Las razones de Perú para pedir en extradición a su expresidente Alejandro Toledo
La Fiscalía de Perú ha pedido en extradición a Toledo para que responda por cargos de colusión (pagos a terceros) y lavado de activos relacionados con la corrupción que la empresa brasilera Odebrecht en Latinoamérica.
El expresidente de Perú, Alejandro Toledo, regresará a Perú para responderle a la justicia de ese país por las acusaciones de corrupción que reposan en su contra desde hace más de media década. El exjefe de Estado, que ejerció la presidencia entre 2001 y 2006, fue requerido para explicarle al Ministerio Público cuál fue su protagonismo y participación con relación a Odebrecht y la Ruta Interoceánica, que conecta Brasil y Perú.
Como Alberto Fujimori, Ollanta Humala o más recientemente, Pedro Castillo, Toledo será un exmandatario más que pase por los tribunales peruanos al verse salpicado por la corrupción.
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Concretamente, a Toledo se le achaca haber tenido conocimiento y participación en los delitos de colusión (pago a terceros), distribuir sobornos y lavado de activos mientras dirigió Perú a inicios de siglo. Incluso hay versiones, como la de la agencia EFE, en que se señala que podría ser imputado por tráfico de influencias.
Se espera que Toledo arribe “en días” a la jurisdicción peruana para enfrentar un proceso que ya cumple más de cuatro años. En 2019, mientras que los jueces en Brasil trataban de comprender qué tanto permeó la corrupción de Odebrecht en el continente, surgió el nombre de Toledo, la persona que “simbolizó la esperanza democrática de Perú”, según dijo El País.
Así pues, el fiscal José Domingo Pérez, que investigaba Lava Jato (caso de pago de coimas a funcionarios públicos), encontró que había nexos entre los sobornos, la presidencia de Perú y la constructora.
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En medio de las pesquisas, Jorge Barata, trabajador durante más de una década en Odebrecht, señaló que Toledo recibió pagos y distribuyó coimas mientras ocupaba el palacio presidencial de Lima. Según las investigaciones, Toledo recibió cerca de US$31 millones para que ayudara a adjudicar la obra IIRSA Sur, una carretera que atraviesa América Latina.
De acuerdo con la investigación, la justicia peruana identificó que Toledo sí habría sido partícipe del torbellino de corrupción, pues según los testimonios el expresidente reclamó que le pagaran los sobornos acordados, ya que desde Odebrecht se habían demorado en entregar el dinero. El medio Infobae explica que Toledo le gritó al trabajador de la constructora brasilera: “¡Oiga, Barata! Paga, carajo”.
Actualmente, Toledo es acusado de estar involucrado con US$20 millones relacionados con Odebrecht. Esta es la mayor suma de corrupción en la que un expresidente peruano ha estado vinculado hasta el momento. El único exmandatario que lo superaba era Alan García, quien presidió dos veces el país andino, pero al ver que los avances judiciales para procesarlo por el Metro de Lima y la Carretera Interoceánica se adelantaban, García se suicidó.
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Al respecto, el exprocurador anticorrupción Ivan Meini declaró en la emisora RPP que la entrega de Toledo a Perú “debería ser inminente, porque ya no hay más recursos que interponer y el procedimiento de extradición ya terminó, se agotó”.
“Lo que debería suceder en las próximas horas o días es que los gobiernos se pongan de acuerdo en la forma cómo articular el regreso de Toledo a Perú”, acotó.
El exmandatario fue detenido en 2019 en California, donde ha residido durante los últimos años, y estuvo 8 meses en prisión por riesgo de fuga, aunque pudo salir de la cárcel y pasar al arresto domiciliario en marzo de 2020, con el estallido de la pandemia de covid-19.
En septiembre pasado, la Justicia de Estados Unidos dio luz verde a su extradición a Perú, al haber hallado pruebas suficientes que justifican esta medida, aunque la decisión final quedó en manos del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.
En el capítulo peruano del caso Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción de Latinoamérica, también estuvieron implicados los expresidentes Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), así como la tres veces candidata presidencial Keiko Fujimori.
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El expresidente de Perú, Alejandro Toledo, regresará a Perú para responderle a la justicia de ese país por las acusaciones de corrupción que reposan en su contra desde hace más de media década. El exjefe de Estado, que ejerció la presidencia entre 2001 y 2006, fue requerido para explicarle al Ministerio Público cuál fue su protagonismo y participación con relación a Odebrecht y la Ruta Interoceánica, que conecta Brasil y Perú.
Como Alberto Fujimori, Ollanta Humala o más recientemente, Pedro Castillo, Toledo será un exmandatario más que pase por los tribunales peruanos al verse salpicado por la corrupción.
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Se espera que Toledo arribe “en días” a la jurisdicción peruana para enfrentar un proceso que ya cumple más de cuatro años. En 2019, mientras que los jueces en Brasil trataban de comprender qué tanto permeó la corrupción de Odebrecht en el continente, surgió el nombre de Toledo, la persona que “simbolizó la esperanza democrática de Perú”, según dijo El País.
Así pues, el fiscal José Domingo Pérez, que investigaba Lava Jato (caso de pago de coimas a funcionarios públicos), encontró que había nexos entre los sobornos, la presidencia de Perú y la constructora.
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De acuerdo con la investigación, la justicia peruana identificó que Toledo sí habría sido partícipe del torbellino de corrupción, pues según los testimonios el expresidente reclamó que le pagaran los sobornos acordados, ya que desde Odebrecht se habían demorado en entregar el dinero. El medio Infobae explica que Toledo le gritó al trabajador de la constructora brasilera: “¡Oiga, Barata! Paga, carajo”.
Actualmente, Toledo es acusado de estar involucrado con US$20 millones relacionados con Odebrecht. Esta es la mayor suma de corrupción en la que un expresidente peruano ha estado vinculado hasta el momento. El único exmandatario que lo superaba era Alan García, quien presidió dos veces el país andino, pero al ver que los avances judiciales para procesarlo por el Metro de Lima y la Carretera Interoceánica se adelantaban, García se suicidó.
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“Lo que debería suceder en las próximas horas o días es que los gobiernos se pongan de acuerdo en la forma cómo articular el regreso de Toledo a Perú”, acotó.
El exmandatario fue detenido en 2019 en California, donde ha residido durante los últimos años, y estuvo 8 meses en prisión por riesgo de fuga, aunque pudo salir de la cárcel y pasar al arresto domiciliario en marzo de 2020, con el estallido de la pandemia de covid-19.
En septiembre pasado, la Justicia de Estados Unidos dio luz verde a su extradición a Perú, al haber hallado pruebas suficientes que justifican esta medida, aunque la decisión final quedó en manos del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.
En el capítulo peruano del caso Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción de Latinoamérica, también estuvieron implicados los expresidentes Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), así como la tres veces candidata presidencial Keiko Fujimori.
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