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Los chilenos se están acercando a las urnas para votar un nuevo proyecto de Constitución. En sus manos está mantener el texto que rige el país desde la dictadura de Augusto Pinochet o respaldar un segundo proyecto de Carta Magna, luego de que, en un primer intento, un texto anterior fue rechazado por la ciudadanía el año pasado. Mientras transcurren las votaciones, algunas voces han expresado ciertos cuestionamientos.
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Antonia Rivas, abogada y antropóloga que ayudó a redactar el borrador anterior de Carta Magna, citada por The Guardian, aseguró: “Los niños, las mujeres, el medioambiente y el Estado de bienestar serán los perdedores. Los ganadores serían aquellos que ya tienen más”. Según Rivas, el último borrador responde a los temas que dominan la agenda informativa de Chile–como la migración ilegal y la seguridad pública–, lo que lo hace leer “más como un manifiesto del Partido Republicano”, donde un consejo de 50 personas redactó el texto que se está votando hoy.
“Estamos llevando adelante una nueva jornada cívica, que, más allá de cualquier resultado, fortalece nuestra democracia. Chile ha demostrado una fortaleza que no tenemos que dar por sentada, que los problemas que tenemos en la sociedad los canalizamos institucionalmente y los resolvemos vía pacífica”, afirmó el presidente Gabriel Boric al emitir su voto en Punta Arenas, su ciudad natal.
Frente a este texto, que propone disminuir el peso del Estado, que podría limitar algunos derechos, como el aborto terapéutico, y que podría endurecer el trato a los migrantes con la expulsión “en el menor tiempo posible” de quienes estén en situación irregular, Nicolás Mora, informático de 29 años, le dijo a la AFP: “Hay poco ánimo, ya que es un proceso desgastante”.
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En contraposición, Paulina Salas, ama de casa de 56 años, agregó: “Espero que tras esta votación podamos estar tranquilos; que el país se pueda calmar, que haya estabilidad, que la gente pueda volver a trabajar, a tener seguridad con respecto al trabajo y a la vida cotidiana”. Al respecto, la expresidenta Michelle Bachelet concluyó: “Yo siempre prefiero algo malo que algo pésimo”.
Algunos reparos frente al nuevo texto están vinculados con la idea de recortar 17 escaños de la Cámara de Diputados, la cámara baja del Congreso chileno, a pesar del clamor por una mayor descentralización y por más representación en la política. También está la cláusula que indica proteger la “vida de quien ha de nacer”, que, para algunos, podría conllevar a que el aborto sea criminalizado en este Estado suramericano.
Más de 15 millones de chilenos están habilitados para votar “a favor” o “en contra”. Aunque en noviembre de 2020 más de la mayoría de ellos, más exactamente el 80 %, votó a favor de tener una nueva Constitución, para así dejar atrás la que rige desde el régimen dictatorial de Pinochet, el 62 % rechazó un primer intento de reforma el año pasado. Previo a los comicios de hoy, las encuestas indicaban que la opción “en contra” podría ganar con una cifra entre el 55 % y el 68 %. Aunque la opción “a favor” iba en aumento, no se pronostica una victoria.
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