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El domingo 5 de mayo la ciudadanía panameña elegirá a su nuevo presidente, pero previo a este paso las encuestas realizadas las últimas semanas revelan una serie de patrones. José Raúl Mulino logra aproximadamente entre el 25 % y el 30 % del voto, y, a continuación, tres candidatos obtienen alrededor del 15 % y el 10 %: Martín Torrijos, Rómulo Roux y Ricardo Lombana. Con estos pronósticos es complicado que el candidato Mulino no gane, porque se trata de una diferencia de 10 puntos entre el primero y el segundo lugar, pero sobre todo porque hay tres candidatos con más del 10 % empatados en el segundo puesto. En unas elecciones con una gran fragmentación del voto, distribuido en 8 candidaturas, es muy posible una victoria con menos del 30 %.
José Raúl Mulino relevó a Ricardo Martinelli como candidato presidencial al ser este último inhabilitado por una sentencia de más de 10 años de cárcel por blanqueo de capitales. En la actualidad, Mulino está pendiente de otro proceso judicial que le podría llevar a la inhabilitación por una demanda de inconstitucionalidad de su candidatura, aunque desde el martes 23 de abril comenzó el voto adelantado, lo que dificulta que este fallo vaya en este sentido.
Ricardo Martinelli es desde hace años el candidato que lideraba todas las encuestas, con un 40 % de apoyo aproximadamente. El expresidente supo capitalizar durante su mandato el momento de bonanza económica, construyendo un vínculo con una gran parte de los sectores populares. Pero, por otra parte, su liderazgo ha estado acompañado por varios procesos judiciales y en la actualidad está asilado en la Embajada de Nicaragua. Sin embargo, su sombra es larga y es uno de los grandes protagonistas de la campaña, estando omnipresente en la publicidad de RM (partido político que postula a Mulino).
A pocos días de los comicios, aún no ha llegado el fallo sobre la candidatura de Mulino y esto genera un nivel de incertidumbre que enrarece todo el proceso electoral. De acuerdo con la normativa panameña, el alto tribunal tiene hasta el 6 de mayo para presentar un proyecto de resolución; es decir, un día después de las elecciones presidenciales.
Existen factores impredecibles que pueden influir en los resultados finales, pero también hay una serie de variables que pueden ser medibles y tienen capacidad para generar cambios en los resultados de las encuestas, entre las cuales destacaremos cuatro: la participación, el voto indeciso, el voto joven y la territorialidad.
La participación en las elecciones suele ser un factor que influye en muchos países, pero no en Panamá, que cuenta con una persistente alta participación. Desde la transición a la democracia, la participación electoral siempre ha superado el 70 % y es complicado que se rompa esta tendencia, pero es importante considerar el coyuntural desgaste de la política partidaria. Según la III Encuesta CIEPS de Ciudadanía y Derechos, ocho de cada diez personas perciben de forma negativa o muy negativa a los partidos políticos, por lo que no se debe descartar que en algún momento este rechazo a los partidos pueda influir en la concurrencia a las urnas.
En cuanto a los votantes indecisos, a principios de la campaña electoral, los medios de comunicación alertaban sobre el alto nivel de indecisión. Este efecto se ha ido atenuando. Aun así, cabe destacar que, en las encuestas realizadas en abril, a pocos días de las elecciones, nos encontramos con altos índices de indecisión, superando el 10 % y llegando en algunos casos al 23 %, algo que no es frecuente en los procesos electorales panameños. Es posible que este voto no se agrupe, sino que se disperse, pero si se concentrase en una de las candidaturas, podría introducir importantes cambios en los resultados finales.
Otra variable importante es el voto joven. De las 3′004.083 personas habilitadas para votar en 2024, un 29 % está entre los 18 y 30 años, lo que equivale a 871.184 votos. Adicionalmente, los electores de 31 a 40 años constituyen otro 19 %, unos 570.775 votos. Esos porcentajes juntos llegan a concentrar casi la mitad del padrón electoral. Los jóvenes históricamente han tenido una participación electoral menor, en comparación con los otros grupos etarios, pero si algún candidato es capaz de concitar el interés en la mayoría de ellos, tendría opciones para ganar.
Ahora bien, hay otro factor menos analizado que puede tener una gran relevancia: la territorialidad. Panamá, como otros países de la región, tiene una distribución muy irregular de la población, pues, según el censo de 2023, el 65,8 % de la población reside en zonas urbanas, pero menos de un 5 % de los corregimientos son caracterizados como urbanos. Hay más de un millón trescientas mil personas que residen en zonas rurales y que agrupan la mayoría de los corregimientos, pero con una gran dispersión geográfica.
Las encuestas preelectorales tienen dificultades para recoger información en áreas rurales e indígenas, por su dispersión poblacional y porque tienen un pequeño tamaño muestral, alrededor de 200 entrevistas. Esto hace que a dichas zonas les correspondan pocas entrevistas en los diseños muestrales, además de que el trabajo de campo de estos sondeos es realizado en menos de una semana. En la Encuesta CIEPS de Ciudadanía y Derechos se diseñan dos submuestras para conseguir una información que sea suficientemente descriptiva de todas las provincias y comarcas, y toma alrededor de un mes conseguir toda la muestra, básicamente por la dificultad de recoger la información en territorios rurales e indígenas.
En las fichas de algunas encuestadoras nos encontramos con que no entrevistan ni en comarcas indígenas ni en el Darién, posiblemente por las razones anteriormente mencionadas, unidas a la difícil accesibilidad de algunas áreas. En el caso de una de las encuestadoras registradas en el Tribunal Electoral, se puede observar en su ficha técnica que no entrevistan ni en el Darién ni en comarcas indígenas, e incluso tampoco en Bocas del Toro, que corresponden a los circuitos electorales 1-1, 5-1, 5-2, 10-1, 10-2, 12-1, 12-2 y 12-3, es decir, más del 11 % del padrón electoral, que equivale a unas 335.251 personas. En estas encuestas, el candidato Mulino obtenía unos magníficos resultados, superando la barrera del 30 % (37 % en un sondeo realizado en marzo y 34 % en uno de abril), posiblemente porque la fortaleza de este candidato es menor en estas provincias señaladas.
En las elecciones de 2019, el candidato ganador perdió en la provincia de Panamá, lo que marca un hito histórico. Laurentino “Nito” Cortizo ganó con poco más del 30 %, pero en estas elecciones es posible que el ganador no llegue a dicho porcentaje. En un contexto de gran fragmentación del voto, las zonas rurales e indígenas pueden jugar un papel importante en los resultados finales.
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