universidad de Hofstra."Debería adoptar y mantener una política de apertura", dijo Freedman. Así, podría apuntalar la campaña de la Casa Blanca, que tilda de "cacería de brujas" a la investigación de Mueller.
El camino sugerido por Freedman requeriría que Trump retire su apoyo a excolaboradores como el exjefe de campaña Paul Manafort, condenado el martes por fraude fiscal y bancario.
Entonces, Trump podría decir que está "drenando el pantano" de la corrupción en Washington y ponerse "bajo un manto de buen gobierno", argumenta Freedman.
Pero Trump solo tuvo elogios hacia Manafort por enfrentar el juicio.
Robert Bennett, un experimentado abogado defensor de Washington que trabajó para el entonces presidente Bill Clinton en la década del '90, cree que es demasiado tarde para cambiar de rumbo.
"Se decidieron largo tiempo atrás por atacar al fiscal especial. Sería difícil ahora hacer un cambio rotundo", dijo a AFP. "¿A quién va a convencer?".
Además, cooperar ahora difícilmente altere el rumbo de la investigación de Mueller, salvo para peor, dijo Bennet, hoy consejero de un estudio legal de Washington.
Una indagatoria de Mueller sería peligrosa para Trump, para quien claramente es difícil atarse a un libreto. "Él no podría cooperar sinceramente sin autoincriminarse, a mi entender", señaló Bennet.
Cooperar también podría poner al presidente en una posición difícil si, como piensan muchos, su hijo Donald Trump Jr. u otros miembros de su familia quedan bajo la lupa de Mueller.
¿Qué hacer entonces? "Estancar la causa por el mayor tiempo posible y perdonarlo", dice Freedman.
Atacar y comprar tiempo
El desafío más inmediato para Trump son las elecciones del 6 de noviembre, ante la amenaza demócrata de hacerse del control de las dos cámaras del Congreso. Trump necesita evitar que eso ocurra, para evitar tener un Congreso dispuesto a llevar adelante su impeachment.
Su estrategia actual ha sido convencer a los votantes que la investigación de Mueller es una operación ilegítima de la oposición, para quitar apoyo a los republicanos. Pero según las encuestas, esta estrategia parece haber tenido éxito limitado.
Adicionalmente, la Casa Blanca solicita a Mueller cumplir con una disposición del Departamento de Justicia que impide a los investigadores tomar medidas que puedan afectar a los candidatos durante los 60 días previos a una elección.
Michael German, un exagente del FBI ahora en el instituto Brennan Center for Justice, opina que esto no impediría el avance de Mueller.
"El cumplimiento de la ley no frena todas las investigaciones 60 días antes de una elección", dijo German. "No veo que nadie relacionado con la elección de noviembre tenga que ver con los que están siendo investigados".
Bennett implementó una táctica de estancamiento cuando defendió a Clinton contra los cargos de acoso sexual de Paula Jones. El caso había amenazado las posibilidades de reelección de Clinton en 1996, y Bennett lo llevó hasta la Suprema Corte, que trabaja lentamente, para que desapareciera durante meses.
"Mi trabajo fue mantener el caso fuera de la cobertura mediática", recordó. Aunque finalmente lo perdió, Clinton logró ganar la elección.
Si Trump, o cualquiera de su familia acusado con cargos pudieran estancar su caso vinculándolo a cuestiones constitucionales, eso podría demorar hasta dos años en resolverse. Es decir, hasta el final del mandato de Trump.
"No importa el resultado, él probablemente estará mejor", señaló Bennet.
La opción nuclear
Por último, Trump podría echar a Mueller y cerrar la investigación. De hecho, el mandatario ha amenazado en hacerlo, pero se ha detenido ante advertencias de legisladores de que eso podría llevarlo a un impeachment.
La "opción nuclear" no ayudó al presidente Richard Nixon cuando echó al fiscal especial del Watergate, Archibald Cox, en octubre de 1973. Esa acción, en cambio, erosionó su apoyo y el reemplazante de Cox continuó avanzando en el caso hasta que Nixon, casi un año después, renunció ante un posible impeachment. Lea también: ¿Crisis entre el Fiscal general de EE.UU y Trump?
El presidente estadounidense, Donald Trump, se está quedando sin margen para evitar un posible impeachment o que se enjuicie a miembros de su familia, indicaron expertos legales.
Las condenas por delito grave a dos exasesores otrora muy cercanos a Trump demostraron el martes que sus ataques incesantes no han impedido que el fiscal especial Robert Mueller avance en la investigación sobre colusión con Rusia y obstrucción a la justicia.
Aunque se desconoce el alcance de la causa que Mueller ha construido contra el presidente y su círculo íntimo, el comportamiento de Trump sugiere que el mandatario se encuentra bajo una intensa presión.
