Las perspectivas de Kamala Harris como más que una vicepresidenta
Aunque según encuestas el 53 % de los votantes tiene una imagen desfavorable de ella, la primera mujer en llegar al segundo cargo más importante de Estados Unidos quiere repetir. Si bien era una opción esperable, hay un factor cada vez más sensible: la avanzada edad de Joe Biden, que pone sobre la mesa, ahora con más fuerza, la idea de Harris como posible presidenta.
Kamala Harris ha logrado muchas “primeras veces”: fue la primera mujer y persona afro en llegar a ser fiscal general de California, la primera mujer en lograr el cargo de vicepresidenta de la nación y ahora muchos piensan que podría ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos. No porque se vaya a lanzar, sino porque irá de nuevo en la papeleta como fórmula de Joe Biden, el hombre de mayor edad en haber ocupado el más alto cargo en la Casa Blanca.
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Kamala Harris ha logrado muchas “primeras veces”: fue la primera mujer y persona afro en llegar a ser fiscal general de California, la primera mujer en lograr el cargo de vicepresidenta de la nación y ahora muchos piensan que podría ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos. No porque se vaya a lanzar, sino porque irá de nuevo en la papeleta como fórmula de Joe Biden, el hombre de mayor edad en haber ocupado el más alto cargo en la Casa Blanca.
Esta semana el presidente hizo oficial lo que se esperaba prácticamente desde que ganó en las urnas: que aspirará a la reelección. “Como estadounidenses, creemos en la libertad, y creemos que nuestra democracia solo será tan fuerte como nuestra voluntad de luchar por ella. Por eso Joe Biden y yo nos postulamos a la reelección”, tuiteó el martes quien en su momento fuera también la primera senadora con orígenes surasiáticos (su padre es jamaiquino y su madre era india).
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Para Jennifer Piscopo, profesora asociada del Occidental College (Los Ángeles, California), era “esperable” que se escogiera de nuevo la “fórmula exitosa de la última elección” como estrategia electoral en esta ocasión. Pese a que se habla de la relativa impopularidad de Harris, Piscopo resalta la importancia de esta funcionaria para la comunidad afroestadounidense, una parte esencial de las bases demócratas que no se podría poner en riesgo en 2024.
De acuerdo con un promedio de encuestas realizado por Los Angeles Times, con corte a 25 de abril, el 53 % de los votantes tienen una imagen desfavorable de Harris y un 41 % tiene una imagen favorable. Cuando se habla de la popularidad de la vicepresidenta se habla de varias cosas: el margen de maniobra relativamente limitado que tienen las funciones del cargo que ostenta, las tareas difíciles que se le han encomendado, entre otras.
Como menciona la Deutsche Welle (DW) al citar a Amy Dacey, exdirectora ejecutiva del Comité Nacional Demócrata (DNC), “la vicepresidenta estaba haciendo exactamente lo que se le pedía. La Constitución de Estados Unidos solo establece dos funciones para el vicepresidente: asumir el cargo cuando el presidente no puede ejercerlo y presidir el Senado”. Sobre esto último, la DW menciona que el voto de la vicepresidenta ha sido determinante en 26 empates en la Cámara Alta.
Por otro lado, es indudable que los temas que Biden le pidió a Harris liderar no han sido sencillos, empezando por el desafío migratorio, caballito de batalla, de hecho, de los republicanos que señalan el “caos” en la frontera sur del país. No es solo enfrentar flujos récord registrados después de la pandemia, sino salidas en falso como el recordado “No vengan” que esgrimió durante su gira por Centroamérica y que le fue reclamado por mezquino particularmente con las personas que migran para sobrevivir.
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Piscopo afirma que, además, se han delegado en ella responsabilidades como visitar, en lugar del presidente, a comunidades afectadas por tiroteos masivos o desastres naturales. Se trata de un papel importante y muchas veces en tensión con la estrategia del equipo de Biden que Piscopo explica: acompañar al presidente, incluso asumir funciones que son de él, pero sin llegar a posicionarse por delante de él.
Para esta doctora en ciencia política, el “equipo de Biden es muy estratégico”, debido a que, por un lado, necesita a Harris por el rol que ella tiene ante la comunidad afro, pero al mismo tiempo es necesario evitar que ella misma se convierta en un peso político independiente que eventualmente pudiera competir en unas primarias. Eso, a su vez, podría explicar también el porqué de delegar en ella varias de las tareas más espinosas.
En temas como el aborto, que es otra de las banderas de Harris y que ha sufrido reveses como la anulación del emblemático fallo de Roe vs. Wade, según la profesora, quien además es investigadora en temas de género, la estrategia funciona distinto: “Es útil que Kamala Harris salga a defender ese derecho de manera fuerte no solo porque es mujer, negra, sino porque Biden no va hacerlo, y alguien tiene que hacerlo”. Esto debido que el aborto es un punto clave para el Partido Demócrata, pero Biden, católico, probablemente jamás saldría con la misma vehemencia.
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Como señala El País, no en vano el que fue prácticamente el primer acto de campaña de la vicepresidenta ocurrió durante un evento a favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, en la Universidad Howard, en Washington. La vicepresidenta “lo aprovechó para dar ante una audiencia joven, talentosa y negra su primer mitin de la campaña, una fiera defensa del derecho al aborto que están empeñados desde hace un año en socavar el Tribunal Supremo”, escribe Iker Seisdedos.
Las razones para haber elegido a Harris pueden ser muchas, entre esas el hecho de que escoger a alguien distinto solo habría traído más incertidumbre alrededor de una administración todavía en vigor, como apunta Piscopo. Pero, además, el factor edad: es ella quien, como se vio en Washington, puede animar a las masas, ir a los mítines y llegar a competir en algo, aunque sea en algo, con el carisma arrollador del otro contrincante: Donald Trump. Sin olvidar lo difícil que puede ser atender la agenda de Gobierno, incluyendo asuntos exteriores como la guerra en Ucrania, al tiempo que se impulsa una campaña electoral.
Ante la cada vez más discutida posibilidad de que Biden no pueda concluir un segundo mandato, Piscopo dice con convicción que Kamala Harris, a quien le ha tocado una “posición difícil” los últimos tres años, está preparada para el más alto cargo de la nación. Eso, sin embargo, no es evidente para la mayoría que no aprueba su gestión en un país que, sin duda, no es el mismo que hace cuatro años eligió la fórmula Biden-Harris.
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