Especialistas dicen que Trump tiene tres opciones, ninguna de ellas demasiado alentadora para el mandatario. Le recomendamos: El peor día de Donald Trump
Cooperar con Mueller
Aunque repetidas veces ha dicho que no ha cometido ningún delito, Trump ha tratado de desviar y demorar la investigación, y ha evitado por meses ser indagado por el fiscal especial Mueller.
Si verdaderamente no tiene nada que esconder, es una mala estrategia, dice Eric Freedman, profesor de Derecho Constitucional de la universidad de Hofstra."Debería adoptar y mantener una política de apertura", dijo Freedman. Así, podría apuntalar la campaña de la Casa Blanca, que tilda de "cacería de brujas" a la investigación de Mueller.
El camino sugerido por Freedman requeriría que Trump retire su apoyo a excolaboradores como el exjefe de campaña Paul Manafort, condenado el martes por fraude fiscal y bancario.
Entonces, Trump podría decir que está "drenando el pantano" de la corrupción en Washington y ponerse "bajo un manto de buen gobierno", argumenta Freedman.
Pero Trump solo tuvo elogios hacia Manafort por enfrentar el juicio.
Robert Bennett, un experimentado abogado defensor de Washington que trabajó para el entonces presidente Bill Clinton en la década del '90, cree que es demasiado tarde para cambiar de rumbo.
"Se decidieron largo tiempo atrás por atacar al fiscal especial. Sería difícil ahora hacer un cambio rotundo", dijo a AFP. "¿A quién va a convencer?".
Además, cooperar ahora difícilmente altere el rumbo de la investigación de Mueller, salvo para peor, dijo Bennet, hoy consejero de un estudio legal de Washington.
Una indagatoria de Mueller sería peligrosa para Trump, para quien claramente es difícil atarse a un libreto. "Él no podría cooperar sinceramente sin autoincriminarse, a mi entender", señaló Bennet.
Cooperar también podría poner al presidente en una posición difícil si, como piensan muchos, su hijo Donald Trump Jr. u otros miembros de su familia quedan bajo la lupa de Mueller.
¿Qué hacer entonces? "Estancar la causa por el mayor tiempo posible y perdonarlo", dice Freedman.
Atacar y comprar tiempo
El desafío más inmediato para Trump son las elecciones del 6 de noviembre, ante la amenaza demócrata de hacerse del control de las dos cámaras del Congreso. Trump necesita evitar que eso ocurra, para evitar tener un Congreso dispuesto a llevar adelante su impeachment.
Su estrategia actual ha sido convencer a los votantes que la investigación de Mueller es una operación ilegítima de la oposición, para quitar apoyo a los republicanos. Pero según las encuestas, esta estrategia parece haber tenido éxito limitado.
Adicionalmente, la Casa Blanca solicita a Mueller cumplir con una disposición del Departamento de Justicia que impide a los investigadores tomar medidas que puedan afectar a los candidatos durante los 60 días previos a una elección.
Michael German, un exagente del FBI ahora en el instituto Brennan Center for Justice, opina que esto no impediría el avance de Mueller.
"El cumplimiento de la ley no frena todas las investigaciones 60 días antes de una elección", dijo German. "No veo que nadie relacionado con la elección de noviembre tenga que ver con los que están siendo investigados".
Bennett implementó una táctica de estancamiento cuando defendió a Clinton contra los cargos de acoso sexual de Paula Jones. El caso había amenazado las posibilidades de reelección de Clinton en 1996, y Bennett lo llevó hasta la Suprema Corte, que trabaja lentamente, para que desapareciera durante meses.
"Mi trabajo fue mantener el caso fuera de la cobertura mediática", recordó. Aunque finalmente lo perdió, Clinton logró ganar la elección.
Si Trump, o cualquiera de su familia acusado con cargos pudieran estancar su caso vinculándolo a cuestiones constitucionales, eso podría demorar hasta dos años en resolverse. Es decir, hasta el final del mandato de Trump.
"No importa el resultado, él probablemente estará mejor", señaló Bennet.
La opción nuclear
Por último, Trump podría echar a Mueller y cerrar la investigación. De hecho, el mandatario ha amenazado en hacerlo, pero se ha detenido ante advertencias de legisladores de que eso podría llevarlo a un impeachment.
La "opción nuclear" no ayudó al presidente Richard Nixon cuando echó al fiscal especial del Watergate, Archibald Cox, en octubre de 1973. Esa acción, en cambio, erosionó su apoyo y el reemplazante de Cox continuó avanzando en el caso hasta que Nixon, casi un año después, renunció ante un posible impeachment. Lea también: ¿Crisis entre el Fiscal general de EE.UU y Trump?